En vísperas del partido contra Ecuador por las eliminatorias y el inicio de la Liga 1, el Gobierno dispuso que los estadios deportivos en Lima puedan funcionar hasta con un 30% de su aforo, pese al reciente repunte de casos positivos COVID-19 debido a la variante ómicron. Especialistas en salud pública y figuras de nuestro fútbol consideran que dicho porcentaje aún se podría ampliar de manera significativa.
Por: Paulo Samaniego y Renzo Rodríguez
Portada: Radio Nacional
A pesar del significativo avance de la vacunación contra el coronavirus, las autoridades se mantienen reacias frente a la idea de permitir que los recintos deportivos funcionen con un porcentaje considerable de aforo, tal como viene sucediendo con establecimientos como los cines, teatros o restaurantes. Afortunadamente para nuestro fútbol, tras conversaciones entre la Federación Peruana de Fútbol (FPF) y el Ministerio de Salud (Minsa), una parte de la fanaticada podrá apoyar a la selección nacional en los últimos partidos de las clasificatorias para el mundial de Qatar. Sin embargo, ¿qué tan seguro es que la selección pueda contar nuevamente con la mejor hinchada del mundo?
El complicado regreso de los hinchas
A inicios de septiembre del 2021, el Ejecutivo permitió la presencia del público en los estadios, pero con un límite del 20% de su aforo total. Para ingresar, los asistentes debían acreditar haber sido vacunados contra el coronavirus. Dicha autorización posibilitó que el partido entre Perú y Uruguay en el Estadio Nacional por las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial Qatar 2022 se dispute con hinchas presentes tras año y medio de ausencia. El aliento de la hinchada se hizo sentir y a los 24 minutos la selección anotó un gol.
Tras dicha experiencia, las autoridades permitieron que los enfrentamientos contra Venezuela, Chile y Bolivia también contasen con fanáticos en el Estadio José Díaz. La escuadra nacional contó con la motivación para sumar 10 de 12 puntos posibles (4 partidos)
Dichos encuentros propiciaron que la FPF acuerde con el Minsa y la Policía Nacional del Perú (PNP) para que las finales de la Liga 1 entre Alianza Lima y Sporting Cristal sean con público. Se habilitaron 12,906 asientos para ambos cotejos, un poco más del permitido para los compromisos de la blanquirroja. No obstante, al tratarse de encuentros que definían al campeón nacional, el corazón fue difícil de controlar. Fanáticos blanquiazules y cerveceros se juntaron para formar el ‘Comando sur’ y el ‘Extremo celeste’ sin pensar mucho en el riesgo de contraer el virus.
Con la llegada de la variante ómicron al país, la más contagiosa hasta la fecha, y la confirmación del inicio de la tercera ola a nivel nacional, el Gobierno dio marcha atrás y prohibió nuevamente la presencia del público en eventos deportivos. Sin embargo, luego de una coordinación con el titular de la FPF, Agustín Lozano, y de la constante presión ejercida por los hinchas en redes sociales, el Minsa reculó en su decisión e incluso amplió el aforo permitido hasta un 30% de la capacidad máxima de los estadios mediante el Decreto Supremo 168-2021-PCM en la víspera del inicio de la Liga 1 y el partido contra Ecuador por las eliminatorias.
Hernando Cevallos, actual ministro de salud, se pronunció sobre el retorno del público durante la tercera ola. Si bien sabe de la importancia de contar con las gradas llenas para los últimos cotejos de Perú en las eliminatorias, considera improbable, por ahora, que el aforo de 30% aumente. “Entendemos que el partido ante Ecuador es crucial, pero más crucial es que no muera más gente”, expresó.
Solo en la primera semana de enero el Minsa informó que se detectaron más de 70 mil casos positivos de COVID-19, cifra mayor a los picos de la primera (61,086) y segunda ola (67,107). Asimismo, en las últimas semanas se reportó que varios jugadores de nuestro fútbol fueron contagiados con el virus.
Ricardo Gareca, por su parte, cree que hubiese sido ideal que la selección enfrente a la escuadra ecuatoriana en un Estadio Nacional repleto. Es más, meses antes había expresado su deseo de que se reaperture el aforo total para este partido. «Los estadios, sobre todo, ya se tienen que llenar porque son espacios abiertos, no es un lugar cerrado”, sostiene. Lo mismo defienden Gianluca Lapadula, Paolo Guerrero y Pedro Gallese, quienes en reiteradas oportunidades han resaltado la importancia de la presencia de la hinchada en los partidos.
