Lesly, con tan solo 17 años, llegó a Lima. Tenía claro su objetivo: dedicarse profesionalmente al fútbol. Buscando equipos femeninos por Facebook, se topó con el recientemente fundado Fútbol Club Killas. La escuadra organizó una convocatoria en San Borja, a las espaldas del Hospital del Niño, para armar su primer plantel. De Juanjuí solo había traído un par de zapatos, así que se presentó a jugar descalza. Lejos de sentirse menos que el resto, esta situación la motivó a demostrar todo su potencial. En una pista de losa, la atacante estaba dando sus primeros pasos para cumplir su sueño de ser futbolista y hacer feliz a su padre.
Por: Paulo Samaniego
Portada: Francisco Minchola / Liga Femenina
Lesly Alvarado, delantera del Fútbol Club Killas, despierta a las 4:00 a.m. para alistarse e ir a los entrenamientos. Largos y extenuantes viajes desde Los Olivos hasta Cercado de Lima son su pan de cada día. De cinco y media hasta las siete de la mañana practica junto con sus compañeras de equipo. Llega a su casa y en lo que queda del día se enfoca principalmente en las labores que demanda su universidad. Para cumplir con sus tareas, debe mantenerse despierta hasta las dos de la madrugada. Por si fuera poco, a esta rutina, en ocasiones, se le sumaban los partidos de su equipo en la primera liga femenina nacional.
La delantera debe repartir su tiempo en tres actividades: su carrera de Educación Física en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), los encuentros del FC Killas y sus clases como entrenadora de fútbol. A veces llega cansada de los partidos a su casa, pero el día no acaba. Tiene que armar y enviar sus planes de entrenamiento para las academias en las que trabaja un día antes de las prácticas. No duerme bien y eso ya le ha afectado a la hora de jugar. No obstante, se siente orgullosa de todo lo que ha logrado con tan solo 22 años y sin esperar que alguien la ayude. “El caballo ganador”, como le gusta que la llamen, disfruta superar retos que parecen imposibles. Esto le permite mejorar constantemente como futbolista y, sobre todo, como persona
La motivación de resaltar en el fútbol femenino le permite cumplir con todas sus responsabilidades diarias. Este deseo, que despertó en ella desde muy pequeña, le permitió tomar la decisión de dejar su natal Juanjuí para viajar a la capital en búsqueda de una oportunidad. Tito, su padre, la convenció para dedicarse al fútbol, hacer oídos sordos al “qué dirán” y seguir hacia adelante. Incluso cuando jugaba en equipos mixtos, sus vecinos y compañeros de colegio no podían negar su talento.
A sus 17 años, Lesly hizo las maletas y se mudó a Lima. Contaba con familiares que la podían acoger en su casa, pero prefirió vivir por su cuenta. Para sobrevivir a la ciudad y mantener vivo su sueño, la joven tenía que trabajar, estudiar una carrera universitaria y jugar todos los partidos que pudiese. Inicialmente, se hospedó en la casa de una amiga en Los Olivos mientras conseguía diferentes empleos. Eran escasos los días libres que Lesly tenía durante la semana. Incluso si los tenía, prefería invertir ese tiempo trabajando cerca de su casa o jugando fútbol para no perder su nivel. “Cualquier cachuelo o partido era la excusa perfecta para poder salir del cuarto”, señala la entrevistada.
Tuvo que trabajar limpiando casas y pintando muros para empezar a pagar el alquiler de la habitación. Su primer empleo formal fue de mesera en un restaurante cerca de la San Marcos. Su amiga no quería que trabajara ahí porque estaría lejos de su casa y temía que la delantera no supiese cómo regresar. No obstante, a Lesly le gustaba perderse ya que le permitía conocer la capital sin necesidad de un guía. Aceptó el trabajo y empezó a acercarse a su futura alma mater.
En el 2017, las habilidades de Lesly deslumbraron a Antonella Cáceres, jugadora y presidenta del FC Killas. A pesar de no saber cómo llegar a San Borja, distrito donde se hicieron las pruebas, la deportista se las ingenió para llegar a tiempo. Destacó entre todas las chicas aún sin tener zapatillas para jugar. El resto de futbolistas que integraban el club la recibieron fraternalmente y no tardaron en ofrecerle un calzado. Lesly apreció la bienvenida y trató de llevarse bien con todas. Este sería el inicio de su amistad con las chicas que posteriormente serían sus compañeras durante el torneo nacional.
