Jaime Delgado Zegarra: el defensor de los derechos del consumidor ahora en TikTok

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Si crees que TikTok es solo para jóvenes, piénsalo otra vez. Con más de 60 años, el abogado arequipeño Jaime Delgado Zegarra se acerca al medio millón de seguidores. Es un referente para los periodistas cuando se trata el tema de los derechos del consumidor. Fundó la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC), y como congresista de la República en el periodo 2011-2016, impulsó la Ley de Alimentación Saludable. Buscar justicia para todas las personas que sufren algún tipo de atropello por parte de las empresas es su lema.

Esta entrevista fue elaborada en el curso Taller de Crónica y Reportaje, dictado por el profesor Mario Munive.

Por Cynthia Pérez


Jaime Delgado Zegarra ha dedicado cuarenta años de su vida a defender los derechos del consumidor. “En un principio, cuando hablaba del consumidor, creían que me estaba refiriendo a un fumón», recuerda. Fue en 1984 que creó la Asociación de Protección del Consumidor de Arequipa. Esta organización, que tuvo impacto en la región, fue clave para el surgimiento del movimiento de protección del consumidor en el Perú, consolidado en ASPEC. Desde entonces, Delgado ha sentido la responsabilidad de educar a los peruanos sobre sus derechos como consumidores de productos y servicios. 

Abogado de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), Jaime Delgado atendiendo sus primeros casos de defensa del consumidor en su oficina de Arequipa. Foto: Cynthia Pérez Amaya.
Artículo escrito por Jaime Delgado que fue publicado en el diario «Correo» de Arequipa el 1 de abril de 1984. Foto: Cynthia Pérez Amaya.

Cuando me recibe en su casa en el distrito de San Miguel, es la segunda vez que nos vemos. Lo había entrevistado por un caso de abuso que un banco local cometió contra sus clientes y por el que la institución fue sancionada con una multa del Indecopi. Mientras espero que termine sus labores, observo su oficina. Hay un sinfín de diplomas y certificados. En otro lado, libros de tapa gruesa, donde se encuentran los primeros casos en los que trabajó. Medallas, premios y galardones figuran en una vitrina. En el centro está su escritorio principal y tiene un rincón con un mural del claustro de la Iglesia de la Compañía de Jesús. Este espacio es uno de sus favoritos para grabar sus tiktoks.

En medio de aquella oficina seria, lo que más llama la atención son sus artefactos de grabación e iluminación, un aro de luz que es infaltable para cualquier influencer, de esos que suelen ser más jóvenes y poseen miles o millones de seguidores. Pero TikTok está demostrando que es inclusivo respecto a la edad. Prueba de ello son los millones de reproducciones que tienen los videos de Delgado en donde enseña cómo los consumidores debemos defendernos.

—¿Qué lo motivó a crearse una cuenta en TikTok para hablar sobre los temas que lo han apasionado por tantos años?

—Yo incursioné en TikTok por mi hija Katty. Ella estudia Comunicaciones, entonces me dijo: “Papá, yo sé que tú has hecho televisión, radio, has escrito en periódicos, pero ya los jóvenes no te conocen. ¿Por qué no estás en redes sociales, no estás en TikTok?”. Y mi primera reacción fue: “¿TikTok? ¿Cómo voy a estar en TikTok?”. Finalmente me convenció. Lo hice precisamente con la finalidad de educar, le hablo a la gente cosas que en su vida cotidiana les son de utilidad.

Jaime Delgado con la documentación sobre los derechos del consumidor. Foto: Cynthia Pérez Amaya.
Condecoraciones y medallas decoran su oficina. Foto: Cynthia Pérez Amaya.
Jaime Delgado sentado delante del mural que retrata un atractivo turístico de Arequipa. Foto: Cynthia Pérez Amaya.

—¿Considera que esta plataforma puede ayudar a promover los derechos de los consumidores? 

—Absolutamente. Las redes sociales son un medio extraordinario porque han democratizado el acceso a la información, que antes estaba monopolizado por determinados medios, y nos permite llegar a la gente. Muchas personas me escriben para contarme los problemas que tienen, y de ahí yo obtengo el material para publicar. Es una educación permanente, pero ya no es una estructurada, rígida, sino más dinámica, con ejemplos.

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Entre sus experiencias y las de su esposa como consumidores, los mensajes que recibe a diario de personas que necesitan su ayuda, Delgado asegura que tiene suficiente material para seguir haciendo videos. El más viral es el de la cebollita china, donde denunció que la verdura que vendían en un puesto del Mercado Mayorista de Santa Anita contenía manchas azules que implican la presencia de agroquímicos perjudiciales para el consumo humano. La noticia sobre lo hallado en este alimento fue difundida en varios medios.

Otros casos que destacan en su cuenta son el de los cines y la prohibición que tienen de negar el ingreso a las salas a espectadores que llevan su propia comida, la necesidad de imprimir octógonos en empaques de las leches de fórmula para bebés, etc. No tiene miedo de denunciar a grandes corporaciones o bancos. Muchos de sus seguidores le piden tener cuidado, temen represalias, pero él no.

—¿Y qué impacto cree que pueda tener TikTok en la defensa de los derechos del consumidor a nivel global?

—Hay temas que he denunciado y se han puesto en la agenda pública, ¡imagínate! El de la cebollita china y un montón. Con TikTok, hemos recobrado la libertad de decir las cosas. Es una tremenda ventaja de la red.

