El último brillo de las matadorcitas

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La selección campeona en el Sudamericano de Menores de Vóley del 2012 fue la última en ganar un oro a nivel continental. Han pasado 4 años  desde entonces y hasta ahora no se ha conseguido una nueva victoria.
Por: Pamela Ríos
Portada: Andina


El coliseo Miguel Grau del Callao estaba repleto. Perú y Brasil jugaban la final del Sudamericano de Vóley de Menores 2012. Transcurría el quinto set y la selección estaba a un punto de campeonar. Rosa Valiente, la central del equipo, se encontraba en la zona de saque. Todos querían que marque y el partido termine. Sin embargo, Brasil supo responder. Devolvió la pelota y dilató el juego. Tras varios segundos de angustia un mate de Ángela Leyva, la capitana, puso fin a la tensión. Después de 22 años, Perú volvía a ser el mejor de América del Sur.

En dos ocasiones anteriores habíamos conseguido este título: en Argentina 1978 y Brasil 1980. Y la última vez que se venció a las brasileñas fue diecinueve años atrás, en la final del Sudamericano de Mayores de Cusco en 1993. En aquella selección, a cargo de Mam Bok Park, estaban algunas jugadoras que lograron la medalla de plata en Seúl 88: Gaby Pérez del Solar, Rosa García, Miriam Gallardo y Natalia Málaga. Natalia, esta vez como entrenadora, volvía a ganarle a Brasil en una final.

Las chicas del equipo del 2012 son recordadas como ‘Las Matadorcitas’ de Natalia Málaga. Ángela Leyva, Rosa Valiente, Maguilaura Frías, Hilary Palma, Shiamara Almeida, Luciana del Valle, Violeta Delgado, Andrea Urrutia, Cristina Cuba, Bárbara Briceño, Yomira Villacorta y Diana Torres, todas de entre quince y dieciséis años, lograron el último triunfo peruano en vóley: desde ese campeonato ninguna categoría de la selección ha vuelto al podio.

A diferencia de otras generaciones, ‘Las Matadorcitas’ se conocieron desde niñas. Violeta Delgado, del club Géminis; Cristina Cuba, Shiamara Almeida, Hilary Palma, Andrea Urrutia y Maguilaura Frías, de Sporting Cristal; y Bárbara Briceño, del Deportivo Alianza, se habían enfrentado por la Liga de Pueblo Libre, una de las más competitivas de Lima. Y en 2010 fueron elegidas las mejores jugadoras del torneo por lo que pasaron a pertenecer a la selección del distrito.

Desde aquel momento comenzaron a jugar juntas en campeonatos a nivel departamental y nacional. Practicaban los días de semana por la tarde en el club Circolo Sportivo Italiano al mando del profesor Teddy Riera. En 2011 llegaron a la selección nacional dirigida por Humberto Terrones, encargado de la categoría infantil hasta los 14 años.

Y al año siguiente, luego de quedar subcampeonas en el Sudamericano Infantil en Uruguay, empezaron a entrenar con Natalia Málaga.

El tiempo jugando juntas permitió que su amistad se fortalezca. “Cuando entrenábamos y Natalia se molestaba con alguna, las demás llorábamos por esa compañera. Era demasiado el cariño que nos teníamos”, cuenta Hilary Palma. Y sin darse cuenta habían conseguido ganarse el respeto de Natalia, ya que realizaban todo lo que les pedía. “Si ella nos decía que nos paremos de cabeza, lo hacíamos”, agrega. Además con Natalia hablaban de sus problemas personales, sus sueños y metas. Era entrenadora, amiga y mamá para ellas. La exigencia, el respeto y la confianza se reflejaron en la cancha.

En esos años jugar vóley era su forma de relajarse al regresar del colegio. “Todas éramos unas niñas”, cuenta Shiamara. Cuando salían a la cancha no se daban cuenta del gran compromiso que implicaba vestir la camiseta de la selección y mucho menos prestaban atención a la prensa deportiva. Simplemente se divertían entre amigas.

Hoy saben que esos años de tranquilidad no volverán. Ahora tienen responsabilidades profesionales: juegan por clubes privados a cambio de un sueldo o por universidades que les brindan becas.  Viven con la presión de ganar y eso genera estrés. Además deben mantener un peso ideal y un nivel óptimo de salto y potencia. Por ello su preparación fuera de la cancha es estricta y rigurosa. “Ahora nosotras mismas nos exigimos más resultados. Ya no solo se trata de pararte en la cancha y jugar”, explica Shiamara.

Después del título sudamericano del 2012 las medallas han sido esquivas para el vóley nacional. En el Mundial de Tailandia 2013 llegaron a semifinales pero no obtuvieron una presea. En julio del 2015, la selección Sub 18 fue relegada al puesto 16 en el mundial de esa categoría realizado en nuestro país. A la vez, la Sub 23 de Natalia Málaga fue eliminada en primera fase del Mundial de Turquía. Un mes después, en Japón, Perú quedó onceavo en la tabla.

Esa selección, a pesar de estar conformada por algunas de ‘Las Matadorcitas’ de Natalia Málaga, no destacó. Ángela Leyva, ya no se encontraba al mando, sino Mirtha Uribe. Maguilaura Frías al igual que Shiamara Almeida ya no eran tan indispensables en el campo y Hilary Palma solo entraba a apoyar. Y este año la selección mayor quedó en el puesto 23 en el Grand Prix y la Sub 23 ocupó el cuarto lugar en la Copa Panamericana de Perú.

‘Las Matadorcitas’ en el equipo mayor ya no son las mismas, y las divisiones menores, que siempre solían sorprender, no han alcanzado todavía ninguna gloria.