Al dejar Andahuaylas a mediados de los ochenta, Diana Morales Llerena también dejó su casa, las chacras familiares y el acceso al agua de río. Su madre tuvo que mudarse a Lima para acompañar a una hermana que estaba enferma. En el asentamiento humano Señor de los Milagros (Comas), donde se instalaron, no tenían ni agua ni comida.
Treinta años después, el comedor popular que creó sigue librando la batalla diaria contra el hambre de su barrio. Ahora, los hombres a los que organizó para hacer una carretera para que lleguen las cisternas de agua ya son mayores, y son los niños los que van hacia ella buscando confort. La abuela, con 70 años encima, sólo busca despertar conciencias para seguir caminando.
Por: Lorena Jurupe, Alonso Zambrano, Sthefanny Carrión, Jennifer Valqui y Jonathan Castro.