No pasó mucho tiempo hasta que Cáceres le propuso a nuestra protagonista ser parte del equipo. A partir de ese momento, el Killas empezó a disputar cotejos amistosos y torneos amateurs. Sin embargo, por lo lejos que le quedaban los entrenamientos, Lesly tuvo que dar un paso al costado temporalmente. El considerable gasto que hacía en sus pasajes para asistir a los entrenamientos le impedía seguir en el club. Era el primer obstáculo que complicaba los planes de Lesly. Este golpe de realidad impidió que la delantera pudiera formar parte del FC Killas.
En su tiempo fuera del club, aparte de trabajar, Lesly participaba en campeonatos de interbarrio para hacerse un nombre en las canchas de cemento. Como era de esperarse, en estos torneos zonales se solían escuchar comentarios machistas por parte de hombres que jugaban contra ella. “Mis amigas me dicen que les responda, pero no pienso ocupar mi tiempo en gente que no me aporta”, menciona. Como ha tenido que lidiar con estas burlas desde niña, ahora ninguna le afecta. Más bien, la juanjuína se ríe de estos comentarios que buscan menospreciarla por su apariencia o por dedicarse a un deporte dominado por hombres.
Pasaron tres años para que su camino se volviera a cruzar con el del FC Killas. Se había oficializado la participación del club en la primera división de la liga femenina y debían conseguir jugadoras para el torneo. La comunicación entre Lesly y la presidenta prevaleció incluso cuando la atacante dejó el equipo. Las pruebas de selección eran innecesarias para Lesly porque Antonella confiaba que sería una de las pilares del equipo. Además, la presidenta le ofreció la ayuda necesaria para poder asistir a todos los partidos y entrenamientos durante la campaña. “Agradezco a Dios por haberme encontrado con gente tan buena como ella”, manifiesta Lesly mientras recuerda cómo le propusieron jugar con la camiseta del club.
Cuando aceptó jugar por el equipo, Lesly prefirió no contarle nada a su familia. “Si bien ellos sabían que jugaba fútbol, prefería mantenerlo en perfil bajo”, señala la delantera. Su familia creía que solo iría a Lima a jugar campeonatos para aficionados. Sin embargo, fue a partir de que la vieron por televisión que empezaron a tomar en serio su sueño. No sabían lo importante que era para ella disputar la liga. Ya no se trataba de jugar ‘pichangas’ cerca de la casa, sino de enfrentar a los mejores equipos del país. Cuando sus familiares se enteraron, se alegraron por ella y por todo lo bueno que le podía traer el disputar un torneo televisado.
Llegó el 30 de mayo, era el día más importante en la historia del FC Killas: La escuadra debutaba en la liga femenina nacional frente a Alianza Lima. Para sorpresa de Lesly, el entrenador Salcedo no convocó a Lesly para este partido puesto que aún no la conocía bien. La joven no entendía por qué no estaba jugando, pero respetó la decisión del director técnico. Al fin y al cabo, él sabe lo que hace, ¿cierto? Lamentablemente, al menos desde el resultado, este no fue el caso.
El marcador final fue 7-0 a favor de las blanquiazules. La intensidad de las grones debilitó la defensa del equipo, sin importar cuantas jugadoras se coloquen en el área. Esto, sumado a los constantes errores en la salida, provocó que les encajasen cinco goles en el segundo tiempo. Lesly se enteró del resultado mientras entrenaba a los niños de su barrio. La impotencia de no poder sudar la camiseta invadió su ser. El equipo no pudo sumar de a tres en las tres primeras fechas.
El FC Killas se encontraba en el undécimo lugar antes de enfrentar a la Academia Cantolao. Su deseo de ganar se vio reflejado desde el primer minuto de juego con una alta presión frente a la academia. A partir de un golazo de vaselina de Joselyn Cruz, las dirigidas por Salcedo ya estaban dominando el encuentro. El marcador no se movería por el resto del primer tiempo. En la segunda parte, el Cantolao buscó marcar el empate pronto; no obstante, un gol muy especial estaba por llegar.
