Han transcurrido quince meses de gestión y tanto el Ejecutivo como el Parlamento aún no abordan una demanda social que diversos movimientos feministas reclaman.
Por Gabriel Moreno
Portada: Rosa Villafuerte
En el Perú, según un reporte de Justicia Verde, desde el 2016 hasta el 2021 se han registrado 262 mil 28 casos de abortos practicados y atendidos en establecimientos del Minsa y EsSalud. Esta cifra esconde una tendencia alarmante: 13 mil 825 niñas y adolescentes han abortado y han sido atendidas en los sistemas de salud anteriormente mencionados. Pero esta realidad parece no importarle al Congreso y mucho menos al Ejecutivo. Según Giselle Morales Vargas, del movimiento feminista Manuela Ramos, ambos poderes del Estado se han opuesto a la legalización del aborto y a otras propuestas relacionadas con la igualdad de género.
Esta crítica se hace más sólida si se advierte que la Comisión de Mujer y Familia aprobó el dictamen del proyecto de ley 1520 propuesto por la congresista Rosangella Barbarán, de Fuerza Popular. Este asegura promover la protección del embarazo de la madre gestante y del niño por nacer. No obstante, la aprobación de este proyecto de ley se convertiría en una traba para el ejercicio de los derechos de las mujeres, pues pone en riesgo el aborto terapéutico reconocido en el Perú desde 1924. Así lo explica Giselle Morales: “Este tipo de proyectos, lejos de querer defender una supuesta vida, ponen en riesgo el acceso a derechos, el acceso a una vida libre de violencia, libre de tratos inhumados a las niñas que son obligadas a ser madres y también a muchas otras mujeres que ya no podrían acceder al aborto terapéutico”.
Pero el Congreso no es el único que se muestra contrario a la legalización del aborto, también las declaraciones del presidente Pedro Castillo, quien se ha pronunciado en contra, evidencian que en el Ejecutivo no existe una agenda política que busque prioriza esta demanda social. Castillo, además, mantiene vínculos con pastores evangélicos que también se oponen a la legalización del aborto y a otras reivindicaciones de género. Según el portal Wayka, el mandatario se habría reunido más de una vez con voceros de estos grupos religiosos.
Crítica hacia las congresistas que se muestran en contra de la legalización del aborto. En ella, podemos reconocer los rostros de Adriana Tudela, Milagros Jáuregui, Maria Jessica Lobatón y Rosangella Barbarán. Fotografía tomada el 28 de setiembre de este año. Foto: Rosa Villafuerte.
A pesar de ello, hay aún una luz de esperanza en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. En una entrevista a un medio de comunicación local, Claudia Dávila, la ministra de esta cartera, se mostró a favor del aborto en caso de violación sexual. La noticia fue recibida con esperanza por diversos movimientos feministas: “Que (la ministra) muestre su postura a favor del tema es un avance a comparación a otras gestiones que hemos tenido”, comenta Giselle Morales. Sin embargo, aún considera que es complicado que el gobierno pueda tener una postura favorable al aborto debido a la reacción de determinados sectores contra esta iniciativa y los prejuicios que existen.
¿Qué se puede hacer?
Teniendo en cuenta que el Congreso y el presidente Castillo no tienen intenciones de legalizar el aborto, el movimiento Manuela Ramos cree que la mejor opción es seguir presionando desde la sociedad civil. Así lo sostiene Giselle Morales, una de sus promotoras: “Lo que nos queda como sociedad civil es generar conciencia en la población, seguir informando y cuestionar los mitos que se transmiten por medio de las redes sociales y los medios de comunicación más tradicionales”. El movimiento Manuela Ramos señala que también se debe luchar contra la indiferencia y estigmatización del aborto en la sociedad peruana.
Según un reciente estudio que Ipsos realizó en 27 países, Perú ocupa el puesto 25 en cuanto a los avances para la legalización del aborto en caso de violación sexual. Para Giselle Morales este atraso es alarmante y se debería a la falta de información que existe acerca del aborto: “El Perú es un país altamente conservador, con ideas muy cerradas, que en su mayoría provienen de la desinformación. La población carece de fuentes con las cuales desmontan los mitos y los miedos que los grupos antiderechos difunden constantemente”.
Fotografía de la marcha por la despenalización y legalización del aborto que se llevó a cabo este 28 de setiembre. Foto: Rosa Villafuerte.
El movimiento Manuela Ramos desarrolla una campaña de sensibilización y concientización acerca del aborto y utiliza para ello las redes sociales, en las cuales visibiliza casos y estadísticas, además de ofrecer talleres informativos, entrevistas y charlas en colegios con alumnos y alumnas, profesores y padres de familia. El movimiento no solo busca la legalización del aborto, sino también que se deje de criminalizar a las mujeres que lo practican.