Objeto de muchas bromas, de un sistema mediático ávido de sensacionalismo y de un profundo estigma social, la realidad del sugar dating sigue siendo en gran medida desconocida. Sin embargo, este fenómeno está muy extendido en América Latina, tanto por parte de los sugar daddies como de las sugar babies. En este podcast, desafiamos peligrosas ideas preconcebidas sacando a la palestra las palabras de quienes están involucrados.
Por Léna Lebouteiller
Portada: Killa Cuba
Introducción
Hola a todos, todas y todes.
¿Han oído hablar alguna vez de los sugar daddies? Supongo que sí, al menos a través de TikTok o Instagram. Sin embargo, esta historia está lejos de ser una simple broma.
El 4 de noviembre, la aplicación MySugarDaddy anunció que Perú era el quinto país con más sugar daddies de América Latina. Eso es menos que México, Chile, Colombia y Brasil. Pero es más que Argentina, Ecuador y Venezuela. Entonces, ¿qué es realmente?
¿Quiénes son estos «sugar daddies»? ¿Qué pasa con las sugar babies? ¿Es un fenómeno nuevo? ¿Cuáles son las implicaciones económicas, psicológicas y sociológicas? ¿Qué dice esto sobre nuestra concepción del amor? ¿La vida de las sugar babies es todo brillo y glamour? ¿Los medios de comunicación le dan demasiada importancia? ¿Es feminista ser un sugar baby? Intentemos levantar el velo sobre un tema que sigue siendo un tabú.
*Jingle*
«El fenómeno sugar dating: más allá de la broma», episodio dirigido por Léna Lebouteiller para Somos Periodismo.
Para responder a todas estas preguntas, hablé con una mujer de 21 años, a la que llamaremos aquí Lucía, estudiante de noveno curso en Lima, en busca de un sugar daddy. Explica brevemente su situación.
*Testimonio de Lucía*
También entrevisté a Erly José Ruiz, sociólogo en Venezuela.
*Comentario de Erly Ruiz*
En primer lugar, ¿qué es el sugaring o el sugar dating? Las definiciones varían mucho según la opinión. Aquí, definiré el sugaring como un acuerdo mutuo entre un o una sugar baby, normalmente una mujer u hombre joven, y un sugar daddy, normalmente un hombre mayor y rico. El o la «sugar baby» ofrece al «sugar daddy» su tiempo y compañía a cambio de dinero, regalos y lujos de todo tipo. Hay que distinguir el sugar dating del trabajo sexual: en este caso, la compañía del otro está en el centro de la relación, del contrato. Aunque muchos acuerdos incluyen un acercamiento sexual, muchos otros promueven otras formas de intimidad (como conversaciones, apoyo, ocio, simples salidas, etc.).
Lucía nos lo recuerda.
*Testimonio de Lucía*
Le pregunto si tiene intención de imponer ciertos límites a sus posibles futuros sugar daddies.
*Testimonio de Lucía*
Este es un intento de definición, que ya marca la pauta de la complejidad de este tipo de relación interpersonal.
Pero antes de profundizar en el tema, pongamos el contexto histórico en perspectiva. De hecho, el sugar dating ya existía mucho antes de la aparición de las redes sociales y de plataformas especializadas como MySugarDaddy o Seeking. De hecho, el historiador cultural Kyle Livie ha identificado la existencia de un fenómeno comparable llamado «treating» en inglés en el siglo XIX. En aquella época, algunas mujeres que no estaban casadas y que tenían unos ingresos más bajos eran financiadas por los hombres a cambio de su compañía.
El ejemplo más conocido de sugar babies eran las amantes de la realeza. Los reyes les dieron apoyo financiero. Utilizaron este dinero y sus contactos para asegurarse un futuro brillante.
Sin embargo, el término Sugar Daddy no surgió hasta la década de 1900. Alma, la esposa del acaudalado empresario Adolph Spreckels, heredero de la Spreckels Sugar Company, lo utilizaba como apodo para su marido, 24 años mayor que ella. En la década de 1930, el nombre «sugar daddy» ya se había convertido en un término coloquial para designar a un hombre que mima a su joven novia con regalos o dinero. El término adquirió más fuerza en la cultura de los locos años veinte, donde las “flapper girls” abrazaban su libertad y un estilo de vida a menudo considerado inmoral e indecente.