El retorno del hincha incondicional
Marcelo Hernández (23) es un hincha acérrimo de la blanquirroja. Le encantaba ir a los partidos que Perú jugaba de local, sea por eliminatorias o amistosos. Es por ello que le resultó gratificante volver al Estadio Nacional luego de casi dos años de espera. “Fue lindo y emocionante regresar a las tribunas, aunque obviamente me hubiese gustado que fuéramos más personas”, cuenta tras el encuentro entre Perú y Bolivia disputado el último 11 de noviembre.
Él fue con su familia, aquellos con quienes siempre ha alentado a la selección. A diferencia de años pasados, la revisión de seguridad y la espera en la cola fue rápida. Lo que antes tardaba hora y media, esta vez se dio en tan solo 20 minutos. Estuvieron en la tribuna sur, junto a La Blanquirroja, la barra oficial de la selección. No eran muchos, solo un 20% del aforo total, pero buscaron hacerse sentir durante todo el partido.
Otro afortunado aficionado que pudo asistir al encuentro fue Aarón Carnero, un joven futbolista de 22 años. “Regresar y ver a la ‘Foquita’ – refiriéndose a Jefferson Farfán- jugar de tan cerca siempre es gratificante. Después de mucho tiempo sin pisar el estadio y estar ahí nuevamente, y sobre todo con un resultado favorable, fue inolvidable”, comentó.
La presencia del público en los partidos resulta vital, según Jair Villanueva, fundador de la barra oficial “La Blanquirroja”, para hacer que los futbolistas se sientan respaldados en partidos importantes. Sin embargo, también opina que depende de la intensidad de quienes asistan al encuentro. “Un estadio con 50 mil personas puede parecer uno vacío si la hinchada está desmotivada y permanece callada”, señala Villanueva. En consecuencia, los futbolistas no encontrarán, desde lo anímico, las fuerzas para remontar un partido.
Mario Ceballos, actual delantero del Atlético Grau, escuadra piurana que salió campeón de la segunda división, señala que, aunque el equipo ya estaba acostumbrándose a jugar sin público, este último siempre es necesario. “Es usual que los equipos desconocidos no atraigan muchos hinchas, pero que estén ahí puede influir directamente en el resultado de los partidos”, afirma el futbolista.
Por el buen ánimo que hubo durante los encuentros de la selección, incluso cuando el equipo bajó la intensidad de su juego, ambos hinchas consideran que sería muy positivo contar con un mayor número de espectadores para las próximas fechas contra Ecuador y Paraguay. Los dos están seguros de que el aliento de la hinchada es clave en partidos decisivos.
Liz Cangaguala, vendedora ambulante, ofrecía sus productos en las calles aledañas al Estadio Nacional. Ha estado presente en todas las previas de los partidos de Perú desde que retornaron los hinchas. Ella señala que, sin importar que sea tarde, las personas seguían entrando al estadio.
Para todos los partidos que se han realizado en el ‘Coloso de José Diaz’, la PNP instaló barreras de metal en todas las calles que conducen al estadio nacional. Solo quienes presentaban su entrada podían avanzar. Se dispuso que el ingreso fuera por la avenida Petit Thouars y que se formaran filas de sólo 10 personas. Sin embargo, al otro extremo de la calle daba la impresión de que la pandemia era cosa del pasado: revendedores, reporteros, gente desesperada por una entrada y ambulantes pulularon sin temor alguno. Ante dicha multitud, solo habían dos oficiales de seguridad que aseguraban que nadie cruzara la barrera sin una entrada, una gran contraste entre la buena organización para ingresar al estadio y el nulo cuidado en las calles por las que se debía pasar para formar las colas.
Leslie Soto, infectóloga internista que fue al encuentro entre Perú y Chile, menciona que el personal de seguridad procuraba que se cumplieran con los protocolos dentro del recinto deportivo. Este era el caso, al menos, en las tribunas oriente y occidente, donde la gente estaba mejor distribuida. En cambio, ella recuerda que era usual que los espectadores se amontonen en las tribunas populares: los hinchas se apiñaban en los laterales para ver el partido de mejor manera. Ante esta situación, y ya habiendo comenzado el partido, el médico remarca que los oficiales no podían dispersar al público.
Además, de acuerdo con Soto, durante el ‘Clásico del Pacífico’ las personas se quitaban las mascarillas para poder cantar las barras o entonar el himno nacional.
Por otra parte, el especialista resalta que, a diferencia de años pasados, se podía salir del lugar sin necesidad de estar en medio de aglomeraciones; no obstante, también enfatiza que una vez fuera del estadio las cosas eran distintas.
Riesgo de contagio en espacios abiertos
Según la Conmebol, gracias a unos estudios hechos en Alemania y España, se ha logrado demostrar que se ha sobreestimado el riesgo de contagio de coronavirus en los espacios abiertos desde el inicio de la pandemia y, por ende, “es razonable estimar que eventos masivos [realizados en dichos espacios] como los partidos de fútbol no tendrán impacto alguno en la situación epidemiológica a nivel país”.
