Marco Sifuentes: un periodista que hace lo que le da la gana

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A Marco le gusta ser su propio jefe. Vive por y para el periodismo, aunque a veces se canse y quiera dejarlo todo. En 2015 viajó a Madrid para darse un respiro del oficio, supuestamente porque quería escribir ficción, pero terminó volviendo al periodismo y escribió dos libros sobre Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski. Han pasado cuatro años y aún sigue en España haciendo lo que más le gusta: viajar, leer y escribir.
Por: Alba Ñaupas
Portada: Archivo personal – Facebook Marco Sifuentes.


Marco es un periodista que hace lo que le da la gana y no está acostumbrado a tener un jefe. Gracias a su profesión pudo recorrer veintitrés de los veinticuatro departamentos del Perú. Sin embargo, para él no era suficiente y abandonó su vida en Lima para irse a Madrid a seguir viajando y conocer nuevos lugares. Desde allá ha seguido pendiente de la coyuntura peruana y ha publicado dos libros que han sido todo un éxito en el mercado editorial peruano: “H&H. Escenas de la vida conyugal de Ollanta Humala y Nadine Heredia” (2018) y “K.O. P.P.K. Caída pública y vida secreta de Pedro Pablo Kuczynski” (2019). Admite que se fue porque quería dejar el periodismo, pero es gracias a este oficio que puede seguir viajando por Europa, África, Asia y América. En agosto de este año volvió a Lima para la presentación de su cuarto libro y aprovechó en visitar Amazonas, el último departamento que le faltaba para poder decir que viajó por todo el Perú.

Como hace lo que le da la gana, no se conformó con ser solo escritor o reportero, sino que a lo largo de toda su carrera ha demostrado ser multifacético: también ha sido editor, camarógrafo, entrevistador, productor, director, consultor, conductor, bloguero y hasta hizo un cómic sobre Laura Bozzo. 

Creador del blog “El útero de Marita” y la web “La Mula”, un día –en 2015– se cansó del periodismo, cogió sus maletas y se fue a España con la excusa de estudiar la maestría en Escritura Creativa de la Universidad Complutense de Madrid. 

“Yo en realidad quería descansar del periodismo, incluso pensé en dejarlo totalmente. Me alejé porque estaba aburrido, ya había estado mucho tiempo haciendo lo mismo. Me dio la crisis de los cuarenta adelantada y dije ‘vamos a cambiar’. Quería irme, pasar un par de años fuera, viajando, necesitaba una excusa y algo que siempre quise estudiar, un máster en escritura creativa, era perfecto”.

Sin embargo, no pudo dejar el periodismo por mucho tiempo: además de tener una columna dominical en La República, el trabajo final de su máster consistía en presentar las primeras cincuenta páginas de un libro. Inicialmente, él fue a España con la idea de hacer ficción, pero cuando llegó el momento de escribir, se preguntó “A ver, ¿qué me sale bien?” y pensó “A mí me sale fácil escribir periodismo”. 

Marco Sifuentes en la presentación de su libro “K.O. P.P.K.” en la Feria del Libro (FIL) 2019. Fuente: Instagram

Llamó a la Editorial Planeta, pues ya había trabajado con ellos antes, y les dijo que tenía que hacer un libro y necesitaba hacer dos viajes para recopilar información. Por suerte le dieron el visto bueno y pudo comenzar su nueva aventura. Lo único que Planeta cubrió fue los dos primeros viajes. Una vez en Lima, Marco tuvo que dictar unos talleres de escritura para poder financiar el fact checking y un tercer viaje. Así fue como nació su libro “H&H. Escenas de la vida conyugal de Ollanta Humala y Nadine Heredia”. Y como no hay primera sin segunda, un año después publicó, también de la mano de Planeta, “K.O. P.P.K. Caída Pública y vida secreta de Pedro Pablo Kuczynski” (2019).

El primer paso para escribir es documentarse y él aprovecha al máximo toda la información que le brinda internet. La lejanía con el Perú nunca ha sido un problema para su investigación porque tiene la habilidad de encontrar información que los demás no podrían. En el libro sobre PPK hace alarde de esta cualidad. “En algún lugar de internet, alguien ha subido un archivo en PDF. Se trata de un rincón insólito de la red, aunque la correcta combinación de palabras clave es suficiente para que cualquiera abra sus puertas”, escribe en el capítulo nueve. 

Según él, encontró ese documento sin querer, mientras buscaba otros datos. En este archivo, que es de acceso público, se encuentran conversaciones -obviamente en inglés- por correo electrónico entre el expresidente Pedro Pablo Kuczynski, su exesposa Jane y los hijos de ambos. Con una media sonrisa y las cejas levantadas, Marco asegura que no es un hacker y confiesa que tiene sospechas de quién pudo haber colgado esa información, pero no puede revelar la identidad.  