En la década de 2000, Internet revolucionó el sugaring. El sitio web SeekingArrangement se lanzó en 2006 y marcó el inicio de la era moderna del sugar dating. Le siguieron muchos otros sitios, aunque con menos éxito. Al mismo tiempo que las mujeres se emancipan poco a poco y llenan cada vez más los bancos universitarios, las sugar babies tienen un perfil más empresarial, buscando más racionalmente un tutor o una ayuda para financiar sus estudios.
Recientemente, la pandemia de Covid-19 ha sido un hito en la evolución del sugar dating. La recesión, el aumento del desempleo y, posiblemente, la soledad han convertido a los sugar daddies en una especie de escape y apoyo para las jóvenes de todo el mundo.
En resumen, el sugaring no es un fenómeno nuevo. Sin duda está creciendo y ha adoptado nuevas formas a medida que la estructura de nuestra sociedad evoluciona, pero no es algo nuevo para la generación 2.0. Erly Ruiz lo confirma:
*Comentario de Erly Ruiz*
Añade el ejemplo de Hugh Jackman, actor australiano más conocido por interpretar a Lobezno en el cine.
*Comentario de Erly Ruiz*
Entonces, más allá de la ficción, ¿qué es lo que realmente motiva a los sugar daddies y a las sugar babies hoy en día?
Lucía, que quiere encontrar un sugar daddy, me explica sus motivaciones de la siguiente manera:
*Testimonio de Lucía*
En el contexto venezolano, la influencia del caudillismo y particularmente del chavismo influye en el protagonismo de esta figura masculina central.
*Comentario de Erly Ruiz*
En cierta medida, el caudillismo en Perú podría tener este mismo efecto en la configuración del patriarcado y las relaciones sociales.
Por otro lado, los sugar daddies también tienen diversas motivaciones. Tras múltiples conversaciones con sugar daddies de todo el mundo, en enero de 2021, el medio Vice publicó un artículo en el que destacaba algunas de estas motivaciones, con un ángulo más bien psicológico.
En primer lugar, el llamado complejo de salvador, una sensación de satisfacción por ayudar a alguien percibido como más vulnerable, con menos experiencia u oportunidades. Es una necesidad psicológica de ayudar a los demás para sentirse bien con uno mismo.
Además, el periodista señala que existe una sensación de control absoluto ligada al contrato económico entre ambos, con expectativas más establecidas que en una relación convencional. Esta forma de estabilidad puede ser atractiva, aunque implícita.
Tercer punto: el intercambio de emociones. Muchos sugar daddies utilizan a los sugar babies porque tienen traumas o complejos reprimidos que aún no han resuelto. Esto se llama transferencia, que en la jerga psicológica es un fenómeno que consiste en proyectar las emociones reprimidas sobre otra persona en su situación actual.
También se trata de que los sugar daddies recuperen el tiempo perdido. Salir con una mujer más joven se convierte en un sustituto de la terapia o puede aparecer como una sensación de renovación en sus vidas.
Y por último: el fetiche de la dominación financiera. Algunos sugar daddies experimentan un verdadero placer físico con el intercambio de dinero. Aunque a menudo se trata de dominación, algunos hablan de un placer sexual que tiene que ver más con la sumisión, con pagar a su sugar baby para que les domine.
El artículo de Vice no pretende ser exhaustivo, sino que se limita a dar una visión general de un fenómeno realmente diverso. Ante esta complejidad, el sociólogo Erly José Ruiz nos recuerda el vicio de la generalización y la especulación en el ámbito científico.
*Comentario de Erly Ruiz*
Pero la complejidad no impide la claridad, sobre todo en lo que respecta a los distintos perfiles. La clave es historizar y situar el asunto en un contexto determinado. Erly Ruiz explica los principales perfiles de Venezuela, donde está llevando a cabo su investigación.
*Comentario de Erly Ruiz*
Aunque estas tendencias están surgiendo en Venezuela, de nuevo es importante no hacer generalizaciones. Para Erly Ruiz, no hay «perfiles» como tales. La cuestión de «quiénes son los sugar daddies y los sugar babies» no puede resolverse de forma global.
