Claudia Jiménez: “Creo que el peor momento aún no ha llegado”

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El testimonio de una médica cirujana de 25 años que terminó sus estudios el año pasado y que ahora atiende a pacientes con COVID-19 en la ciudad de Chiclayo. 
Por: Renato Grau
Portada: Archivo personal


Una médica cirujana recién egresada de la Universidad Peruana Cayetano Heredia figura entre los profesionales de la salud pública que ahora combaten el COVID-19. Hace ocho años, Claudia Jiménez Solís, la mayor de cuatro hermanos, decidió dejar su natal Chiclayo para estudiar medicina en Lima. Ella terminó sus estudios el 31 de diciembre de 2019, cuando nada se sabía del coronavirus; y recibió su título en abril, cuando ya cumplíamos algunas semanas en cuarentena. El siguiente paso en su formación era el Servicio Rural y Urbano Marginal en Salud (SERUMS) que debía iniciar el 1 de abril. Lamentablemente, la pandemia obligó a postergarlo hasta el 1 de julio. Sin embargo, el Ministerio de Salud le avisó que podía sumarse al ‘Covid Servicer’, y ayudar a combatir el virus hasta que se inicien sus labores como serumista. Ella, que solo tiene 25 años, no lo dudó y decidió sumarse al equipo que combate esta enfermedad.

“Pensar en mi familia me da fuerzas para combatir esta pandemia cada día”, asegura Claudia para explicar su motivación. “Si no fuera por ellos, no habría terminado la carrera y no estaría aquí”, sentencia. Actualmente, ella es jefa de brigada del Centro de Salud José Olaya y, junto a su equipo, lucha contra el coronavirus en Chiclayo, segundo epicentro de contagios en el país después de Lima.

— Cuéntame, ¿en qué consiste tu trabajo cotidiano?

— Soy jefa de brigada del centro de salud, me encargo de dirigir y coordinar las intervenciones de mi equipo (un chofer, una enfermera y un biólogo) en la casa de un sospechoso positivo. Al llegar, el primero en actuar es el biólogo. Una vez que ha determinado un diagnóstico, ya sea positivo o negativo, ingreso yo. De resultar positivo, examino al infectado y, de acuerdo con sus síntomas, le suministro determinados medicamentos. Por ejemplo, se inicia el tratamiento con azitromicina e hidroxicloroquina. Si la situación se agrava, se recomienda una dosis de ivermectina (una gota por kilo de peso) mezclado en un vaso de agua. Si el paciente resulta ser negativo, le explico que debe continuar con la cuarentena por su seguridad.

— ¿Cómo les notifican de que hay un paciente que necesita atención? 

— Recibimos las llamadas en el centro de salud con la información acerca de pacientes que presentan síntomas de COVID-19. A continuación, se le piden sus datos y dirección de domicilio para poder atenderlo. Los médicos encargados de recibir las llamadas le hacen preguntas al potencial paciente: “¿Qué síntomas presenta exactamente? ¿Desde cuándo los está sintiendo? ¿Ha tenido contacto con algún Covid positivo?”. Estas preguntas se hacen con el objetivo de saber a qué nos podemos enfrentar cuando realicemos la intervención.

— ¿Cómo se preparan para enfrentar el caso? 

— Lo principal es contar con el Equipo de Preparación Personal (EPP) para el médico, el biólogo, la enfermera y el chofer. Para la intervención se utiliza un scrap, un overol, una mascarilla N95, dos pares de guantes, lentes de protección, un gorro, un casco con cubre rostros y, finalmente, encima de todos estos elementos, un mandilón. Para cada intervención, el equipo utiliza un nuevo EPP. Otra de las medidas de seguridad es la desinfección de la ambulancia tres veces al día. Además, en la ambulancia, el equipo no va en el mismo compartimento. El biólogo y la enfermera van en la parte posterior, mientras el médico y el chofer viajan adelante. Este es el protocolo que se sigue a nivel mundial.

— ¿En qué consiste la intervención del biólogo?

— El biólogo realiza dos intervenciones. Estas dependen de si se realiza la prueba rápida o la prueba molecular y, a su vez, estas dependen de cuándo el paciente ha presentado los síntomas. Si los ha sentido hace pocos días, se realiza la prueba molecular y, si los ha presentado entre cinco o siete días antes de la intervención, se aplica la prueba rápida, ya que se toma como un casi seguro positivo. En el caso de la prueba rápida, el biólogo toma una muestra sangre del dedo del paciente y la coloca en un test que arroja un resultado diez o quince minutos después. En el caso de la prueba molecular, el biólogo realiza el hisopado y el resultado demora de siete a diez días.

