“Convictvs: Discípulos Universitarios de Lima” es una comunidad no confesional que predica una forma de vida basada en los estudios de la Biblia.
Por Kamila Laurente
Portada: Kamila Laurente
A mediados de ciclo, con las prácticas calificadas y los exámenes parciales, la mayoría de estudiantes prefiere concentrarse en lo académico y descuida otras actividades. Darla Adrianzén Corilla (19), de Ingeniería Industrial, afirma que sus estudios no son obstáculo para dedicarle un horario exclusivo a Dios. Además de orar cada mañana, evangeliza en el campus de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), junto a la comunidad cristiana no confesional “Convictvs” (no se etiqueta bajo ninguna denominación religiosa), que invita a los universitarios a profundizar en su fe.
“Convictvs: Discípulos Universitarios de Lima” es un grupo de más de 40 jóvenes que basan sus formas de vida en la Biblia. Son parte de la Iglesia Cristiana Internacional de Lima, y su misión consiste en buscar creyentes –denominados “discípulos”– dentro de centros académicos como la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), la Universidad del Pacífico (UP) o la propia PUCP.
Los cuatro discípulos que tiene “Convictvs” en la PUCP no se han integrado al Centro de Asesoría Pastoral Universitaria (CAPU), que es el espacio que promueve el compromiso católico de la universidad. “La Iglesia católica enseña cosas con las que yo no estoy de acuerdo”, confiesa Darla, quien representa el descontento creciente de los jóvenes con esta religión.
“Hay dos cosas que juegan acá. La cultura en el Perú es sumamente religiosa, y los jóvenes están cansados de la religión”, opina Juan Carlos Arias (27), uno de los líderes de “Convictvs”, cuando se le pregunta por las limitaciones que encuentran al evangelizar en las universidades. De acuerdo a un estudio identitario realizado en el 2019 entre alumnos de San Marcos, los jóvenes creen en Dios, pero prefieren romper con la tradición religiosa de sus padres. Por ello, “Convictvs” enseña “doctrinas bíblicas, doctrinas espirituales. Lo que no enseñamos son tradiciones”, aclara Juan Carlos.
Además de prescindir de la rigidez propia de la Iglesia católica, los miembros de “Convictvs” señalan que lo que los diferencia de otras asociaciones religiosas es el amor. “Somos una familia. Somos un grupo que se conoce a profundidad, nos ayudamos mutuamente, y permanecemos unidos“, afirma Pablo Pirca (22), sanmarquino, alumno de Ingeniería Civil. Los integrantes de “Convictvs” recalcan que son una familia espiritual, pues además de evangelizar y dar charlas sobre temas de actualidad, oran juntos en reuniones dominicales –llamadas “devocionales”– en las que realizan dinámicas y comparten “buenas noticias”.
“¿Qué cosas como universitarios nos cuesta sacrificar para Dios?”, pregunta Pablo, en el segundo piso de Tinkuy, en su charla sobre las fake news y su relación con la Biblia. “El tiempo”, responden los alumnos, y cada uno explica cómo les cuesta encontrar un espacio en sus ajetreadas carreras para estar con Dios. Sin embargo, para los miembros de “Convictvs”, organizar su día en torno a Dios les da “mayor control sobre las horas de estudio”, comenta Darla. “Siempre hay tiempo para Dios”, concluye y retoma la marcha en Tontódromo en búsqueda de nuevos discípulos.