*Comentario de Erly Ruiz*
La diversidad de los sugar babies es una manifestación destacada de esta diversidad de trayectorias. Lucía me explica que sólo se plantea esta actividad a corto plazo, y porque es una forma más sencilla y rápida de ganar dinero que un trabajo más «convencional».
*Testimonio de Lucía*
Y sin embargo, aunque no hay perfiles típicos, las generalizaciones científicas y mediáticas actúan como un veneno que intoxica a la opinión pública. Por lo tanto, al igual que en el trabajo sexual, el estigma está bien arraigado.
Se manifiesta en primer lugar en los temores al juicio social de los sugar babies y los daddies.
*Comentario de Erly Ruiz*
Esta estigmatización se materializa entonces a través de las representaciones y los lugares comunes que se proyectan sobre ellos.
*Comentario de Erly Ruiz*
Así, Lucía destaca la importancia de normalizar esta actividad sin hacerla más frecuente.
*Testimonio de Lucía*
En cualquier caso, más allá del estigma, el peso del sugaring en nuestro modelo actual de relaciones refleja un cierto cambio en nuestra concepción del amor. En su artículo, Erly Ruiz habla de un cambio en el paradigma romántico, otra forma de dar sentido a las relaciones amorosas. Nos explica lo que quiere decir con esto.
*Comentario de Erly Ruiz*
Este cambio de paradigma se ve sin duda favorecido por la aparición de Internet y, con ella, de las redes sociales, que facilitan enormemente los intercambios y los encuentros.
Este es el enfoque de Lucía en Lima, y de cientos de miles de otros usuarios de sitios de citas con sugar daddies en América Latina.
*Testimonio de Lucía*
Este cambio de paradigma romántico iría acompañado de un cambio de paradigma económico. Esto es lo que sostiene el profesor australiano Peter Fleming en su libro «Sugar Daddy Capitalism». En un artículo escrito para el sitio web The Conversation, desarrolla su definición de lo que llama el sugar daddy capitalism, que entiende como «un movimiento deformador en el corazón del capitalismo occidental que difumina las ya borrosas líneas entre el mundo comercial y el no comercial». En su opinión, las plataformas digitales simbolizan una tendencia más amplia hacia la precarización de las relaciones laborales, utilizando la tecnología para expandir la llamada «economía del trabajo». Por ello, considera que los sitios de sugaring son disruptivos para el sistema en su conjunto, al igual que las aplicaciones como Uber lo han sido para el altamente regulado sector del taxi.
Erly Ruiz no está de acuerdo. No cree en esta visión más bien dramática de la «uberización» o, en términos de Fleming, de una ideología económica impulsada por la tecnología que arrasaría con las relaciones profesionales y personales.
Ciertamente, el capitalismo ha introducido lo que el sociólogo llama una «mercantilización del placer y el afecto», una «relación del bolsillo» que el sociólogo polaco Zygmunt Bauman mencionó ya a principios de los años 2000 en su teoría del amor líquido.
*Comentario de Erly Ruiz*
Sin embargo, según Erly Ruiz, hablar de uberización como lo hace Peter Fleming no es coherente con las realidades del sugar dating actual.
*Comentario de Erly Ruiz*
Y el sugaring no sólo divide a los investigadores. Existe una verdadera división dentro de los feminismos contemporáneos sobre el tema. Aunque Erly Ruiz describe la noción de «empoderamiento» como una «estafa lingüística», reconoce y explica el hecho de que algunas mujeres ven este tipo de actividad como un signo de libertad individual.
*Comentario de Erly Ruiz*
Y de hecho, algunas feministas reivindican esta actividad como comparable a cualquier otro trabajo: es un hecho que vendemos nuestros cuerpos para contribuir al funcionamiento de cualquier empresa, de cualquier fábrica. Vendemos nuestro tiempo disponible a cambio de un pago. Incluso podemos argumentar que el sugar dating proporciona unas condiciones de vida mucho mejores, por ejemplo, porque se puede negociar mejores ingresos, uno tiene el control sobre la elección de su cliente gracias a las aplicaciones, uno no está limitado por un intermediario como el director de la empresa, y tiene una mayor flexibilidad en términos de horas de trabajo y contratos de larga o corta duración. Pensando en términos marxistas, el sugar dating se refiere a la explotación laboral, como cualquier otro trabajo dentro de nuestro sistema capitalista. Esto no hace que el sugaring sea aceptable, sino que nos recuerda que todos los trabajos de este sistema de relaciones son sinónimo de explotación y apropiación inaceptables, no sólo el sugaring.
