El 16 de marzo comenzó el aislamiento social obligatorio en el Perú. Calles vacías y negocios cerrados abundaban en Lima durante los primeros días. Sin embargo, el centro comercial Agustino Plaza debía seguir funcionando, pues los supermercados y farmacias en su interior eran una necesidad básica. Julio Revilla, jefe de seguridad del Agustino Plaza, nos cuenta cómo el centro comercial y su equipo de trabajo tuvieron que adaptarse para velar por la seguridad de los asistentes del centro comercial.
Por: Jahel Atencio
Portada: Rodrigo Cano