La tecnología permite que nuestro patrimonio cultural pueda ser exhibido a millones de personas sin salir de casa. Conocer la historia y el arte del Perú ahora puede ser una exploración virtual sin límites de tiempo.
Por Andrea Izarra
En medio de la era digital, los museos virtuales se han convertido en una opción accesible para explorar y descubrir la riqueza histórica, cultural y artística del Perú, sin importar qué tan lejos estemos. Gracias a la conexión de la red, es posible sumergirse en este mundo de una manera fascinante.
El aislamiento social causado por la pandemia del Covid-19 impulsó la búsqueda de nuevas formas de conectarse con el mundo exterior. Conscientes de esta realidad, los administradores de los museos trabajaron con curadores y expertos en arte para desarrollar una alternativa que continúe ofreciendo experiencias culturales desde la virtualidad.
Los museos en línea son espacios innovadores que brindan al visitante una experiencia única, enriquecedora y accesible. Peruanos, extranjeros y personas con discapacidad pueden acceder al portal web de un museo y «moverse» por todas sus salas para disfrutar no solo de lo que se ofrece en un recorrido presencial, sino también de contenido adicional, como videos, audios y documentos digitalizados.
En el Perú, el Ministerio de Cultura (MINCUL) es la entidad encargada de supervisar estos nuevos espacios, y en su plataforma web se exhiben las versiones en línea de sitios arqueológicos, colecciones, monumentos coloniales y museos. En la actualidad, hay disponibles 25 museos virtuales del norte, centro y sur del país. Los más visitados son el Museo de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, en Lima; el Museo Nacional Chavín, en Áncash; y el Museo de sitio Cabeza de Vaca, en Tumbes.
La página web del MINCUL también incluye museos que, aunque están cerrados por mantenimiento, están abiertos bajo la modalidad virtual. Este es el caso de la Casa de la Gastronomía Peruana en las cercanías de la Plaza Mayor de Lima. Mediante la exposición virtual, los usuarios pueden disfrutar de actividades interactivas y apreciar las obras y contenidos de este centro cultural dedicado a la historia gastronómica del Perú.
También se puede visitar bajo la modalidad virtual el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM) ubicado en el distrito de Miraflores, en la Costa Verde. La versión en línea de este museo permite la difusión ininterrumpida de las exposiciones de materiales relacionados a las violaciones de los derechos humanos ocurridos durante el Conflicto Armado Interno peruano (1980-2000), a pesar de la controversia que causa su funcionamiento presencial.
Muchos estudiantes (escolares y universitarios) han utilizado la plataforma del MINCUL para complementar el estudio de los temas que abordan en sus clases. Fabrizio Bludau (23), estudiante de Comunicación Audiovisual y Medios Interactivos en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), compartió su experiencia de visitar diferentes museos desde su computadora personal. “Si tienes problemas con la ubicación del museo o dificultades de disponibilidad de tiempo, las muestras virtuales son una buena alternativa”, resalta el estudiante.
Además, destaca las ventajas de la plataforma, como la posibilidad de interactuar sin límites de horario: “Puedes acceder a cada museo sin tener que esperar». Precisa que esta alternativa ofrece un mayor acceso a la información.
La colaboración de los curadores en el diseño de estos nuevos espacios virtuales fue fundamental para su creación. César Huiza (37), arqueólogo y curador de colecciones del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), ubicado frente al Parque Universitario, opina que tanto la experiencia virtual como la presencial no son excluyentes, sino complementarias.
El arqueólogo calificó esta iniciativa como un cambio de paradigma que deja atrás la idea del templo contemplativo. Según él, en la versión virtual se puede disfrutar de un recorrido inmersivo, una experiencia 360°, escuchando grabaciones, visualizando las piezas digitalizadas en 3D. “Ahora el valor de los museos no es porque le pertenezcan a alguien, sino por el número de usuarios que acceden al lugar”, sostiene.
Huiza reconoce que hay mucho por mejorar en la experiencia virtual de estos centros patrimoniales, como la inclusión de otros idiomas en la visita guiada, la inversión estatal en programas especiales de digitalización y la implementación de museografía especial, es decir, el empleo de técnicas de conservación y restauración de las piezas en exhibición presencial. Al margen de ello, los museos virtuales permiten revolucionar la forma de hacer y promover el turismo cultural.