Después de la investigación previa, viajó a Lima para hablar con sus fuentes. Fueron semanas duras, las cuales dedicó casi exclusivamente a entrevistar sin importar la hora o el lugar. “Una noche yo estaba en la Calle de las Pizzas (se llama así al Paseo San Ramón, en Miraflores), en un antro, con una pobre chica que lloraba, borracha, por un novio que había estado involucrado en el gobierno de Humala”. Dice “ella” y no da nombres porque todas sus entrevistas fueron off the record y, a pesar de que algunas fuentes le dieron permiso para publicar sus identidades, él sigue respetando el anonimato de todos.

Para el libro de PPK, sus entrevistas también fueron off the record; sin embargo, esto no evitó que más de uno le mintiera, tal vez porque es un caso más reciente, cree él. Cuando pasó eso, Marco se enojó porque no está acostumbrado a que le mientan tan descaradamente cuando usa fuentes anónimas. 

“A la primera les digo (a los que le mienten): 

          – ¿Estás seguro de esto que me has dicho?

         – Sí, claro –responden.

A la segunda les volvía a preguntar:

         – ¿Estás seguro? Porque a mí alguien me ha dicho que no es así.

         – No. Cómo va a ser.

Hubo casos en los que sí les llamé y les dije ‘Acógete a la colaboración eficaz porque yo sé que esto no ha sido así. Hay una persona que también ha estado allí y me ha dicho que has hecho otras cosas’ y la fuente solo balbuceaba. 

En otro caso, yo tenía un documento y le dije a la persona, sin revelarle que tenía esa información:

         – ¿Pero estás seguro de que ustedes no han hecho esto?

         – No, no. 

Como a la tercera vez que insistí me responde: 

        – Mira, le he preguntado a fulano y creo que sí hemos hecho esto… 

        – Cállate, para qué me mientes –le digo.

En este libro me han mentido bastante”.

A pesar de estos inconvenientes, Marco continuó buscando testimonios para narrarlos en sus libros.  Luego de recolectar información en internet y entrevistar a las fuentes durante un mes y medio (fueron tres viajes de dos semanas cada uno), se encerró en su cuarto —en el distrito de Usera, Madrid —exclusivamente a escribir. Su primer libro le tomó casi un año terminarlo porque a cada capítulo le dedicaba dos semanas y el segundo le exigió pisar el acelerador a fondo y demorarse menos para poder publicarlo a tiempo para la FIL 2019.

Pero la pregunta más importante es ¿por qué ir hasta Madrid para seguir pendiente de lo que pasa en otro continente? “La verdad es que yo vine aquí a vivir tranquilo. Estoy recontento aquí. Estar lejos del día a día me da más tranquilidad para escribir, sino en Lima estaría saliendo con mis amigos o trabajando en cualquier otra cosa. Madrid me permite dedicarme a escribir”, responde. Y es que, desde siempre él ha querido escribir, pero nunca tenía el tiempo suficiente porque estaba ocupado haciendo periodismo. Le gustaba su trabajo, lo disfrutaba, pero llegó un momento en el que no tenía ni siquiera vacaciones: “Cuando eres dueño de un medio como Útero, no tienes vacaciones, y eso me cansó”. Y es que esta situación no iba de acuerdo a su personalidad más bien libre, desinteresada. 

Gracias al periodismo, Marco pudo recorrer casi todos los departamentos del Perú. En agosto pudo completar el último departamento que le faltaba: Amazonas. Fuente: Instagram.

Por ahora, aparte de sus columnas –o “calumnias” como las llama él– dominicales en La República, no trabaja en ningún otro medio, sino que tiene la libertad para hacer lo que quiere y cuando quiere. Se sustenta con el dinero que le pagaron cuando vendió el Útero. “Cuando me fui vendí la primera mitad a la Red Científica Peruana y de eso viví. Ahora he vendido la otra mitad (también a la Red), hace poco. Me estoy tirando toda la plata de Útero y mis amigos me dicen que no lo haga, que piense en el futuro, pero yo estoy haciendo lo que me gusta: leer, escribir, viajar. No me quejo mientras me dure”. 

Marco sabe que hay temas interesantes en España, pero aún no ha visto nada que le haga decir “esto es algo que puedo hacerlo solo yo”. Normalmente cuando inicia un nuevo proyecto es porque siente que es el único que puede hacerlo: “si todo el mundo está haciéndolo, ¿para qué  lo voy a hacer yo?”, se pregunta. 

Su futuro aún no lo tiene muy claro. Solo sabe que quiere escribir dos o tres libros más y seguir haciendo lo que se le dé la gana. Después de eso, no sabe qué hará. Pero por lo pronto, solo piensa en escribir, viajar y no retornar al Perú, al menos no para trabajar como periodista en un medio de comunicación bajo las órdenes de un jefe.