—¿A qué le atribuye su éxito en esta aplicación utilizada en su mayoría por los más jóvenes?

—Una persona que es valiosa para mí es mi hija de 21 años. Ella es mi productora. Si no le gusta y no le parece un video, simplemente no lo publica. Me dice: “Si no lo entiendo yo, no lo van a entender los jóvenes”. O, “no me gusta la forma en la que estás diciendo algo, estás regañándolos, no nos gusta que nos regañen, es suficiente que nos regañen nuestros padres”. Los jóvenes están buscando información que les sea útil, divertida y amena.

—¿Se ha enfrentado a algunos desafíos desde que está en la plataforma? ¿Quizá por la naturaleza de su contenido?

—Bueno, a veces las empresas me mandan cartas notariales. Un día, en el supermercado, me encuentro con muchas marcas de aceite que dicen aceite de soya, aceite de girasol o aceite de maíz. Perfecto. Y luego encuentro dos marcas de Alicorp. Dice aceite de soya y/o girasol, y/o canola. Perdón, ¿qué significa ‘y/o’? No sé si es transgénico, porque si es de soya, seguramente es transgénico. Entonces yo publico esto, y ese mismo día estoy recibiendo una carta notarial: “Señor Delgado, le exigimos que se rectifique porque este caso ya ha sido visto en el Indecopi”. Entonces yo leo la resolución y salgo al día siguiente y digo: “He recibido una carta de Alicorp diciéndome que Indecopi les ha dado la razón en que pueden poner ‘y/o’”. Qué mal, Indecopi. ¿Para eso te han dado la función de protección al consumidor? No les va bien cuando me mandan cartas notariales.

—¿Algún problema con lo tecnológico o las publicaciones?

—Una vez me bajaron un video sobre Scotiabank. Habrá un mecanismo para denunciar, qué sé yo. Eso fue al principio, y luego con mi hija reclamamos, porque hemos aprendido que, cuando te bajan algo así, es el sistema, no es por incumplimiento de algo. Seguramente las empresas están preparadas para cuando no les guste un video.

—¿Cuál ha sido la respuesta de la audiencia hasta ahora? ¿Ha notado algún impacto positivo en la conciencia de los consumidores desde que comenzó con sus videos en TikTok?

—Sí, muchísimo, pero me ha llamado la atención algo. Estuve en Panamá, en la Conferencia Mundial sobre el Control del Tabaco de Naciones Unidas, un evento donde se está discutiendo la necesidad de regular y hasta prohibir el vape, porque los jóvenes están cada día más adictos al vapeo, y eso es más adictivo que el propio tabaco. Entonces hice un par de videos sobre el vape. Y en dos días perdí 500 seguidores. Nunca me había pasado. Estas empresas son tan grandes que, de pronto, pueden haber influido, o quizá me metí con un producto al que los jóvenes son muy fieles. Cuando comencé a criticar el vape, los comentarios eran: “Es mentira, porque los vapes no tienen nada, también nos quieren prohibir eso”. Me di cuenta de que el vapeo es un fenómeno muy fuerte.

Jaime Delgado en la Cumbre de la Alianza de Ciudades Saludables, realizada el pasado marzo en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Fuente: Facebook.

TikTok, aparte de entretener a sus usuarios, resulta rentable para los creadores de contenido. Por ejemplo, en los Estados Unidos o Europa, si un usuario cuenta con más de 10,000 seguidores puede empezar a monetizar con las visualizaciones de sus videos. Suena muy prometedor, pero en Latinoamérica la historia es distinta. No reciben ganancias por las vistas, por lo que trabajan con marcas para recibir ganancias por publicidad.

—¿Percibe algún tipo de ingresos con sus vídeos en TikTok?

—No monetizo nada, en Perú no se puede. Sin embargo, el otro día vino un sobrino y me dijo: “Tío, ¿pero por qué estás haciendo solo videos? También puedes hacer en vivo. Vamos a hacer la prueba”. Y de ahí: “Hola, amigos. ¿Cómo están? ¿Qué tal? Soy Jaime Delgado, voy a hacer un live para conversar con ustedes sobre temas que les interesan”. En diez minutos ya tenía doscientas personas que se unieron. Y luego monetizando. Con eso sí la gente gana.

—¿Se le han acercado empresas para ofrecerle publicidad?

—Claro, permanentemente estoy recibiendo correos de agencias. Pero yo no hago publicidad de productos ni de servicios. Hay un creador de contenido con muchos seguidores que habla de noticias, y cuando comenzó a recibir publicidad de un banco y otras empresas, ya la gente le dice: “Ah, ya te vendiste, ya no te creemos”. Yo no quiero que suceda eso conmigo.

—¿Qué les diría a esas personas que quisieran transmitir un mensaje importante o enseñar algo en TikTok, pero que no se atreven porque creen que es solo para entretenerse?

—El mundo está cambiando de manera vertiginosa, así como las formas de comunicación. Entonces, todos los que queremos contar con alguna influencia en la vida social, económica, cultural, tenemos que estar ahí. Si no estás conectado con las nuevas generaciones, te pierdes. Para mí, la docencia es eso también. Estar pegado a jóvenes de veinte años me enriquece muchísimo. Y ahora, con las redes sociales, con mayor razón, porque me exige adecuar mi pensamiento a las nuevas formas de pensar.