Franccesco Huamán (24), estudiante de Publicidad de la PUCP, fue consciente, desde que era un niño, de su afición por la cocina. Ahora sabe sacarle el máximo provecho. Realiza videos culinarios para redes sociales bajo el seudónimo ‘Good Food Papi’. Y no solo cocina, él mismo los graba y edita porque considera que de esta manera muestra su esencia como creador de contenido. Actualmente, su cuenta está cerca de llegar al millón de seguidores en Tiktok y 450 mil en Instagram.
Por Lorena Angulo
Portada: Alexandra Prado
Franccesco nunca imaginó que un video de él cocinando, publicado por puro entretenimiento en plena pandemia en su cuenta de TikTok, iba a convertirlo en lo que es ahora: un foodie, cuyos videos más famosos superan las ocho millones de visualizaciones.
A los 24 años, Franccesco ha logrado lo que muchos jóvenes quisieran: ser popular trabajando en lo que le apasiona y ganar dinero por ello. Nacido en Cajamarca y estudiante de Publicidad en la PUCP, publica videos cortos de cocina en Instagram y TikTok tres veces por semana. Se luce con versiones propias de platos bajos en calorías y con las más contundentes preparaciones, como pollo oriental con ramen saltado, costillas en salsa barbecue, nachos ‘aperuanados’, entre otras delicias.
—¿Cómo empezó tu faceta de creador de contenido?
—Para mí la cocina siempre ha sido un lugar seguro, en el cual puedo desestresarme y reforzar mi creatividad. Cuando ingresé a la universidad, vivía solo y me mantenía, pagaba mi mensualidad vendiendo postres, pero llegó la pandemia. Recuerdo que en ese tiempo un montón de gente publicaba recetas de comida en TikTok, ya que nadie podía salir a comer.
—Entonces, una vez grabé con mi celular la preparación de un arroz chaufa, creo que tuvo 100 vistas. No tenía la intención de que se hiciera viral, solo fue por entretenimiento. Luego de ello, revisé los perfiles más famosos de cocina. Descubrí que había un chico llamado Newt que utilizaba su celular para grabar sus videos, y traté de imitar algunas cosas que él hacía porque no sabía nada sobre cómo grabar ni cómo hacer una receta. Cociné un pollo oriental. Creo que estuve cuatro horas editando y lo publiqué en TikTok el 18 de marzo de 2020. Al siguiente día desperté y me sorprendí al ver que mi perfil tenía 10 mil seguidores y mi video 100 mil vistas.
—Esa plataforma estaba en sus inicios, por lo que esa cantidad era bastante. Los comentarios eran positivos y me pedían más recetas. Yo estaba feliz porque nunca había tenido tantos seguidores en ninguna red social. En mi perfil personal contaba, a lo mucho, con 85 personas, gente que conocía.
—Entonces, ¿tu principal objetivo cuando publicaste tu primer video viral en TikTok fue entretenerte?
—Sí, en realidad, jamás me había llamado la atención ser creador de contenido. Soy tímido y no tengo facilidad para hablar frente a cámaras o relacionarme con los demás, pero me animé a publicar ese video porque vi que mucha gente lo hacía y me dio curiosidad saber qué pasaría luego.
—¿Por qué tu seudónimo en redes sociales es ‘Good Food Papi’?
—Es curioso, yo antes vivía en Guatemala por el trabajo de mi papá y estudiaba en un colegio americano donde la mayoría no hablaba español. Recuerdo que las palabras que más usaba para comunicarme con mis amigos eran ‘causa’, ‘mano’ y ‘papi’. Incluso, ellos también me llamaban por esas jergas.
—Así surgió el nombre ‘Chef papi’, pero como no he estudiado esa profesión, consideré que era una falta de respeto para la gente que sí lo hizo. Seguí pensando qué seudónimo podía utilizar y se me ocurrió ‘buena comida’ porque era lo que desde un inicio quería mostrar. Ahora mucha gente me dice en broma ‘el padre de la buena comida’. Yo lo tomo con gracia y me río, aunque creo que me gusta.
—¿Desde cuándo te gusta cocinar?
—Desde muy pequeño. Mis primeros recuerdos son de cuando salía del jardín (educación inicial) y llegaba a mi casa a ayudar a cocinar a mi mamá. Ella me subía a la encimera de la cocina y preparábamos papa a la huancaína y ocopa. También cocinábamos en las tardes para mi papá que llegaba de trabajar.
—¿Cuánto tiempo tardas en cocinar cuando grabas tus videos?
—Usualmente, yo trabajo detrás de cada receta, hago tres o cuatro pruebas de preparaciones que veo en Internet y luego me quedo con lo mejor de cada una para crear la mía. En cuanto a cocinar, me tardo un promedio de dos horas, sin considerar el tiempo que me toma arreglar las luces y la cámara para grabar, lo cual puede extenderse hasta dos horas más.
