Testimonio de Tatiana Espinoza: ¿Por qué no tengo la libertad de caminar como se me dé la gana por la calle?

Empecé a trabajar en televisión y eso me hizo más vulnerable. Las miniseries exitosas lo que hacían era poner más foco en mí y las ideas de la gente sobre lo que para ellos significaba ser una actriz.Yo soy bastante tímida y creo que la exposición me replegó. Implicaba cuidarme. Por esa época siempre tenía a mi pareja a mi lado.

En la adolescencia, si tenía una fiesta uno de mis hermanos tenía que acompañarme.  Después era: “vas con tu enamorado”. Siempre la presencia masculina. “El hombre te cuida”, era un poco la premisa en mi casa.

Es difícil y contradictorio. Tengo una hija y recuerdo diciéndole “no puedes ir al cine sola”, y ella argumentaba “¿por qué? ¿por ser mujer?”. ¡No! Es decir, no y sí. Me cuestiono y me apeno, pero es la realidad: hay un peligro en ser mujer. He tenido épocas en mi vida donde he renegado ¿Por qué no tengo la libertad de caminar como se me dé la gana por la calle? Salir, tomar la calle, ¿por qué no?

Tenía 21 años, un tipo me seguía. Me siguió una cuadra, dos cuadras. Llegué a un parque y paré a tocar una puerta como si fuera la mía. Él pasó a mi costado y arranchó la tira de mi vestido… la rompió y se fue. Me quedé temblando. Es raro, yo vengo de una familia donde se habla bastante, pero llegué a casa y no pude decir nada.

Es un momento importante de la historia porque se asume que hay cosas que no se deben callar. Hechos descaradamente agresivos como que el Poder Judicial absuelva o penalice ligeramente a unos delincuentes llevaron a la indignación general pero hay hechos menos graves que también merecen reflexión. Eso es lo potente del movimiento: te hace mirar atrás y pensar a fondo en cosas que son más ligeras, más cotidianas, que están tan normalizadas y no te das cuenta.