Del total de personas con discapacidad en el Perú, la visual se posiciona como la de mayor frecuencia (48,3%), según el último censo nacional realizado por el INEI en el 2017. Dentro de este grupo humano, están las personas que tienen baja visión. Conoce dos testimonios sobre esta afección que podría ser visibilizada por el Estado si el Congreso llega a aprobar la Ley del Bastón Verde.
Por Alexia Vidal
La agudeza visual de un paciente con baja visión sigue siendo limitada incluso si utiliza corrección óptica. Para explicarlo con un ejemplo, en una consulta oftalmológica la persona que no logra distinguir las letras más pequeñas de una tabla para evaluar la visión y nitidez ocular debe someterse al uso de gafas, lentes de contacto o cualquier otra intervención médica, sea farmacológica o quirúrgica. Pese a estos tratamientos, el problema con la visión no muestra mejoría.
Desde hace 82 años, el Centro de Educación Básica Alternativa “Luis Braille” promueve la educación e inserción social de los individuos con ceguera y limitaciones visuales. Otro de sus objetivos es incentivar su autonomía a pesar de los desafíos que puedan surgir en su desempeño cotidiano. La institución dispone de un Centro de Educación Técnico Productiva (CETPRO), el cual brinda capacitación para la integración laboral. Además, existen sitios formativos con estas mismas características en otros puntos del país.
Bryant Vila (31) y Fran Guerrero (30) padecen de visión reducida y son estudiantes del CETPRO “Luis Braille”, ubicado en Comas. Bryant sufrió pérdida parcial de la función visual hace más de un año y medio, durante la pandemia. Si bien nació con glaucoma congénito (condición ocular que puede dañar el nervio óptico y afectar la visión), no fue hasta que se contagió de tuberculosis en el año 2020 que su situación se agravó. “Trabajaba en una constructora. Tenía prácticamente mi vida hecha. Me pasó esto y lamentablemente creí que todo lo que logré se había ido al agua”, revela con tristeza.
Sobre su incorporación al centro, Bryant precisa que está ahí desde hace cuatro meses, aunque fue diagnosticado con baja visión hace más de un año. Él no asimilaba su nueva realidad. “Toda mi vida pasaba por aquí cada vez que iba a la universidad. Siempre veía a las personas invidentes, pero no me decidía a entrar. Un día llegué con mi mamá a preguntar. Las clases ya habían empezado, pero me dijeron que podría ser un alumno libre y acepté”, recuerda Bryant. Desde hace un mes está matriculado.
Desde el 2016, Frank Guerrero es miembro del CETPRO “Luis Braille”. Ahora está realizando una actualización en el área de Masoterapia (técnicas de masaje con propósitos terapéuticos). Durante la entrevista él no usa su bastón porque conoce el lugar, pero aclara que sí lo necesita cuando transita por espacios públicos. A la edad de doce años comenzó a experimentar una restricción visual debido a un accidente. No brinda más detalles sobre el origen de su baja visión, solo señala que aprendió a superar las circunstancias mediante acompañamiento psicológico.
Desde hace tres años, Frank estudia Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Cuando debe rendir una prueba, un trabajador administrativo le facilita la lectura de las preguntas. A pesar de que le permiten grabar las sesiones de clase, confiesa que la infraestructura para la inclusividad es precaria en su casa de estudios. “Cuando se construyen obras públicas se debería pensar en la accesibilidad. Este sería un avance muy importante para cualquier persona con discapacidad visual. Nos podríamos involucrar más en la sociedad”, añade.
Sobre el Proyecto de Ley del Bastón Verde
Bryant y Frank desconocían la existencia del Proyecto de Ley 3207, propuesto por la congresista Susel Paredes. Su finalidad es promover el uso de un bastón verde para la movilidad e identificación de las personas con baja visión. El dictamen no fue aprobado en la segunda votación porque no alcanzó los tres quintos (78) del número total de congresistas (130), por lo que se someterá a una segunda votación. “¿Por qué tendrían que oponerse a una ley que está en favor de una persona que tiene problemas de visión? No sé qué esperar de un congresista que no está debidamente informado”, enfatiza Frank.
Ambos están a la espera de que el Parlamento finalmente apruebe dicho proyecto de ley para que más peruanos puedan diferenciar a las personas con limitaciones visuales de los que sí padecen la pérdida de visión completa. “La promoción del empleo del bastón verde sería de gran ayuda. No solo para las personas de baja visión o sujetos invidentes, sino para todas las personas”, concluye Bryant.