Luego de un pase largo por el carril derecho que confundió a las dos defensas centrales del Cantolao, el balón quedó en los pies de Lesly. Estaba cara a cara a la portería, si la tocaban era penal. Se tomó su tiempo para acomodarse y disparar a ras. El árbitro marcaba gol. Killas estaba ganando por dos tantos a cero en 52 minutos. Lesly se estrenaba como goleadora. Aquella niña de Juanjuí finalmente había cumplido el sueño de ser una futbolista profesional. El balón tocó la red y la deportista celebró alzando sus brazos hacia el cielo. La anotación iba en honor a su padre, que siempre la ha estado observando. Finalmente, el encuentro acabó 2-1 a favor del Killas.
Luego de aquel compromiso, la liga fue una montaña rusa de emociones. Algunos partidos acabaron en derrotas por goleada, mientras que en otros la escuadra demostró el compromiso que tienen las jugadoras con el club. Inclusive, el equipo logró empatar con Sporting Cristal, uno de los conjuntos más temidos de la liga. Sin importar el resultado, las chicas siempre se reunían en los vestuarios para aclarar cómo pueden mejorar para la próxima jornada. Las futbolistas se llevaban bien a pesar de las derrotas. Sin embargo, hubo un partido que afectó a Lesly dentro y fuera del campo.
El FC Killas se enfrentó a la Universidad César Vallejo el pasado 31 de julio. El encuentro era clave para clasificarse a la fase final del campeonato. Además, hace cuatro días se cumplía un mes más de la partida de Tito, su padre. Habían pasado más de tres años desde que había fallecido. Por ello, Lesly quería marcar un gol para homenajearlo. Lamentablemente, no pudo convertir. Tuvo una oportunidad al inicio del partido, pero el balón se fue ligeramente por encima del travesaño. El cuadro poeta convirtió el primer tanto gracias a un remate de Emily Flores. En el segundo tiempo, Lesly intentó empatar de tiro libre, pero la guardameta Valverde retuvo la pelota. Posteriormente, Mariu Rodriguez aumentaba la diferencia en el marcador para el conjunto trujillano. El Killas acabó perdiendo por dos goles a cero. Esta derrota las colocaba en el sétimo puesto y les arrebataba la chance de clasificarse a la fase final de torneo.
Sus compañeras no sabían lo que significaba, más allá de lo deportivo, aquel partido para la juanjuína. Lesly prefería que ninguna lo sepa porque no quería preocuparlas. “Suelo guardarme este tipo de cosas y desahogarme cuando estoy sola” confiesa la entrevistada con tristeza. Se despidió del equipo, llegó a casa y se sintió mal consigo misma. Es consciente de que no estaba en su mejor nivel aquel día. La rutina y las pocas horas de sueño provocaron que su rendimiento resultase afectado. No hizo nada más durante ese día, solo quería descansar y recomponerse.
Finalmente, el equipo acabó en la novena plaza de la tabla de posiciones con 13 unidades. ‘El caballo ganador’ fue la goleadora del equipo marcando 6 goles en 11 partidos. Estos números llamaron la atención de diferentes equipos del torneo, pero Lesly sigue interesada en el proyecto deportivo del Killas. Para realizar una mejor campaña, la atacante planea despedirse de las academias de entrenamiento, al menos por ahora, para enfocarse plenamente en el equipo que le extendió la mano desde el inicio.
Terminado el torneo, la joven tenía otros partidos por ganar. Ya no era en la cancha de la UNMSM, sino en sesiones de zoom. Lesly estaba con las entregas de su tesis y otros cursos de su universidad. Se acostaba a las 3 de la madrugada y debía despertar a las 8 de la mañana para sus últimas clases. Una vez finalizado el ciclo, la delantera pudo dormir un poco más y recuperar energías. Aun así, cuando la invitan a fiestas, se niega. “Prefiero salir a jugar los fines de semanas antes que ir a juerguear”, declara la futbolista. Para la próxima temporada, sus nuevos objetivos son establecerse como una de las mejores en su posición y, eventualmente, jugar para los equipos más poderosos del torneo.