“Chicas en llamas”: skaters que empoderan a otras mujeres sobre una patineta

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A lo largo de los años, se ha presentado como una actividad peligrosa, callejera, de un sector de la población masculina y rebelde. Pero hoy el skateboarding es un deporte olímpico que va ganando seguidoras que lo practican. En skateparks ubicados en diversos distritos de Lima, la comunidad Chicas en llamas enseña a niñas y jóvenes a moverse entre rampas, brindándoles un espacio seguro de aprendizaje, y difunde en sus redes los videos de aquellas que ya montan una tabla con destreza. 

Por Cristopher Polo


Chicas en llamas surgió en el 2018 con el propósito de que las mujeres aprendan a dominar el skate, “no apto para nosotras”, según las palabras de Nicole Cabrejo, una de sus fundadoras y actual directora ejecutiva. “El skateboarding femenino estaba muy abandonado, incluso en algunas competencias ni siquiera consideraban esa categoría, como si no existiéramos”, señala.

Mientras Nicole tenía la expectativa de aumentar la participación de mujeres en esta disciplina, el skatepark de La Molina se llenaba de hombres, apenas había dos chicas: Kathi Miranda y ella. En vez de sentirse intimidadas por una mayoría varonil, ambas, Dayanna Espino y Vanessa Huarcaya decidieron juntarse y armar un colectivo que visibilice a las skaters.

“Al principio solo compartíamos videos de chicas peruanas montando skate. Sin embargo, con el tiempo, empezamos a hacer nuestros propios eventos. Primero fueron competencias y reuniones de mujeres skaters. Ahora también realizamos talleres para niñas que ya desde los tres o cuatro años se están montando en una tabla. Es realmente nostálgico para mí”, cuenta Nicole.

Un domingo de skate organizado por Chicas en llamas. Fuente: @dulcenicole.sb

Hay personas que creen que esta comunidad nació tras los Juegos Olímpicos Tokio 2020, pero las mujeres skaters existen desde mucho tiempo atrás. La inclusión del skateboarding como un deporte olímpico eliminó estereotipos sobre ellas, aunque Nicole aún recibe miradas que la juzgan. “A veces los adultos me ven patinando y me tildan de ‘machona’, creen que esto no es de mujeres”, expresa. 

El primer acercamiento de Nicole con el skate se dio cuando un amigo le prestó una tabla. La usó tanto que el préstamo se convirtió en un regalo. Después Nicole discutía con su madre cuando quería ir al skatepark de La Molina. “Es un mundo de hombres, tú eres una mujer, no puedes hacer eso”, le decía. 

A pesar de no estar de acuerdo, en algo le daba razón. Cuando Nicole iba a los skateparks de Lima, se sentía sola, los hombres la juzgaban. Si bien algunos trataban de ayudarla, no estaba del todo cómoda recibiendo su ayuda. “A veces era un poco frustrante porque ellos son más arriesgados y me presionaban para que me salieran los trucos”, menciona. 

A partir de esas primeras experiencias en el skate, decidió abrir talleres dirigidos a mujeres para que aprendan a patinar con calma, sin la presión que ella sintió en su momento. “El skate es libre, puedes practicarlo donde quieras y nosotras buscamos que más niñas lo hagan sin temor y con la confianza que podemos brindarles”.

Los talleres desarrollados con la finalidad de promover el skateboarding en niñas han dado frutos que no esperaban: varias de ellas presentándose desde los cinco años, acompañadas de sus padres. “Es esperanzador porque, si aprendes desde tan pequeña, tienes más posibilidades de llegar a competir de manera internacional”, finaliza Nicole. 

La pequeña Valentina avanza sobre la patineta sostenida por Dayanna Espino. Foto: Renato Pajuelo – Andina.