Franccesco no solo cocina y graba su propio contenido. Hay también otro trabajo detrás que es editar sus videos, ya que siempre está aprendiendo a utilizar mejor su cámara, y a corregir el color y la iluminación de la grabación. Puede demorarse hasta ocho horas para hacer una ‘review’ de un restaurante.
Por ser una persona tímida, él no solía aparecer en sus videos. Era más bien el trabajo de producción audiovisual lo que prefería destacar. En sus últimos videos, aunque sus platos y preparaciones siguen siendo los que más muestra, ya asoma su rostro frente a cámaras.
—¿Trabajas solo?
—Sí, yo cocino, grabo y edito. Algunas veces mi mamá me ayuda preparando algunos ingredientes o limpiando. Me he dado cuenta de que a mucha gente le sorprende, incluso a mí también, porque varios creadores de contenido de cocina trabajan con dos personas, quienes ayudan a grabar y editar.
—¿Has pensando en tener alguna ayuda?
—Creo que sí sería bueno tener una ayuda, pero siento que se perdería un poco mi desarrollo como creador de contenido. Cuando edito, brindo mi esencia al hacer correcciones de colores o elegir los encuadres, lo cual no podría si derivase el trabajo a otra persona.
—Grabaste tu primer video con tu celular. ¿Ahora cuentas con una cámara profesional?
—Como yo comencé grabando con mi celular, aprendí a aprovechar la cámara y a entender la edición. Luego opté por comprar una cámara profesional. Respecto a la iluminación, la mayoría de gente con la que he realizado alguna colaboración o me ha visto grabar se sorprende porque una luz puede costar hasta 400 soles, pero la mía es de 35 soles. Ya había leído sobre esta, entonces un día fui a Sodimac y escogí el foco más luminoso que costaba 25 soles, también compré un cable y un enchufe de cinco soles cada uno. Llegué a mi casa y armé mi propia iluminación con lo que había adquirido en esa tienda.
El joven, quien no solo se ha vuelto un experto en cocina, sino en edición de videos, recuerda entre risas que por armar su propia iluminación estuvo a punto de malograr la palanca que brinda luz en su departamento. Ese día tuvo que hacer tres cortes de luz.
—¿Cómo es tu espacio de trabajo?
—Es la cocina del departamento donde vivo con mis padres, un espacio pequeño de 40 por 80 centímetros, no es un estudio preparado.
—¿Ser un creador de contenido con tantos seguidores ha cambiado en algo tu vida?
—No creo que haya cambiado mucho porque añadí a mi rutina cocinar y grabar videos. Lo que aún no asimilo es el impacto que puedo tener en redes sociales, todavía pienso que me ven solo 100 o 500 personas. El aspecto que sí ha cambiado en mi vida es cobrar por promocionar una marca o producto. Con mi familia hemos pasado crisis económicas durante bastante tiempo. Por ello, estar en este ‘mundo’, a pesar de ser complejo, tiene un impacto muy bueno.
—¿Tenías algún conocimiento de cómo y cuánto era el cobro por promocionar una marca cuando recién comenzaste a hacerlo?
—Para nada, no tenía idea y tampoco conocía a alguien en el rubro de creación de contenido, porque mi crecimiento en redes fue muy rápido. Desde el 2020 hasta el año pasado sumaba tres mil seguidores en Instagram porque no publicaba ‘reels’, solo videos, los cuales no tenían mucho alcance. Cuando empecé a subir este tipo de contenido, en los tres últimos meses de 2022, pasé de 5 mil a 200 mil seguidores, y ahora son cerca de medio millón.
—En varias oportunidades, cuando aún todo era nuevo para mí, grandes marcas me pagaron mucho menos de lo que debían. Aunque yo preguntaba sobre lo que se debía pagar a personas relacionadas con la publicidad, no sabían mucho porque creo que eso se maneja más entre los creadores de contenido y las agencias, las cuales tienen precios estipulados en el mercado. Recuerdo que cuando cobré mi primer pago fue el 20% del precio real del mercado, pero yo estaba feliz. Siempre mi propuesta es hacer más de lo que comúnmente se ve. Con un poco más de inversión, planeo hacer un verdadero storytelling de las marcas que quieran promoción a través de mis redes.
—¿Qué tan difícil es ser creador de contenido y estudiar una carrera profesional a la vez?
—Crear contenido para marcas que te pagan es una inversión de tiempo. Por ello puede ser que le ponga más empeño que a mis estudios. Más aún sí hay la posibilidad de ganar mayor cantidad de dinero que al ejercer mi profesión. Definitivamente, para mí es difícil porque podría vivir de esto, pero la carrera universitaria siempre será más importante.
