La exitosa trayectoria educativa de Roy Laguna Chávez reúne logros nacionales e internacionales que alcanzó con esfuerzo desde niño. El último de ellos es haber obtenido, en diciembre del año pasado, 100 puntos de nota en su examen de grado en Medicina Humana, calificación que lo convirtió en el primer estudiante de una universidad privada boliviana en graduarse con puntaje perfecto de la carrera. Luego de estudiar y atender a pacientes virtualmente durante el 2020 en La Paz, el médico de 25 años se prepara para realizar el SERUMS y trabajar en el Perú.
Por: José Cayetano
Portada: Archivo personal
El 3 de diciembre del 2020, día de su examen de grado, Roy Laguna asistió al hospital San Gabriel de La Paz, donde recibió a un paciente que sufría de un fuerte dolor abdominal. Cumpliendo rigurosas medidas de bioseguridad ante el COVID-19, durante cuarenta minutos evaluó el caso, determinó el protocolo de atención y llegó a un diagnóstico: padecía de una colecistitis aguda. Posteriormente, en el auditorio de la Universidad Unifranz defendió el caso clínico que había elaborado frente a un jurado conformado por doctores de universidades privadas y públicas, y del Colegio Médico de Bolivia.
Tras comunicarle que había obtenido la nota máxima, el jurado se puso de pie y aplaudió a Roy por su desempeño. De inmediato, lo felicitaron por sus excelentes notas a lo largo de sus estudios universitarios. “Escuchar el resultado y las palabras del jurado fue muy emotivo para mí. Uno de los doctores que evaluó mi examen me había enseñado Anatomía Humana en el primer semestre. Reencontrarme con el inicio de mi carrera universitaria cerró un círculo de aprendizaje y sacrificio”, expresa.
Una exitosa carrera universitaria en Bolivia
El médico peruano postuló a la Universidad Unifranz de La Paz en 2012, ya que decidió seguir los pasos de su hermano Bryan, quien cursaba los últimos ciclos de Medicina Humana en dicha casa de estudios. Bryan obtuvo la Beca por Excelencia Académica —otorgada a los dos primeros puestos de cada especialidad— en todos los semestres, lo que le permitió estudiar gratuitamente. Cuando Roy ingresó a Unifranz, también accedió a esta beca y la mantuvo hasta el fin de sus estudios universitarios. No obstante, los gastos de alojamiento, alimentación y materiales de estudio corrieron por su cuenta.
Luego de estudiar el primer semestre, realizó dos años de Bachillerato internacional en Canadá gracias a una beca completa. Retornó a Bolivia en 2014.
“Desde el inicio de mi carrera, tuve la oportunidad de hacer disecciones, reconocimiento anatómico y prácticas en clínicas y hospitales. Además, el lema de Unifranz es ‘internacionalízate’, porque asisten estudiantes de diferentes naciones. Conocí a compañeros de Chile, Brasil, Bolivia y de otros países. También realicé una pasantía internacional en Neurología y Neurocirugía en el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas del Perú en el 2017. Todo esto ha contribuido a mi formación profesional”, comenta.
Telemedicina en tiempos de pandemia
Roy realizó un año de internado médico en el Hospital Regional Manuel Núñez Butrón de Puno durante el 2019. En enero de 2020, inició otro en la provincia boliviana de Guaqui que debió terminar en marzo. Sin embargo, a causa de la cuarentena decretada el 22 de marzo por el gobierno boliviano debido a los primeros casos de COVID-19, retornó a La Paz. Los estudiantes fueron obligados a retirarse de los centros de salud. En consecuencia, empezó a atender a pacientes de distintas regiones de Bolivia mediante telemedicina desde la casa de una amiga.
“A través de un software, los pacientes registraban sus síntomas. Si deseaban tener una consulta para ampliar su diagnóstico y evaluación, nosotros los atendíamos mediante videollamadas. Si su caso se agravaba, contactábamos a una ambulancia para que esta se dirija a su hogar y se les realice un examen médico que determinaba si debían ser hospitalizados o no”, explica.
Sin embargo, Roy señala que la atención médica virtual tiene límites que impiden emitir un diagnóstico certero. “Un síntoma como rinorrea, secreción mucosa de la nariz, podía responder a COVID-19, gripe común o alergia. No podíamos establecer con exactitud a qué se debía porque era imposible llevar a cabo exámenes físicos o una auscultación pulmonar. De igual manera, no teníamos certeza de que el paciente continuaba con el tratamiento recetado u optaba por otro como la ivermectina o hidroxicloroquina”.
