Vilma Zeña, una de las responsables de la muerte de dos jóvenes en un taller de confecciones de Las Malvinas, sigue libre pese a que fue condenada a 15 años de prisión. Entre tanto, la familia de Luis Huamán Villalobos, quien perdió la vida en el incendio, no ha recibido la reparación civil que le corresponde. La impunidad y el olvido de las autoridades laceran la memoria de los deudos.
Por: Olenka Campos Alvarado
Portada: Luis Iparraguirre/Agencia Andina
Cinco años se han cumplido del incendio en el complejo comercial Las Malvinas, en el Cercado de Lima. Allí perdieron la vida dos jóvenes que trabajaban encerrados en un almacén de la galería Nicolini. A pesar de las promesas de ayuda, Bertha Villalobos, la madre de Luis Huamán Villalobos, no ha recibido la reparación civil que le corresponde y Vilma Zeña, culpable de la muerte de su hijo, sigue libre. En las siguientes líneas, una actualización del proceso judicial y el testimonio de Bertha Villalobos.
Los hechos ocurrieron el 22 de junio de 2017. Desde entonces los familiares de Luis Huamán Villalobos (19) y Jovi Herrera Alania (20) buscan justicia y reparación. Los dos jóvenes perdieron la vida calcinados dentro de un contenedor en la galería Nicolini, durante un incendio en Las Malvinas que tardó cinco días en ser apagado por los bomberos.
La denuncia presentada ante el Poder Judicial por el Ministerio Público contra los esposos Jonny Coico Sirlopu y Vilma Zeña Santamaría, propietarios del almacén donde trabajaban Luis Huamán y Jovi Herrera, concluyó con una sentencia en 2018. Ambos fueron hallados culpables del delito de trata de personas con fines de explotación y esclavitud. Aunque la pareja apeló el fallo, en junio de 2019 se confirmaron las condenas: treinta años de cárcel para Jonny Coico y quince años para Vilma Zeña, además del pago de una reparación civil.
Sin embargo, esta sentencia no ha logrado la justicia que espera la familia de Luis Huamán Villalobos. Si bien Jonny Coico cumple condena en el penal de Lurigancho, Vilma Zeña no ha logrado ser capturada y se encuentra en condición de prófuga de la justicia. Además, la madre de Luis Huamán Villalobos, no recibe hasta ahora el pago de 459 mil soles, monto que le corresponde por concepto de reparación civil.
Bertha Villalobos cuenta que solo se ha depositado un monto irrisorio de 500 soles, pero que este dinero tampoco ha llegado a sus manos. Al respecto, Lupe Gómez, la abogada asignada por el Estado para defender a los deudos, señala que hasta el momento el juzgado no endosa el pago a nombre de Bertha Villalobos pese al requerimiento realizado. “Al parecer, la Corte Suprema le ha negado el recurso”, agrega.
Einsten Vásquez Acuña, quien confesó haber iniciado el incendio de manera accidental, fue condenado a nueve años de cárcel en el 2017. Vásquez está ahora recluido en el penal de Lurigancho y le corresponde pagar la suma de cien mil soles a los familiares de cada una de las víctimas. Hasta el momento no ha cumplido con el pago que le corresponde a Bertha Villalobos.
Una madre busca justicia
El 8 de mayo Luis Huamán Villalobos habría cumplido 24 años. Bertha, su madre, tiene ahora 55 años y la salud quebrantada. Ella recuerda a su hijo como un muchacho bueno, trabajador y tranquilo, a quien le gustaba jugar fútbol luego de su jornada laboral. Bertha tiene seis hijos, dos de los cuales todavía se encuentran bajo su cuidado. “Siempre le cuento a sus hermanos que Luis era muy humilde, nunca me decía, ‘mamá cómprame esto que cuesta más caro’. Era feliz con lo que yo le compraba”.
Luis Huamán tenía el sueño de comprarle una casa a su madre. Ahora, sin embargo, la necesidad ha llevado a Bertha a dedicarse a la venta ambulatoria en un mercado de Carabayllo, distrito donde reside. Trabajar en la calle no es fácil para una persona que padece escoliosis pronunciada que limita sus desplazamientos. “Luis me decía que yo ya estaba viejita y que no tenía que trabajar. A veces digo: Dios mío, si mi hijo estuviera vivo, yo no estaría dando pena”, se lamenta.
Recordar cómo falleció su hijo es un impulso para no dejar de buscar justicia. “Hasta el día de hoy sigo luchando”, afirma. Le indigna que hayan pasado cinco años y no reciba hasta ahora el dinero que le corresponde. “No lo puedo creer. ¿Tanta corrupción hay en el Poder Judicial? ¿Es que nadie me puede ayudar a recibir esa reparación cuando más la necesito?
Bertha recuerda que cuando ocurrió el incendio muchas autoridades, como la entonces ministra de Justicia Marisol Pérez Tello, le prometieron acompañarla hasta el final en su búsqueda de justicia. “En ese momento todo el mundo me habló, pero solo me ayudaron un mes con los papeleos, después ya nadie se comunicó conmigo”, refiere.
Desde la muerte de su hijo, Bertha visita Las Malvinas para sentirse cerca de él. Cuenta que una vez la familia de Vilma Zeña fue a su casa y le pidió perdón. Fue antes de la pandemia. “Me entregaron 200 soles, pero después querían que yo desmienta la versión de los testigos y yo les dije que no haría eso”.
Doña Bertha también necesita atención psicológica. Ella cuenta que no hay un solo día de tranquilidad en su vida. “En estos cinco años no he tenido un solo momento de paz o felicidad. Eso será hasta mi muerte, ya no voy a vivir feliz. Trataré de estar tranquila, pero por dentro siempre voy a llevar este sufrimiento”, confiesa.
Aunque es consciente de que el dinero que reciba por la reparación civil no le dará tranquilidad, afirma que será de gran ayuda. “Ni la plata que me van a dar me va a devolver a mi hijo. Esa plata la pido porque yo la necesito y también porque es mi derecho como madre”, enfatiza.