Al ser consultado al respecto, Víctor Zamora, exministro de Salud, respalda lo dicho por la Conmebol y asegura que “si (yo) fuera el responsable del Minsa en la actualidad, no solo permitiría que los partidos se jueguen con el estadio lleno, sino que también dejaría que los hinchas no utilicen la mascarilla dentro del Nacional porque no tiene ningún sentido mantener los protocolos en lugares al aire libre, aunque sí exigiría -como se viene haciendo- que todos los asistentes estén debidamente vacunados con sus dos dosis y que, tanto al ingreso como a la salida, sí cumplan con las medidas de bioseguridad”.
Por su parte, Soto considera que el riesgo de contagiarse siempre está presente. Los espacios abiertos y las medidas de bioseguridad permiten que este peligro disminuya, pero no que desaparezca. Un factor determinante es el respeto del distanciamiento. El especialista explica que, si uno está a un metro y medio de la otra persona, no hay problema en cantar o gritar. La situación cambia si se juntan personas que no se conocen y, lo que es peor, sin tener puesta una mascarilla. En estos casos, la posibilidad de llevar el virus a casa es real. Es necesario, destaca Soto, considerar el contexto del evento. “No es lo mismo, por ejemplo, ir a escuchar una orquesta sinfónica en un teatro que ir a un partido de fútbol para gritar y brincar luego de un gol”, precisa.
Ernesto Gozzer, médico experto en salud pública, manifiesta que si bien es factible un aumento del aforo actual, dicho no podría ni debería sobrepasar el 40% del total porque aún no existe la evidencia suficiente de que se pueda o no desatar un repunte de contagios pues si bien los estadios son espacios abiertos, no es lo mismo que la calle o la playa, por ejemplo. “Francamente, un porcentaje mayor sería insostenible, más aún teniendo en cuenta la cultura de nuestro país, ergo, la criollada”, agrega.
Es necesario mencionar que tras los seis partidos jugados con público en el Estadio Nacional (cuatro de la selección peruana y la doble final de la Liga 1 Betsson) no se ha reportado algún brote de coronavirus surgido en las tribunas pese al desorden provocado por la emoción del balón.
Un mes de planificación, tres días para comprar entradas
La duda de si el país está capacitado para volver a disfrutar de partidos de fútbol con público no solo nace de la situación sanitaria, sino también existen problemas en la organización y logística. Un ejemplo de esto se dio con la ya mencionada doble final de la Liga 1 entre Alianza Lima y Sporting Cristal. Como los partidos de ida y vuelta se iban a jugar en el Estadio Nacional, la FPF tenía la intención de que los hinchas de ambos equipos pudieran estar presentes en los cotejos. La federación, los clubes y el Minsa tuvieron un mes para organizar los cotejos.
Los problemas llegaron al planificar cómo sería este retorno. El ministerio no daba garantías para que las finales se jueguen con gente. En ese entonces teníamos claro cuánta gente podría ingresar al Estadio José Díaz y por ende hubo una gran demora para definir la fecha de venta de entradas. Finalmente, se decidió recibir 12 mil personas, cifra lejana al 30% propuesto en un inicio para la primera final. Además, 13 jugadores de Alianza Lima dieron positivo al virus, por lo que se estuvo pensando en la posibilidad de reprogramar el evento. Estos inconvenientes provocaron que las entradas recién estén disponibles a falta de tres días del encuentro, un escenario a todas luces nefasto.
Aun así, el panorama resultaba alentador para que el público retorne a los estadios más seguido. Alianza Lima, Universitario de Deportes y Sporting Cristal ya organizaban las tradicionales noches de presentación de sus planteles; incluso las hinchadas estaban convocadas para alentar durante estos eventos. No obstante, la repentina llegada de la variante ómicron puso en vilo estos amistosos pues el Minsa ha estado en un permanente tira y afloja respecto al regreso del público a las gradas. Por su parte, el cuadro celeste decidió cancelar su partido de exhibición para evitar que más de sus futbolistas se contagien.
Cabe señalar que en la actualidad, países de la región con similar cifra de vacunados como Ecuador, Colombia, Uruguay, Chile y Argentina ya permiten que sus estadios cuenten con más del 50% del aforo permitido. Por ejemplo, para el clásico entre Argentina y Brasil, las autoridades del primero (anfitrión) decidieron que el evento se llevase a cabo a estadio lleno, a pesar de que en las últimas semanas este país ha sufrido un leve repunte en los casos de COVID-19.