Esta es la historia del hombre que permitió que se pusiera la primera bandera peruana en el Himalaya.
Su pluma prolija y versátil condensa sesenta años de experiencia y su nombre figura como piedra angular en el registro de medios como Última Hora, La Prensa, La Crónica y Caretas.
De prósperas flotas de noticias y negocios en el siglo XX, muchos diarios han terminado convertidos, a merced de la revolución tecnológica, en inestables y precarias embarcaciones navegando donde la corriente quiera.
En un escenario dominado por internet, los diarios de papel tratan de reubicarse y sobrevivir con dos opciones: ser populares y desechables o de élite y colección.
Salvo excepciones, la gran mayoría de políticos que aspira a convertirse en presidente, congresista o alcalde, no aborda el asunto de la concentración mediática.
Siempre a la caza de íconos, la industria de los medios ha sabido construir referentes de carne y hueso para sostener la atención de sus audiencias.
¿Qué tan frecuente es la tentación de mentir en un oficio que pregona su apego a la verdad?
¿Puede ser autónomo el director de un periódico que basa su modelo de negocio en los ingresos por publicidad?
Paseó su talento por las mejores redacciones peruanas. Hoy, a un paso de los noventa, continúa dictando cátedra.
La exitosa receta del sensacionalismo peruano cumple 65 años.