Ernesto Benavides: un fotoperiodista en las calles de la furia y la indignación

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Las protestas de noviembre de 2020 supusieron un momento de gran inestabilidad sociopolítica en el Perú. En este escenario, los fotoperiodistas retrataron lo que ocurría en el espacio público y arriesgaron sus vidas con tal de obtener las imágenes que pudiesen mostrar lo que estaba pasando en distintos puntos neurálgicos de la capital del país. En esta nota, Ernesto Benavides, segundo lugar de la categoría “spot-news” del World Press Photo por su trabajo en las manifestaciones, comparte su experiencia y sus reflexiones sobre el rol del fotoperiodismo en periodos de convulsión social.   
Por: Mauricio Pastor
Portada: Ernesto Benavides

La noche del 9 de noviembre del 2020, con 105 votos a favor, 19 en contra y 4 abstenciones, el Congreso de la República vacó al expresidente Martín Vizcarra por incapacidad moral a raíz de las acusaciones de corrupción durante su gestión como gobernador regional en Moquegua (2011-2014). Al día siguiente, en la mañana del 10 de noviembre, Manuel Merino, quien entonces presidía el Legislativo, juramentó como nuevo presidente del Perú. Esta decisión provocó el rechazo mayoritario de la población y desataría, en los siguientes días, una ola de protestas en todo el país que nos sumió en la crisis política más dramática en lo que va del siglo.

El descontento ciudadano ante lo que se consideraba un acto de usurpación política escaló a medida que pasaron las horas. En el transcurso de la semana, las marchas se intensificaron y los enfrentamientos contra las fuerzas policiales arreciaron en las calles del centro de Lima, pero también en ciudades del interior del país. Mientras los manifestantes eran reprimidos con bombas lacrimógenas y perdigones lanzados por la policía, los fotoperiodistas registraban la indignación de miles de jóvenes. Entre ellos estaba Ernesto Benavides, reportero gráfico de la Agencia France-Presse (AFP), quien capturó momentos épicos, pero también llenos de una violencia desbordada. 

Ernesto Benavides es un fotoperiodista miembro de la Agencia France-Presse. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima y es miembro fundador del colectivo fotográfico Supayfotos. Foto: World Press Photo.

En el campo de acción

El 11 de noviembre, Ernesto fue enviado a cubrir las manifestaciones. Continuó en las calles hasta el sábado 14. De un día a otro, a medida que avanzaban las horas, la situación empezó a agravarse. “Recuerdo que me subí a un edificio para sacar una foto de la cantidad de personas que estaban participando y luego bajé porque me habían avisado que había mucha gente agrupándose entre Abancay y Piérola. Cuando llegué al lugar, se sentía la tensión latente, y, de un momento a otro, todo empezó”, recuerda Benavides sobre su experiencia en la primera marcha nacional del 12 de noviembre.

Una vez iniciadas las protestas y los enfrentamientos entre manifestantes y policías, el escenario se tornó muy peligroso. “Es la situación más violenta en la que me he encontrado en mi carrera como fotógrafo”, refiere. Además del riesgo que suponía la aglomeración debido al Covid-19, uno podía ser impactado por los perdigones o las bombas lacrimógenas lanzadas por la policía (como ocurrió con Alonso Balbuena, colega de Ojo Público). Benavides se cubrió el rostro con una máscara antigás, se colocó un casco y un chaleco antibalas. Durante esa semana cubriendo las protestas, recibió ocho perdigones. Afortunadamente, no fueron impactos de gravedad. “Nunca había estado en una circunstancia en la que, mientras hacía mi trabajo, tendría que preocuparme tanto por mi vida y mi salud”, reconoce el fotoperiodista.

Paseo de la República, entre el Hotel Sheraton y el Palacio de Justicia. Manifestantes son reprimidos por la policía en el tercer día de las protestas contra el usurpador Manuel Merino. Foto: Ernesto Benavides.

Frente a la violencia exacerbada, la labor de los fotógrafos se hacía cada vez más complicada. “Me moría de miedo, pero tenía que pensar en cómo podía seguir trabajando. No solo quería buscar imágenes que grafiquen la situación, sino que puedan transmitir cómo me sentía en ese momento”, afirma Benavides. Durante las situaciones más adversas, su experiencia lo ayudó a pensar mejor en dónde debía posicionarse para continuar con su registro gráfico sin exponer su vida.

Hubo una foto que captó el 14 de noviembre en una circunstancia que no ha podido olvidar. “Estaba entre Abancay y Piérola. Apenas llegué, pude ver que todo estaba a punto de explotar, así que me puse el equipo de protección y empecé a moverme alrededor para tomar las fotos. Cuando observé que los manifestantes empezaban a acercarse a los policías, me di cuenta de que la situación iba a ponerse violenta. En ese momento, me fui a uno de los extremos y levanté los brazos para tener una imagen en la que se vea la cantidad de gente que había en ambos lados”.

A medida que los protestantes se acercaban a las fuerzas policiales, la tensión se elevaba. En ese momento, Benavides retrocedió al extremo derecho y levantó los brazos para capturar el enfrentamiento. Foto: Ernesto Benavides.

