Estudió Derecho en San Marcos y se licenció en Educación en la PUCP. Más de veinte años después, no ejerce ninguna de estas dos carreras. Hoy trabaja haciendo lo mismo que recuerda haber hecho desde que tenía cinco años: escribir. Sentado frente a la pantalla de su computadora escribe doce horas al día y dice poder concentrarse en medio de un bombardeo; o en la cafetería de la librería El Virrey de Miraflores, donde suele ir a trabajar cuando se siente saturado en casa. Allí lo encuentro, enfrascado en el solitario y fascinante oficio de escribir.
Por: Lucero Ascarza
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