—Yo suelo estresarme rápido, y por brindarle el tiempo debido a mis recetas, me quedo despierto haciéndolas hasta las dos o tres de la madrugada, lo cual no está bien porque ha impactado negativamente en mi peso. Creo que esa es una de las razones por las que no quiero mostrarme frente a cámaras. La gente siempre está fijándose en el aspecto físico. Muchas personas creen que crear contenido es fácil, y para algunos, en efecto, sí lo es, pero demanda bastante tiempo. Un video puede durar diez minutos; sin embargo, detrás hay muchas horas de trabajo.
—Entonces, ¿cuál es tu motivación para seguir estudiando?
—El orgullo. Mis papás no llegaron a la universidad, es más, creo que soy la primera generación de mi familia en hacerlo, por lo que graduarme los haría muy felices. Además, tener una profesión es seguro. Es cierto que la creación de contenido brinda bastante dinero, pero no te asegura que siempre te vaya bien porque pasado un tiempo te pueden olvidar. Otra de las razones es porque algunas agencias de marketing me han puesto en ‘la lista negra’ con algunas marcas cuando no acepté que me representaran.
—¿Te han subestimado en este trabajo?
—Hay empresas que me han remunerado menos de lo que deberían. Recuerdo que una vez me querían pagar lo que usualmente cobra un creador de contenido con 10 mil seguidores. También me enteré de que uno de mis amigos recibió diez veces más la suma que yo obtuve por hacer el mismo contenido. Me han subestimado por ser joven. En el Perú, te infravaloran. Si no eres un foodie o cocinero mayor, creen que no tienes experiencia, buen paladar o, simplemente, que te deben pagar menos.
—Existe un estereotipo de que los hombres no deberían cocinar porque es labor de las mujeres, ¿alguna vez te lo han mencionado?
—En realidad, es algo sexista porque es un estereotipo que solo cumple para la cocina del hogar. Es algo que no me agrada y una de las razones por las que comencé a colaborar mayormente con creadoras de contenido. En el imaginario peruano se cree que la mujer es buena para la cocina, pero solo en el ámbito cotidiano. Mucha gente brinda visibilidad a los chefs hombres y, si existe alguna reconocida del sexo femenino, apenas se sabe su nombre.
—Entonces, nunca me ha pasado que me estereotipen por ser hombre y dedicarme a la cocina. Al contrario, debo reconocer que me ha permitido ganar popularidad. A la audiencia le parece bien que sea un joven que cocina, además de tener una buena producción en los videos. Ha sido beneficioso para mí, pero, lamentablemente, a veces percibo que no toman en serio a las creadoras de contenido dedicadas a este rubro.
—¿Estás satisfecho con lo que haces?
—No, creo que nunca estoy satisfecho con lo que hago, siempre se puede mejorar. Siento que uno de mis límites son los recursos que tengo, como la iluminación o la cámara, que no son las mejores. Además, me gustaría tener un mejor lugar para cocinar; no obstante, creo que también hay otras formas de potenciar mi trabajo. Siempre estoy pendiente de distintos creadores de contenido, no necesariamente de cocina, y aprendo de ellos.
—¿Cambiarías algo?
—Creo que no, parte del crecimiento personal y profesional se deben a los errores que cometí en el camino. Aunque sí me hubiese gustado mostrarme más en cámaras para crear una comunidad más sólida, pero no lo hacía por ser tímido. Muchas veces he tratado de que en mis videos aparezca una persona que no era yo, lo cual se sentía antinatural.
—¿Qué aspiras lograr en unos años?
—Me gustaría tener muchos utensilios para cocinar y un estudio bien equipado. Además, aspiro a hacer ‘cenas clandestinas’, las cuales consisten en que un foodie o chef cocina en su departamento y las personas van por la experiencia de que les preparen alguna receta. Por otro lado, quiero brindarle a la audiencia peruana el verdadero contenido de calidad de gastronomía que se merece. He visto diversas referencias audiovisuales, como ‘Chef’s Table’, que hacen documentales sobre comidas, y creo que acá existen demasiados creadores de contenido haciendo videoblogs, pero no hay un trabajo de planificación detrás. Incluso, me he enterado de que algunos realizan tops pagados. La empresa ofrece un monto para que mencionen a su restaurante como uno de los mejores. Eso es engañar a tu audiencia.
Muchas veces, por tratar de encontrar la ‘perfección’, Franccesco sintió falta de inspiración para grabar sus videos, pero desde que leyó la frase “El mejor amigo de la procrastinación es la perfección”, tiene más claro que pretender actuar sin errores desencadena aplazar tus planes y hasta terminar sin hacer nada. “La creación de contenido es un proceso de aprendizaje con aciertos y errores, en el que debes dejarte guiar por tu esencia e instruirte cada vez más”, asegura.
Aquel joven de 24 años sueña con abrir un restaurante dentro de unos años. Además, le gustaría viajar a otro país que también cuente con riqueza culinaria para poder fusionar nuestra comida. Definitivamente, seguirá creando videos de cocina, y espera sorprendernos con un proyecto antes de que finalice el año.