Está viviendo una experiencia única, algo que todo amante de las historietas desearía. Sin haber estudiado en una escuela de artes, sin viajes internacionales para darse a conocer a la industria, Diego Olortegui (35) ha logrado cumplir su meta de trabajar como dibujante profesional para Marvel, Dark Horse Comics, BOOM! Studios y, actualmente, DC. Lleva siete años en la industria del noveno arte y, desde su primer contrato con Marvel, ha cultivado el cariño y la admiración de cientos de lectores peruanos. Con él y otros artistas peruanos, como Luis Morocho y Gustavo Vargas, el anhelo de ser parte de una de las editoriales de cómics más importantes del mundo no parece lejano ni imposible.
Por José Miguel Gómez
Portada: Nancy Chappell
En 2019, en el antiguo local de Factory Comics, una tienda de historietas, novelas gráficas y mangas, ubicada en el Centro Comercial Arenales, se creó una pequeña sección para la obra de Diego Olortegui. En ella se exhibían los cómics en los que el artista trabajó y muchos de ellos estaban autografiados por él junto a un certificado de autenticidad: el lector del noveno arte es exigente cuando se trata de coleccionar. El historietista es un gran amigo de la tienda y esta ha organizado encuentros con fanáticos, quienes se aparecían con un ejemplar entre manos a la espera de conseguir un autógrafo y mostrar su admiración y cariño al artista peruano. Diego asienta levemente cuando le recuerdo este reconocimiento. Está cansado: trabaja constantemente para cumplir con los plazos y exigencias editoriales; aun así, aceptó conversar con nosotros y lo hace mientras dibuja.
“Este es un trabajo muy sacrificado, aunque depende muchas veces de la rapidez que tengas al momento de dibujar. Tienes que saber que no vas a tener fines de semana ni feriados. He pasado Navidades y Años Nuevos trabajando mientras escuchaba los fuegos artificiales”, cuenta Diego.
En octubre próximo se publicará su próximo proyecto para DC, Jay Garrick: The Flash, escrito por Jeremy Adams. Esta historia se sitúa tras los eventos de The New Golden Age, un one-shot en el que Diego colaboró junto a otros dibujantes al mando del reconocido escritor Geoff Johns. Le pregunto sobre la experiencia de trabajar con él, porque todo amante de las historietas sabe quién es y qué hizo.
Sin embargo, el relato de su experiencia toma un camino sorpresivo cuando revela que el escritor se contactó con él de manera personal. “Me mandó una solicitud de amistad y me escribió para decirme que le encantaba mi trabajo y, en especial, lo que hice en Aquaman: The Becoming. Le emocionó verlo y me expresó que fue como ver al Aquaman de Los Nuevos 52 que él había escrito hace mucho tiempo. ¡Fue muy emocionante!”, recuerda con cariño Diego.
El encanto de Johns por el arte de Olortegui no es para menos.

El camino hacia las grandes ligas
Es cuatro de abril de 2016. Es lunes, y también es tu cumpleaños. A la bandeja de entrada ha llegado un peculiar correo electrónico, ya que lo firma alguien de Marvel. Lo lees: un supuesto cazatalentos te está ofreciendo la oportunidad de trabajar en una de las editoriales de cómics más importantes de la historia. Es la mejor propuesta que has recibido en tu vida.
Pero no crees ninguna de las palabras del mensajero de Marvel.
Es una reacción natural: el principal camino para trabajar en editoriales históricas como Marvel o DC consiste en viajar a Estados Unidos, el país de la comic book industry, asistir a las diversas convenciones de cómics, y presentarte en persona con los editores para entregarles un portafolio decente con la esperanza de que todo lo que has hecho valga la pena.
“Yo tenía esa idea. Tener mi portafolio listo, viajar a los Estados Unidos, asistir a una convención y enseñar mi trabajo a los editores. Por eso, cuando me llega el correo de este cazatalentos, obviamente no me lo creí, porque a uno le suele llegar correos medio raros”, explica el historietista.
Sin embargo, Diego Olortegui decidió releer una y otra vez el correo hasta convencerse de que debía responder. Desde entonces, su carrera como artista profesional no ha dejado de escalar gracias a su talento, perseverancia y dedicación, colaborando en one-shots, series regulares, limitadas y especiales escritos por reconocidos autores como Geoff Johns, Mariko Tamaki, G. Willow Wilson y Chris Claremont.
“Me han tocado buenos escritores que me han dado bastante libertad al momento de dibujar. En muchas ocasiones, los guionistas me han indicado un par de cosas puntuales para luego decirme que haga lo que yo creo mejor para la historia. ‘¡Vuélvete loco!’, me dicen”, relata Diego.
Spider-Man, Ms. Marvel, She Hulk, X-23, Capitana Marvel, Aquaman y Linterna Verde son algunos de los personajes que Diego ha dibujado. También ha diseñado algunos nuevos, como los miembros de la Justice Society of America del futuro.
“Hay varios personajes y grupos de superhéroes que me encantaría dibujar. Mi personaje favorito es Batman y, si bien ya lo he dibujado en The New Golden Age, en una página completa, y en Aquaman: The Becoming lo dibujé muerto (risas), mi objetivo es hacerlo en un cómic enteramente del personaje”, revela.

El talento de un autodidacta
No pasó por ninguna escuela de dibujo. Los únicos maestros en su vida han sido Greg Capullo, John Romita Jr., Ryan Ottley, Frank Miller y mangakas de nombres casi impronunciables, aunque aclara que la lista es más extensa e incluye a su hermano.
Entre 2008 y 2010, tras estudiar cine y animación, Diego empezó a utilizar su creatividad para animaciones en 3D, comerciales, cortometrajes y largometrajes. Sin embargo, no se siente orgulloso de todo lo que hizo. No tenía el control de sus ilustraciones y mantenía diferencias creativas con quienes trabajaba. Solo explotaba su talento cuando se le asignaban los storyboards.
El aburrimiento e insatisfacción provocaron su salida del ámbito del cine y la animación, y pasó a trabajar en una agencia de publicidad. En ella continuaba la obligación de realizar los storyboards, pero también empezaría a encargarse del diseño de personajes y, de vez en cuando, adoptaría el rol de director de arte.
“En mi niñez, fue mi hermano quien me enseñaba a dibujar lo básico: bolitas y palitos, y es ahí cuando empiezo a desarrollar el talento. Cuando estudié Cine y Animación, no vi nada de dibujo, todo era modelar o animar figuras. Más adelante, en la agencia de publicidad, cuando me encargo solo de la parte gráfica, comencé a hacer un portafolio para postular a la industria de los cómics”, relata.

El tiempo en la agencia de publicidad fue una etapa de frustración: no era lo que quería hacer como dibujante. Así que, cuando su hermana le recordó su gusto por dibujar historietas, Diego se propuso entrar a Marvel. El primer paso sería empezar a darse a conocer a través de las redes sociales y páginas web como DevianArt y Behance.
Y lo logró.
En 2012 empezó a publicar dibujos de diversos personajes de la cultura popular. Su arte era compartido en blogs de países como Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Inclusive uno lo podía encontrar en listas de fan arts junto a artistas profesionales que se encontraban en la industria del cómic. La popularidad de los dibujos de Diego en las principales redes sociales y webs artísticas escaló hasta tal punto que lo convirtieron en el centro de elogios a nivel nacional e internacional.
Cuatro años después, una cazatalentos de la Casa de las Ideas, escribiría un email que cambiaría la vida de Diego Olortegui.