El ciclo 2023-1 se inauguró con una grata sorpresa: un perro en el campus. Su presencia cautivó a los estudiantes, pero también se convirtió en motivo de preocupación debido a una norma universitaria que prohíbe animales domésticos en el centro de estudios. Estudiantes y un colectivo animalista siguen en la búsqueda de un nuevo hogar para Mc Gregorito.
Por Andrea Izarra
Portada: Cuenta de Instagram @mc_gregorito
La primera semana del ciclo 2023-1 comenzó con una singular presencia: un perro. Mc Gregorito, como cariñosamente fue bautizado por los estudiantes, es un animal callejero de raza mestiza que fue visto por primera vez en el complejo Felipe Mac Gregor, lo que explica su curioso nombre. La versión más difundida sugiere que el can ingresó al campus en busca de comida. Desde entonces permanecía en la universidad, donde alegraba a los estudiantes con sus ocurrencias.
El perro ganó popularidad entre los alumnos, quienes lo nombraron la mascota no oficial de la universidad. Su fama extendió los límites del recinto universitario y conquistó la red social Instagram con la cuenta @mc_gregorito, que acumula más de 6500 seguidores.
Entre los seguidores virtuales del cachorro, surgió “La comunidad de Mc Gregorito”, como se denomina un grupo de estudiantes que se ha organizado para proporcionarle una dieta adecuada a base de agua, croquetas y alimento húmedo (paté), así como desparasitantes y vacunas a fin de mantener a su engreído con buena salud. La agrupación estudiantil supervisa qué lugares frecuenta el animal y están en contacto para alimentarlo y velar por su seguridad.
Lamentablemente, los paseos y las siestas del cachorro por todos los rincones del complejo educativo fueron interrumpidos debido a las normas de comportamiento que establece el Reglamento Interno de Seguridad y Salud en el Trabajo de la universidad. “Al no ser un área pública, nos reservamos el derecho de admisión de personas, instrumentos y otros que pongan en riesgo a los miembros de la comunidad”, respondió al respecto una fuente de la Dirección de Comunicación Institucional (DCI).
La noticia de que Mc Gregorito no iba a poder quedarse dentro del campus era advertida por algunos estudiantes, conocedores del reglamento. Aun así el grupo de alumnos encargado del can solicitó a los representantes estudiantiles ante la Asamblea Universitaria (REA) que gestionen un permiso temporal para que el cachorro pueda permanecer en la universidad mientras se le conseguía un hogar adoptivo, sostuvo una portavoz.
La solicitud fue apoyada por Huellitas PUCP, organización de estudiantes que trabaja en favor del bienestar animal. En un post de Instagram del 4 de abril sobre cómo ayudar a Mc Gregorito, indicó que “la universidad no cuenta con procesos de adopción ni rescates de animales domésticos que ingresan al campus”. Según la vocera de “La comunidad de Mc Gregorito”, para darle mayor soporte a la solicitud de permanencia, dicha organización se comunicó con la Federación de Estudiantes de la PUCP (FEPUC).
Para Yamille Mejía (21), estudiante de Ingeniería Industrial y dirigenta de Huellitas PUCP, la intervención de su colectivo en el caso de Mc Gregorito fue apoyar a quienes cuidaron del perro y orientarlos en el proceso de búsqueda de una adopción responsable. Sus seguidores opinan que lo mejor para él es un hogar amoroso y seguro, por lo que difunden constantemente avisos de adopción.