San Antonio Abad de Cusco: 15 mil universitarios necesitan mejor conectividad para acceder a clases virtuales

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Autoridades inician la distribución de chips de internet a la mitad de los afectados. Rectorado se ampara en dispositivos del Minedu para suspender entrega a otros 8 mil alumnos.
Por: Nicolás Cisneros
Portada: Federación Universitaria del Cusco


Provincia de Chumbivilcas, Cusco. Junio de 2020.

Con cuaderno en mano, Aldo Flores sale de su casa en una comunidad campesina del distrito de Livitaca. Camina durante cuarenta minutos hasta la cima de un cerro, donde la señal de internet sí puede ser captada. Cuando llega, se acerca a la ‘banca’ que improvisó con unas piedras hace algunos días. Se sienta, abre su cuaderno y se conecta a la clase desde su celular. Una barrera de piedras que también construyó lo protege de un viento que corre impetuoso, pero no tanto como en la noche, cuando la temperatura que desciende le impide permanecer allí. Sabe lo que le espera al terminar la sesión: bajar a su casa, cargar su celular unas horas y volver a subir para la clase de la tarde.

“Muchos de mis compañeros en la Universidad San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC) hacen lo mismo que yo”, explica Aldo, mientras cuenta su cotidiana peripecia educativa.

La falta de una señal de internet en casa ha afectado a más de 15 mil alumnos de los casi 19 mil de la universidad cusqueña. Para no perderse las clases, que recién empezaron el 15 de junio, algunos han tenido que viajar constantemente a las capitales de sus provincias o subir a alguna montaña para captar desde la altura la señal de internet que les permita acceder a sus clases. Otro 30% figura como “ausente” según un reporte enviado a la Federación Universitaria del Cusco (FUC) la primera semana del ciclo, por los delegados de los cursos de todas las facultades.

Para solucionar este problema, la UNSAAC empezó a entregar chips de internet de la empresa Movistar el 26 de junio, con 10 GB y servicio ilimitado en Google Meet y Google Classroom. Estos dispositivos se instalan sobre todo en los teléfonos celulares. Inicialmente, se dispuso la entrega solo a 7343 alumnos. Se justificó este número a partir de lo estipulado por disposiciones legales emitidas por el Legislativo y el Ejecutivo. Hasta el momento, existe incertidumbre sobre cuándo se ejecutará la ampliación del beneficio: si bien el 25 de junio se aprobó el pedido en Consejo Universitario, autoridades señalan que se debe esperar la respuesta del Congreso y el Minedu.

Dos decretos cuestionados 

Para entender lo que está pasando con los universitarios cusqueños es necesario un poco de contexto. A través de la resolución del Consejo Universitario N°138-2020, el 15 de abril la universidad acordó entregar el servicio de internet mediante un bono de 60 soles a sus casi 19 mil estudiantes. Sin embargo, el número de beneficiarios se redujo a 7343 debido al Decreto Legislativo 1456, que se promulgó días después y que delimitaba la entrega solo a quienes se encuentran en situación de pobreza y pobreza extrema. El Decreto Supremo 006-MINEDU, promulgado el 21 de mayo, encargó al Sistema de Focalización de Hogares (SISFOH) la clasificación de los alumnos en las categorías a los que se entregaría el bono de conectividad.

Sin embargo, para el presidente de la FUC, José Guillermo Ramos, el mecanismo elegido para seleccionar a los beneficiarios no es muy eficaz ni certero en sus cálculos. En otras palabras, el SISFOH no le parece confiable para determinar al número de los beneficiarios. “La Contraloría una vez constató cómo, para Pensión 65, el SISFOH no fue efectivo. No llegó a quienes realmente debería llegar”, explica. Por otro lado, advierte que, debido a la crisis económica desatada por la pandemia, muchos alumnos que antes no eran considerados pobres o pobres extremos, ahora se encuentran en estas categorías estadísticas debido a la falta de ingresos de sus familias.

Informe de Auditoria N°941-2015 de la Contraloría General que da cuenta del error del SISFOH en Pensión 65.

