Pascual Mimbela: el pintor que descubrió la inspiración en el fondo del mar

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Nació en Los Órganos, Talara y creció mirando el mar. Por eso afirma que el mar es su vida, y le agradece a su padre por haberle inculcado respeto y cariño por el océano. Lleva más de cinco años pintando bajo las aguas de su querida Piura. Pascual Mimbela, también conocido como ‘El hijo del mar’, ha participado en exposiciones tanto en el Perú como en el extranjero. En esta entrevista, Pascual habla de su pasión por la pintura submarina y de cómo se ha reinventado en medio de la pandemia.
Por: Emilio Carranza
Portada: Walac Noticias


Imaginar a un artista pintando bajo el agua parece una extravagancia, pero para Pascual Mimbela la pintura submarina no tiene nada de extraño. El mar se ha convertido en el lugar indicado para plasmar una pasión que solo requiere de pinceles tradicionales, lienzos y pintura al óleo. Una vez que se sumerge en el mar, observa con asombro la flora, la fauna y el fondo marino. De allí brota su inspiración y empieza a pintar. La pintura al óleo contiene aceite, no se mezcla con el agua y, en consecuencia, no contamina el océano.

No se piense que es un ejercicio fácil de plasmar. Las corrientes submarinas, las aguas extremadamente frías y otras veleidades del clima del día a menudo le juegan en contra.  Aun así, Pascual no puede imaginarse su vida lejos del mar. Creció aprendiendo historias de la vida marina gracias a su padre, un cazador submarino. A Pascual le encantaba escucharlo hablar sobre el mar. Él se imaginaba todo lo que podría ver y encontrar allí, en esa otra parte del mundo eternamente sumergido. Por eso, desde pequeño, decidió que algún día seguiría los pasos de su padre, pero le añadiría una faceta propia y extrema: pintar bajo el agua.  

-¿Cómo nace tu vocación por la pintura?

-Yo provengo de una familia de artistas y buzos. Mi padre también fue pintor y escultor, pero él, a diferencia mía, destacó más en la escultura. Por ese lado viene mi pasión por el arte. 

-¿Y por qué decidiste pintar bajo el agua? 

-Por el amor al mar, yo he nacido y crecido frente al mar. Mi padre también fue buzo submarino y me transmitió ese respeto por el mar desde muy pequeño. Pero él no quería que yo siguiera sus pasos porque el mar tiene sus riesgos. No te miento al decirte que estar en el mar es hermoso, pero también debo aceptar que es una experiencia temeraria. Cuando inicié este proyecto de pintar bajo el mar, decidí tomar un curso de buceo submarino. También lo llevaron la productora Denisse Sotomayor y otros dos colaboradores, quienes me apoyaron en este proyecto. Hicimos el curso para saber dónde nos metíamos y contar con la certificación que nos ha permitido desarrollar este maravilloso proyecto. 

-¿Qué dificultades hubo cuando empezaste a pintar bajo el agua?

-Mi padre fue un cazador submarino que no se internaba en el mar con un tanque de oxígeno, solo dependía de sus pulmones. Yo uso un equipo de buceo y me costó acostumbrarme a llevar la botella con el aire comprimido y todas esas cosas. También tenía que tener cuidado con la gravedad y controlar el tiempo con una computadora por si se presenta algún problema de descompresión. 

-Me intriga saber cuánto tiempo se requiere para pintar bajo el agua. 

– La botella de compresión dura 45 minutos y dispongo de 40 minutos para terminar un cuadro. El tiempo que tarde depende también de otros factores, como las condiciones del agua, que puede estar muy fría o incluso turbia. Si hay demasiada corriente, no voy a poder trabajar. 

-¿Y cuál es, en promedio, el precio de tus pinturas?

-Depende. A veces, se torna difícil pintar un cuadro por la fuerza de las corrientes. Por ejemplo, cuando me fui a bucear a la plataforma, que está a 40 minutos de la orilla del mar, encontramos mucha corriente y me costó pintar allí. Lo intenté, pero no lo logré. Es complicado pintar en aguas abiertas. El costo de un cuadro también depende de lo complejo que me ha resultado terminarlo y del formato utilizado. Es difícil establecer un precio, mis cuadros oscilan entre 1000 y 3500 dólares.  

La pintura, el arte que cambia bajo el mar

Mimbela pintando lo que observó en ese momento: un cardumen. Foto: Captura Denisse Sotomayor

-¿Qué pintura utilizas para que el agua no la borre?

-Utilizo una pintura especial, con óleo, es decir, contiene aceite, y es imposible que se mezcle con el agua del mar. Es por eso que la pintura no se diluye. Además, este tipo de pintura no contamina el océano.

-¿Y qué más aprendiste de la pintura bajo el agua?

-Bueno, en realidad, al sentir la gravedad de estar inmerso allí, en ese mundo nuevo para uno, de algún modo experimentas cómo viven los peces dentro del mar. En cuanto al arte, los colores se van perdiendo a mayor profundidad. El rojo es el primer color que se pierde cuando estás a diez metros de profundidad, adquiere tonalidades verdes. Si te cortas un dedo a esa profundidad la sangre es de color verde. 

El primer peruano en pintar bajo el mar 

En América Latina y también en España hay artistas que, al igual que Pascual, se atrevieron a la inusual aventura de pintar bajo el agua. Mimbela es el primer peruano en hacerlo. Es algo que lo llena de orgullo y lo impulsa a continuar con esta mezcla de sus dos pasiones: la pintura y el mar. 

-¿Tienes algunos referentes dentro de esta singular actividad artística?

-Yo tengo mi referente en España, Alfonso Cruz, quien me apoyó desde el inicio de este proyecto en el 2014. Es una gran persona que me estuvo asesorando para hacerlo de la mejor manera posible. Con respecto al ser el primer peruano en pintar bajo el agua, es algo que me llena gratamente de satisfacción. Al ver el fondo del mar, sus colores o los arrecifes de los cuales mi padre me habló hace muchos años, siento que he logrado mi sueño.

-¿Has pasado por alguna experiencia que te haya asustado o te haya hecho retroceder en tu sueño de pintar bajo el agua? 

-En realidad, una experiencia mala no he tenido hasta el momento, ya que siempre he buscado tener todo el cuidado posible. Cuando trabajamos en el proyecto, un buzo de seguridad me cuidaba bajo el mar en cada momento. La regla de oro es siempre bajar en pareja, es una ley que tenemos que seguir en el buceo.  Hay tiburones acá cerca, en el mar del Ecuador, pero no frente al mar del Perú. Creo que miedo no se le puede tener al mar, pero sí respeto.

-¿Cómo la pandemia ha afectado tu vida y qué has hecho para mantenerte?   

-Esta pandemia ha dejado a mucha gente en la pobreza, cerraron muchas fábricas. En mi caso, también me afectó, pero los artistas somos creativos por naturaleza. Y yo he podido salir adelante. Empecé a pintar polos, bolsos y mascarillas con mensajes ecológicos, que promueven la protección del medio ambiente y, sobre todo, de los océanos. 

El Covid-19 llegó para cambiar nuestras vidas. Surgió una nueva ‘normalidad’ y trajo consigo una serie de cambios: confinamiento, aislamiento físico, límites en el contacto físico y la obligación de usar mascarillas. La vida de Pascual, un hombre de 53 años, también cambió. Él apeló a su creatividad para reinventarse y buscar otras formas de salir adelante, sin dejar de lado su pasión por la pintura y el mar.