Claudia y el biólogo interviniendo a un paciente en su domicilio. FOTO: Archivo personal.

Son héroes, pero también son personas

“Me siento muy preocupada, porque no estoy segura de que nada me va a pasar”. De esta manera describe Claudia qué siente al estar en la primera línea de batalla contra el virus. Le gusta sentirse una heroína, pero también, como cada persona en este momento, siente miedo por lo que vaya a pasar en un futuro.

— ¿Qué representa para ti combatir el COVID-19?

— Cuando me dijeron que era mi elección luchar contra el virus ahora o empezar mi SERUMS en dos meses, sentí que debía hacerlo ya. Tomé esta propuesta como un desafío para mí. Me preparé ocho años en la universidad y sentí que este era el momento. En estos dos meses daré todo de mí.

— ¿Has tenido problemas con los equipos de seguridad que brinda el centro de salud?

— No, no he tenido problemas. Soy consciente de que en muchos centros de salud y hospitales a nivel nacional el abastecimiento de productos médicos es un problema. Sin embargo, aquí nos abastecen diariamente con todos los implementos necesarios. Por ese lado sí me siento segura y no me puedo quejar.

Claudia con el Equipo de Protección Personal listo para una intervención. FOTO: Archivo personal.

— ¿Cómo se sienten los colegas con los que trabajas?

— La gran mayoría está muy preocupada por la situación. Sin embargo, he visto que tienen muchas ganas de ayudar. Todos están poniendo ganas para controlar el avance del virus. Lo que pasa es que para esto nos formamos, para tener una vocación de servicio cuando un paciente lo necesite.

— ¿Qué es lo que más te preocupa?

— Lo que más me preocupa es contagiarme sin saberlo, llegar a casa y contagiar a mi hermano o a mi madre, quien es una persona vulnerable. Lo otro es que esta situación colapse al punto de ya no tener ningún tipo de control. Lamentablemente, el Perú y su sistema de salud no estaban preparados para esta pandemia. Recién ahora se percataron de lo descuidado que ha estado por años. 

Lambayeque, el segundo epicentro de la pandemia

Según los datos del Ministerio de Salud, Lambayeque es la región con más infectados después de Lima. Su capital Chiclayo, conocida como “La Capital de la Amistad”, se ha convertido en uno de los mayores focos de contagio a nivel nacional. Hasta hoy, la región ha registrado 6217 casos confirmados. Además, de 565 fallecidos y una tasa de letalidad de 9,09%.

Personas formando filas, sin respetar la distancia debida, para entrar al Banco de la Nación del centro de Chiclayo. FOTO: RPP Noticias.

— ¿Por qué crees que Chiclayo se ha convertido en la provincia con más infectados en el Perú?

— Creo que el principal motivo ha sido la irresponsabilidad de la gente. La gran mayoría no reconoce el peligro al que está expuesto con este virus. Al no tener conocimiento o no querer informarse, realizan su vida como si nada pasara. Además, el 75% de la población compra en los mercados mayoristas de la ciudad y estos, a pesar de la cuarentena, siguen funcionando con normalidad. La gente no respeta las medidas de seguridad. Muchos ni siquiera usan mascarilla. 

— ¿Crees que nos encontramos en el peor momento de esta lucha? 

— No. Creo que el peor momento aún no ha llegado, ya que la cifra de infectados sigue en aumento. No podemos decir tampoco que habrá un descenso en la curva hasta que no se estabilice el número R0. Este número es aquel que indica a cuántas personas susceptibles puede contagiar un infectado. Actualmente, este número se encuentra en 1,4 personas según los cálculos estadísticos. Hasta que no se llegue al 1 exacto, no se puede afirmar que el coronavirus se está controlando. 

— Finalmente, ¿crees que volveremos a la normalidad pronto? 

— Creo que, a nivel nacional, nada volverá a ser normal. Tendremos comportamientos muy distintos a los de antes, pero todo esto será para mejorar como sociedad. Los cambios serán positivos, ya que se mejorarán los hábitos de aseo e higiene en los peruanos. Lo único que espero ahora es poder controlar el virus más pronto que tarde.