Somos Periodismo se contactó el 22 de junio con el rector de la UNSAAC, Efraín Molleapaza, quien reconoció que lo dispuesto por los decretos solo ayuda a la mitad de los estudiantes que necesitan internet en sus domicilios para poder estudiar. Sin embargo, alegó que la universidad no puede ignorar lo dispuesto por la ley. “El Decreto 006 choca con nuestra resolución. El beneficio ya no se podía dar a la totalidad de estudiantes, sino solo a los que se encuentran dentro de las categorías de pobreza o pobreza extrema”, señaló en la primera entrevista que tuvimos con él.

A la izquierda: Efraín Molleapaza, rector de la UNSAAC (FOTO: Correo). A la derecha: José Guillermo Ramos, presidente de la FUC (FOTO: Archivo personal)

Pero la FUC no considera que los decretos sean un motivo válido para limitar los beneficios. Ramos menciona que hay otras universidades, como la José María Arguedas, de Andahuaylas o la Santiago Antúnez de Mayolo, de Ancash, que han otorgado el beneficio a todos sus alumnos. Para justificar esta decisión, sus autoridades apelaron a los principios de autonomía y de interés superior del estudiante, contemplados en el artículo 5 de la Nueva Ley Universitaria.

Al respecto, el rector Molleapaza sostiene que no se puede comparar la situación de estas universidades con la UNSAAC, pues la población estudiantil es mucho menor. Por su parte, Ramos alega que la condición de pobreza de los estudiantes en Andahuaylas, la cual tomaron en cuenta las autoridades de la Universidad José María Arguedas, es similar a la de los estudiantes del Cusco.

Finalmente, la demanda estudiantil surtió efecto y el 25 de junio se aprobó en el Consejo Universitario de la UNSAAC pedido para entregar chips de internet a otros 8 mil estudiantes que lo necesitan. Esta vez fueron localizados mediante una encuesta socioeconómica realizada por la propia universidad. Ramos sostiene que fue posible adoptar esta decisión debido a que se contaba con un saldo del presupuesto asignado por el gobierno para la primera entrega. “Felizmente, ya se ha aprobado y ahora está encaminado para una segunda etapa de distribución de dispositivos”, afirma.

Decidimos contactar a Molleapaza una vez más el lunes 30 de junio para conocer los detalles sobre esta segunda etapa aprobada. El rector aclara que la distribución de estos chips todavía no se iniciará, pues aún no han comprados dichos dispositivos. Además, reiteró que los decretos bloquean la entrega, por lo que deben contar con el soporte legal antes de proceder. Es por ello que ha enviado un documento al Congreso de la República que aún sigue en revisión.

La distribución de los chips

La primera entrega, aquella que sí se justificaba en los dos decretos, empezó a efectuarse el viernes 26 de junio. “Este fin de semana, vamos a ver cómo mejoramos la distribución en algunos sitios en los que no ha sido posible entregar los chips”, señala Molleapaza.

Entrega de chips de internet el día 26 de junio. FOTO: UNSAAC

No son los únicos percances. Ramos relata que algunos alumnos viven en zonas a las cuales no llega la cobertura de Movistar, la empresa que brinda el servicio. Al respecto, el rector de la UNSAAC afirma que su administración está haciendo gestiones con la empresa de telefonía para solucionar este problema. Parece que el trámite tardará algún tiempo: “esto no se soluciona en 24 horas”, puntualizó Molleapaza.

En paralelo, tanto las autoridades como la dirigencia estudiantil han solicitado a las municipalidades de distritos periféricos y rurales, donde residen no pocos alumnos, que los apoyen financiando el servicio de Internet. En algunos distritos, como San Sebastián, Cusipata o Velille, ya se ha logrado este objetivo. Pero la situación es compleja y establecer contacto con todas las municipalidades no es sencillo, explica Ramos.

El descontento reprimido

Las limitaciones para acceder a internet, y por ende a las clases virtuales, han causado un notorio descontento en la población estudiantil. La página de Facebook de la Federación Universitaria del Cusco ha publicado testimonios de los afectados y pronunciamientos de grupos de estudiantes de distintas facultades sobre esta situación. Las redes sociales han sido el principal medio para hacer pública su protesta, pero no el único.