Sin embargo, las representaciones que cualquiera puede percibir en los medios de comunicación no hacen justicia a la multitud de ángulos que hemos intentado explorar en este podcast. Las generalidades en el ámbito científico alimentan el estigma social, y se reflejan muy claramente en el tratamiento mediático dominante del sugaring y el trabajo sexual en general. Los reportajes de televisión, los vídeos de YouTube, la miríada de artículos sobre el tema, contribuyen de forma abrumadora a una fuerte dramatización del tema, que muestra a mujeres muy jóvenes, vulnerables y no consentidoras que venden su cuerpo por desesperación para financiar su educación bajo el yugo de un viejo rico y perverso. Al tratar estos temas de esta manera, los medios de comunicación niegan la existencia del libre albedrío de las mujeres y ocultan por completo las realidades del sugar dating en el contexto actual que ya hemos explorado aquí.
*Comentario de Erly Ruiz*
A la luz de esta perspectiva periodística errónea pero profundamente arraigada, IJNET, la red internacional de periodistas, publicó en febrero de 2021 una lista de recomendaciones para la cobertura mediática del trabajo sexual. El consejo viene de la Dra. Anastacia Ryan, fundadora de la asociación escocesa de trabajadores del sexo Umbrella Lane.
La idea es que el periodismo respetuoso puede contribuir realmente a mejorar la vida de las trabajadoras sexuales, ayudando a desmantelar el estigma. En general, los consejos dados pueden aplicarse al caso del sugaring. Dar voz a los y las trabajadores del sexo, dar prioridad a la seguridad de los entrevistados, equilibrio frente el sensacionalismo y el clickbait y representar a todos los miembros de la comunidad.
Al respetar esta línea ética, respetamos a las trabajadoras del sexo, pero también a la diversidad de sugar babies y sugar daddies. Y sobre todo, tratamos el tema siendo conscientes de su complejidad y de sus múltiples implicaciones en la sociedad, sin instrumentalizarlo ni dramatizarlo.
Bien, recapitulemos lo que hemos visto en este podcast.
El sugar dating no es nada nuevo, pero ha sufrido varias mutaciones a lo largo de las décadas y ha conquistado a más gente con la llegada de Internet y, posteriormente, la pandemia de Covid-19.
Aunque hay ciertos patrones recurrentes, no hay un patrón típico de una relación entre sugar daddy y sugar baby. Depende en gran medida del contexto cultural y político. Sin embargo, se puede argumentar de forma más global un cambio de paradigma romántico, una cierta evolución en nuestra concepción del amor. El capitalismo ha contribuido a la mercantilización del amor y de los afectos, un amor que quizás ha visto relegada parte de su sustancia a un segundo plano.
El estigma en los medios de comunicación se refleja en el gran tabú social que rodea al sugaring. Esta ley del silencio contribuye a la vulgarización de un fenómeno eminentemente complejo.
Bajo esta perspectiva, terminaré este podcast dejando que Lucía hable primero.
*Testimonio de Lucía*
De hecho, me confió que su principal temor es que Perú es un país peligroso, y que siempre existe el riesgo de encontrarse con alguien con malas intenciones. Esto es una señal de que dicho tabú no reduce la frecuencia del sugar dating, sino que lo hace más propenso a la violencia.
En cuanto a la investigación y la reflexión que se hace desde la academia, Erly Ruiz cree que es necesario romper este tabú hablando de la intimidad.
*Comentario de Erly Ruiz*
Les agradezco que hayan escuchado este podcast, que sin duda ha suscitado más preguntas que respuestas. Sin embargo, pueden servir de semilla para una conciencia más amplia y una reflexión más profunda, respetuosa con la multidimensionalidad del fenómeno.
Gracias por escuchar este podcast, ¡y nos vemos pronto en Somos Periodismo!