Registrar lo que estaba ocurriendo no era nada fácil. Y no solo por la violenta represión policial: Benavides percibía la incomodidad y la desconfianza de los manifestantes cuando eran retratados. Muchos no querían ser fotografiados. Sin embargo, cuando vieron que también se captaba el accionar violento de la policía, los protestantes empezaron a ser más permisivos con los reporteros gráficos. “No podía comunicarme mucho con ellos porque tenía la máscara y se me hacía casi imposible hablar. De alguna manera, estaba ahí como un espectador porque no me involucraba con la gente”, señala el fotoperiodista.

El camino hacia el World Press Photo

El 15 de noviembre, luego de la renuncia de Merino a la presidencia y con Francisco Sagasti asumiendo el cargo al día siguiente, la cobertura que Ernesto Benavides había realizado para las marchas había finalizado. Sus fotografías habían sido publicadas por France-Presse, pero el fotoperiodista decidió enviar algunas para competir en el World Press Photo, el concurso anual de fotoperiodismo más prestigioso e importante del mundo.

Lo primero que Benavides tuvo que hacer fue seleccionar diez fotos del archivo de 2000 imágenes que, aproximadamente, había tomado en las marchas. Durante el proceso, Benavides menciona que la edición es primordial. “Debía construir una historia con solo diez imágenes. Tomar las fotografías es el 50% del trabajo, pero el proceso de edición para mostrar una historia me parece interesantísimo. Tuve que ver las fotos que me gustaban a nivel estético y empezar a organizarlas para encontrar un sentido”, explica.

Participar en el World Press Photo exige a los concursantes redactar un texto que describa las circunstancias en la que cada fotografía fue tomada, algo más elaborado que una leyenda o pie de foto. “El texto para mí fue importante para entender por qué me habían seleccionado. En este caso, estamos hablando de un concurso en el que compites con temas mundiales, y el 2020 hubo temas fortísimos. Entonces, lo que escribí trataba de graficar la situación del país y la violencia que se había generado. Lo hice de tal manera que cualquier persona pudiese entender lo sucedido”, afirma. Así, con un portafolio de diez fotos bajo el nombre de “Vacancia presidencial”, Ernesto Benavides inscribió su proyecto en el concurso.

Después de un tiempo, la organización le envió un correo al fotógrafo en donde le solicitaban que envíe las fotos originales sin edición para verificar la autenticidad de las imágenes. Luego de enviar el material solicitado, el World Press Photo se contactó con él y le informó que su proyecto había sido seleccionado en la categoría “spot-news” y que podía concursar por uno de los tres lugares de la competencia. Un mes después, la organización anunció la lista de ganadores en la que Benavides obtuvo el segundo lugar dentro de la categoría en la que había sido seleccionado. “Me sentí muy honrado por haber podido competir con el resto de las historias. Definitivamente es un gran logro en mi carrera”, reconoce Benavides.

El 15 de abril del 2021, el World Press Photo anunció a los ganadores del concurso. Dentro de la lista, la serie de 10 fotos de Ernesto Benavides ganó el segundo lugar en la categoría “spot-news”. Foto: World Press Photo.

El fotoperiodista y lo social

El fotoperiodismo cumple un papel muy importante en la visibilización de las problemáticas sociales. En muchas ocasiones, como en la experiencia de Ernesto Benavides, los reporteros gráficos llegan a poner su vida en riesgo para capturar el momento correcto y mostrarlo a las audiencias. “El rol del fotoperiodista es mostrar a los que no pudieron estar en el lugar de los hechos lo que realmente pasó. Nuestra labor es estar en los lugares en los que la gente no puede estar”, explica Benavides.

Dicha cobertura también le trajo algunos sinsabores. “Para gran decepción mía, había medios que usaban mis imágenes para mostrar que la policía había sido atacada por los manifestantes”, señala Benavides. Es común encontrarse con plataformas que tratan de manipular las fotos en función de sus intereses políticos. “Yo pongo mis imágenes en los servidores de la France-Presse, y los medios que le pagan a la agencia usan esas imágenes y no puedo controlar para qué lo hacen. Ya en esos momentos, mi trabajo puede estar sujeto a lo que cada medio busque, y eso es un poco frustrante”, dice el periodista.

Un manifestante atrapado entre los gases lacrimógenos. Foto: Ernesto Benavides.

En muchas ocasiones, al encontrarse en el centro del conflicto, aparece el dilema moral sobre si es mejor ayudar a los involucrados o continuar con el trabajo. “Yo creo que, en esas situaciones, mi rol como fotoperiodista es tomar las fotografías. Y es una responsabilidad que me tomo muy en serio”, menciona Benavides. Sin embargo, existen ciertas ocasiones en las que se debe intervenir. “Recuerdo que vi a un tipo en el piso que estaba siendo ayudado por dos personas que no lo podían levantar porque era muy pesado y grande, así que ayudé llevándolo hasta el lugar donde estaba la gente de la Cruz Roja”, recuerda.

En muchas ocasiones, los periodistas deben decidir si ayudar al resto o solamente tomar fotografías. Sin embargo, hay momentos en los que intervienen en los conflictos. Foto: Ernesto Benavides.

En medio del conflicto y el movimiento, el fotógrafo debe tomar las decisiones correctas para obtener una imagen que, más allá de poseer cualidades estéticas, pueda graficar de la manera más cercana posible lo que está sucediendo. “La objetividad no existe. Ya desde que agarro mi cámara ya soy subjetivo, pero siempre trato de ser responsable y muestro lo que está pasando de la manera más real posible”, finaliza Benavides.