Los alumnos decidieron manifestar su descontento de manera presencial el pasado 12 de junio. Ese día se convocó a una manifestación a las 8 de la mañana en la puerta N° 4 de la UNSAAC. Según Ramos, se planificó este acto con el propósito de cumplir con todas las medidas de bioseguridad necesarias. Un día antes se marcó con spray las posiciones donde debía estar cada estudiante que proteste, de tal manera que se respete la distancia social.

Fotografía de la protesta convocada por la Federación Universitaria de Cusco. FOTO: FUC

El resultado de la protesta fue la detención de once estudiantes. El rector Molleapaza considera que las detenciones se debieron al contexto actual. “Estamos en una etapa de emergencia nacional y sanitaria. Muchos de nuestros derechos no pueden ser ejercidos. Y los estudiantes, asumiendo su legítimo derecho, se organizaron, salieron a protestar a la calle y fueron llamados al orden por la policía. Naturalmente, el ímpetu de su juventud los rebasó y tuvieron problemas con la policía. A causa de ello hubo once estudiantes detenidos que fueron llevados a dos puestos policiales. Inmediatamente, envié personal para averiguar. Tuvimos los nombres. Fueron liberados tres, me parece, y ocho quedaron en el puesto policial y han sido a remitidos a la Fiscalía”, precisa.

No piensa lo mismo José Guillermo Ramos, el presidente de la FUC, quien recuerda que el 4 de junio pasado la Policía Nacional ofreció resguardo a una protesta del gremio de trabajadores de construcción civil. En cambio, en los videos que se publicaron en la página de la FUC, se puede observar cómo los policías colocaron esposas a los estudiantes detenidos. Ramos, quien asegura que un policía pisoteó la banderola de la FUC, considera que fue un abuso de autoridad.

Un problema más grande

Pero la falta de acceso de internet de la mayoría de estudiantes de la UNSAAC no es un caso aislado en Perú. “En la reunión que tuvimos el 19 de junio con dieciocho federaciones universitarias de todo el país, todos los dirigentes comentaron que tenían el mismo problema”, señala Ramos. Agrega que se trata de un tema más estructural: la brecha digital.

Según las estadísticas del INEI, en diciembre de 2019 solo un 5.9% tenía una computadora en casa y apenas un 4.8% de los hogares rurales contaban con servicio de internet. Estos dos indicadores estadísticos son esenciales para tener una idea cabal de las dificultades que presenta la educación a distancia en esta coyuntura.

Para Juan Fernando Bossio, profesor de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la Pontificia Universidad Católica del Perú y estudioso del uso de las TIC en el ámbito rural, esta brecha ha dejado de ser tan profunda en los últimos años.

Sin embargo, considera que es más problemática la brecha de uso que la de acceso a lo digital. “El acceso a internet ha aumentado en las zonas rurales, pero mayormente se ha concentrado en los celulares. El problema es que, comparado con las computadoras, la calidad del contenido al que se puede acceder por medio de los celulares es mucho menor”, explica.

Ese parece ser el caso de los chips entregados por la UNSAAC a sus alumnos. “El chip naturalmente lo usan en un teléfono móvil o en una tablet. Algunas laptops también tienen acceso a estos chips, pero mayormente se usan en los otros dos dispositivos. Se está buscando otra propuesta cuando se concluya la entrega de los chips, que consiste en que la universidad pueda entregar dispositivos electrónicos a alumnos que lo necesitan: desde celulares y tablets hasta computadoras”, señala Ramos. Justamente, a las clases virtuales siempre se accederá mejor desde una computadora, explica Bossio. El docente e investigador también sostiene que, específicamente en el rubro de educación, la tecnología no está siendo empleada de la mejor manera en el país.

Aldo, el estudiante que tenía que subir a un cerro para poder conectarse a sus clases, se ha mudado a Espinar, una provincia al sur de la región donde felizmente tiene donde alojarse. Su hermana le presta una laptop, pero siente que todavía le faltan recursos para una adecuada educación a distancia.