Desde marzo hasta diciembre del 2020, Roy estudió virtualmente y realizó atenciones por telemedicina. “El aislamiento, medidas de seguridad y demás prohibiciones me causaron estrés. No podía ir a los hospitales para poner en práctica mis conocimientos y ayudar a los contagiados. Sin embargo, saqué provecho a las herramientas que brinda Internet. Leí muchos artículos y libros. Repasé sobre diferentes áreas médicas. No sabía el tipo de caso que me iba a tocar en mi examen de grado”, detalla.
Vocación por el estudio
Roy nació en Lima, pero vivió toda su infancia en Puno junto a su hermano y sus padres. Cuando terminó el tercer grado de secundaria en la Gran Unidad Escolar San Carlos de Puno en 2009, decidió postular al Colegio Mayor Secundario Presidente del Perú. Como parte del proceso de admisión, primero presentó un ensayo y el consolidado de sus notas a una oficina del MINEDU en Puno. Luego, rindió un examen de competencia matemática y lingüística. Aprobó ambas fases y se presentó a una entrevista personal como parte de la etapa final. Finalmente, fue seleccionado para estudiar en la sede de Chosica del Colegio Mayor.
“El impacto de vivir en un internado fuera de Puno y lejos de mi familia fue moderado. Mi padre me enviaba de pequeño junto a mi hermano a visitar a familiares en distintas partes del país. Así conocí Trujillo, Arequipa, Chiclayo y otras ciudades. Todos los recién ingresados al Colegio Mayor llegamos solos, pero rápidamente formamos una nueva familia”.
Roy recuerda con gratitud los dos años que estudió allí. Destaca la oportunidad que brinda el Colegio de Alto Rendimiento a los primeros puestos de las escuelas nacionales para que reciban una educación de calidad, servicio al que no pueden acceder por falta de recursos económicos. Del mismo modo, valora la congregación de diversas culturas en la institución y la consecuente educación integral que recibió: “El Colegio era un ‘Perú pequeño’, porque recibe a alumnos de todas las regiones. Estudiar ahí fue una experiencia no solo educativa, sino también social y cultural, que nos ha preparado a todos los egresados para ser los futuros líderes del Perú”, afirma.
Los logros académicos de Roy —desde ingresar al Colegio Mayor hasta graduarse en Medicina Humana con la nota máxima— demuestran que es un estudiante aplicado. El médico confiesa que, desde niño, fue consciente de las limitaciones económicas de su familia, motivándolo a competir consigo mismo y superarse cada día.
En adición, la mamá de Roy era enfermera y falleció por una negligencia médica cuando él tenía 5 años. “Después de la muerte de mi madre, mi hermano Bryan y yo nos preguntamos cómo sobreviviríamos si nuestro padre falleciera. Por ello, ambos hemos aprovechado al máximo las oportunidades de estudio a nuestro alcance. Muchos jóvenes y niños que viven en el interior del país piensan en sobrevivir antes que en su futuro. Mi padre nos incentivó a aspirar a un porvenir próspero. Siempre hemos sido conscientes de que lograr un desarrollo profesional implica mucho esfuerzo”, narra.
Desde pequeño, Roy estuvo en contacto con el ámbito de la medicina, pues el frío en Puno y la gran cantidad de enfermedades infecciosas que existe en la región —como la tuberculosis y neumonía— lo obligaron a acudir frecuentemente a un hospital. Observar la relación médico-paciente e intentar mejorar el sistema de salud peruano lo motivaron a estudiar Medicina Humana.
Además, Roy confiesa su amor por el arte. En su tiempo libre toca violín y piano, y hace pinturas al óleo. Decidió complementar su talento artístico con una carrera científica. “Un día, leí la definición de la Medicina Humana como ‘el arte y la ciencia del tratamiento médico’. A pesar de la diferencia entre estos ámbitos, esa frase me atrajo mucho”, declara.
Actualmente, Roy reside en Lima y cursa una maestría en Medicina en la Universidad San Martín de Porres. El reconocimiento de su título de doctor por la Sunedu será oficial en pocos días. Esto le permitirá colegiarse y postular al SERUMS, cuya convocatoria es en mayo. Todavía no ha decidido a qué especialidad médica se dedicará, pero anhela trabajar en el Perú y estudiar más posgrados en el futuro.
Su historia es ejemplo de superación personal, esfuerzo académico y desarrollo profesional.