En la Facultad de Ciencias e Ingeniería por cada mujer estudiante hay tres hombres. Hace un mes la Comisión Contra el Hostigamiento Sexual denunció públicamente el contenido violento y misógino de las barras y arengas que suelen corearse durante la Semana de Ingeniería, pero eso es solo la punta del iceberg de un problema mayor.
Por: Daniel Contreras
Portada: DCI/Giovanna Fernández (2017)
Ruth estudia Ingeniería de las Telecomunicaciones en la PUCP. Una amiga suya, estudiante de la especialidad de Ingeniería Mecánica, le contó que en una de sus clases introductorias un docente (“de la escuela antigua”) afirmó que “las mujeres no sirven para ingeniería, acá no hay ninguna mujer porque no se atreven a estudiar mecánica”.
Este no es un caso aislado. Según un reporte de 2017 realizado por la Dirección de Gestión de la Investigación (DGI), en el primer semestre del 2016 egresaron 93 mujeres de la Facultad de Ciencias e Ingeniería, en contraste con los 250 hombres que terminaron sus estudios con ellas. El sexismo en un ambiente tan masculinizado se manifiesta en distintas formas, y una de ellas es el contenido de las barras que suelen corearse durante la Semana de Ingeniería, un evento con fines recreativos que organiza el Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEFACI).
El 4 de septiembre, la Comisión contra el Hostigamiento Sexual realizó un post en Facebook denunciando las letras misóginas y homofóbicas de las arengas. Aunque el post tuvo como reacción varios comentarios de apoyo, tampoco faltaron mensajes de odio. Una serie de denuncias en masa consiguieron que la publicación fuese borrada de la red social, por lo que la Comisión se vio forzada a subirla de nuevo.
“Nos quedamos en shock”, admite una miembro de FemCiencias, un colectivo feminista que surgió de Estudios Generales como un espacio seguro para las alumnas de la facultad. “¿Hasta qué nivel pueden llegar para bajarse una publicación así? Nos molestamos demasiado todas, dijimos ‘de verdad hay que hacer algo’. No van a cambiar a la buena”.
Para la representante de FemCiencias, quien prefirió no ser identificada, la escasa o nula formación que reciben los estudiantes de Ciencias e Ingeniería respecto al género explica en parte porqué el machismo se encuentra tan normalizado. “Nosotras vivimos del cálculo, de la mecánica cuántica, de la física. No llevamos ningún curso donde expliquen qué es el machismo, el feminismo, ni el género en sí”.
La situación es particularmente crítica en especialidades como Ingeniería Mecánica, Ingeniería de Minas o Ingeniería Mecatrónica, donde la proporción de alumnas mujeres es aún menor. “Les gusta trolear, ser machistas, misóginos. Lo toman muy a broma. Una mujer publica algo sobre feminismo y le dan ‘me divierte’”, lamenta la representante de FemCiencias. Ruth coincide con ella. “Cuando les quieres decir algo te contestan con esos comentarios de Facebook, como trolls. Es horrible”.
“He aprendido a identificar estos casos de sexismo, incluso en mí mismo”, cuenta por su parte Sebastián Canchis, presidente de la Asociación de Estudiantes y Egresados de Ingeniería Mecatrónica. “Y sí, [el machismo] se nota bastante, sobre todo cuando se tocan esos temas. Una vez que hablas de ello algunos sí saltan: te dicen que cambies de tema o que no importa”.
Pero el sexismo también afecta a las alumnas de especialidades donde la brecha de género no es tan amplia. Klaricet, quien estudia Ingeniería Industrial, siente que su carrera es menospreciada porque, en proporción, hay más mujeres que la estudian. “Cuando dicen ‘Industrial no es ingeniería’, es como si aludieran a que Industrial es para mujeres. Como decir ‘tú eres mujer, sí puedes estudiar una carrera que no es ingeniería, pero un hombre no, ‘¿cómo va a estudiar una carrera que no es ingeniería?’”.
Abordando el problema
¿Podrán las barras machistas pasar a ser cosa del pasado? Klaricet reconoce que son una parte muy importante de la vida en la Facultad pues son sinónimo de la Semana de Ingeniería. “Supongo que habrán sentido la publicación como algo en contra de ese evento, pero las barras se pueden cambiar”.
De acuerdo con Andrea Chávez, representante estudiantil e integrante de la Mesa de Diálogo de violencia de género en la PUCP, la propia organización política de Ciencias e Ingeniería dificulta que se le apliquen medidas de fiscalización y sanción. “Ingeniería no tiene Centro Federado, tiene Centro de Estudiantes, por lo que el Estatuto FEPUC no se aplica en su totalidad o no tiene el mismo peso para ellos”.
Según Chávez, un paso importante para erradicar la cultura machista de la facultad es “que exista un ámbito de cero impunidad para quienes han sido denunciados en su momento, y que haya sanción y reconocimiento del problema por parte de las autoridades”, así como que se aumente la proporción de mujeres en la plana docente. La representante también precisó que se viene realizando un diagnóstico integral sobre violencia de género en la universidad. “Estamos contando con que estos datos se hagan públicos, porque de lo contrario será un círculo muy cerrado quien pueda elaborar propuestas”.