La Especialidad de Arte, Moda y Diseño Textil abrió sus puertas hace dos años; sin embargo, el proceso de su creación tomó casi una década. Un tiempo que en palabras del coordinador de la especialidad, el diseñador Edward Venero, ha sido tedioso pero indispensable. Entender la moda no solo como el diseño o fabricación de prendas, sino como un fenómeno social; este es el enfoque que Venero busca que comprendan los alumnos de esta nueva carrera.
Por: Jimena Rodríguez
Portada: Luisenrrique Becerra
El proyecto de creación de la Especialidad de Arte, Moda y Diseño Textil se inició en 2009. Convertir esa idea primigenia en una realidad tangible, con una plana docente, instalaciones propias y las autorizaciones respectivas tardó seis años. El proceso tomó tanto tiempo debido a que la planificación no fue solo responsabilidad de la universidad. También participaron empresas privadas y estatales, tales como el Ministerio de Cultura, Ministerio de Comercio y Turismo, el Gremio de Indumentaria de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) y la Asociación de Exportadores (ADEX). Juntos proyectaron habilitar un espacio que busque mezclar la investigación académica con valores éticos y prácticas justas comprometidas con el entorno de la moda.
A fines de 2014 (casi) todo estaba listo para inaugurar la nueva carrera, sin embargo faltaba ultimar un detalle capital: aún no contaban con la aprobación de la Sunedu. Este inconveniente le trajo a Edward Venero, coordinador de la carrera, problemas que ahora cuenta como anécdota. “En marzo de 2015 se comienza con la difusión de la especialidad, pero bajo la consigna de que todavía faltaban algunos trámites administrativos. Sin embargo, a inicios de 2016 ya había 14 inscritos y 7 ingresantes. Tuve que hablar con los padres de cada uno para aclarar el panorama. Felizmente ese mismo año se logró, al fin, el licenciamiento”.
Al crear esta carrera, uno de los objetivos de Venero era demostrar que como país tenemos una identidad y un potencial textil para competir y destacar en el campo de la moda. “Si bien podemos vender recursos textiles, no hemos desarrollado una capacidad de diseño. Y esta carencia repercute en la industria de la moda que da mayor valor a la marca y deja en segundo plano el diseño, la calidad de los insumos y la mano de obra”, resalta Venero.
El proceso de creación no es un trabajo individual del diseñador. La elaboración de una prenda de vestir o de una colección es una labor de equipo que debe tener una comunicación eficaz. En la actualidad, el ingeniero industrial a cargo de la producción y maquinaria, el químico responsable de la tintorería de la prenda, el diseñador gráfico, el publicista y el diseñador de modas deben articular sus esfuerzos y talentos para lanzar al mercado un producto de excelente calidad. Este concepto de colectividad laboral es una de las ideas-fuerza que Venero busca trasmitir a los futuros profesores de su especialidad.
El ingreso al mercado peruano de marcas como Zara, Forever21 o HyM ha hecho que repensemos la moda. Si antes había colecciones por cada estación, en estos últimos años se pueden lanzar hasta 54 colecciones por año. Esta nueva dinámica, denominada ‘fast fashion’ según la reconocida revista de modas GQ, ha transformado los códigos del consumo y diversidad de tendencias. Todas estas ligadas no solo a lo que las personas necesiten según lo que el clima dicte, sino a cómo se desarrolle la cultura o cierto fenómeno en la sociedad.
Lo efímera que puede resultar una tendencia en la moda es un punto que también preocupó a Venero en algún momento. ¿Cómo adaptar una malla curricular a las exigencias de una especialidad tan maleable como la moda? Junto al comité consultivo de profesores y a las entidades involucradas, concluyeron que no bastaba con que el alumno o alumna aprenda el valor conceptual y comercial de una prenda, debía también conocer cómo funciona la industria que está detrás de sus futuras colecciones. Ese conocimiento sobre el sector textil va desde saber la diferencia entre hilo, fibra y lana hasta entender el motivo por el que cierto grupo de personas o sociedades acepta o no determinadas tendencias.
Una de las alumnas que está aprendiendo estos conocimientos es Nicolle Olguín. Ella fue la primera en apostar por esta especialidad. En 2013 ingresó para estudiar Diseño Gráfico, pero apenas escuchó los rumores de la creación de esta carrera se lanzó a la piscina. Le tocó la puerta a Edward Venero para comprobar si lo que decían era cierto y cuando se lo confirmó se cambió a la especialidad de Arte, Moda y Diseño Textil.
Nicolle tiene claro porqué estudiar moda en una universidad en vez de un instituto: “Reconozco que la universidad da una base artística enriquecedora, desde pintar en óleo o escultura en barro, yeso o cemento. Técnicas que, aunque no parezca, a la larga son útiles para mi carrera”.
Si bien la especialidad recién va por su tercer año, ya ha logrado realizar importantes eventos, tales como la muestra ‘Hecho en Perú’, que revalora el diseño peruano, y que incluso fue publicada en la revista Vogue edición Latinoamérica de noviembre del año pasado. Otra actividad fue el desfile de clausura de la especialidad al que asistieron Giuliana Testino, reconocida diseñadora, y la modelo Juanita Burga.
Para Venero la primera promoción de Arte, Moda y Diseño Textil es toda una responsabilidad. Espera que todos lleguen a tener un trabajo que sea consecuencia de su creatividad. “Si bien me preocupa la empleabilidad, lo que más me interesa es que estén contentos y que demuestren que su decisión fue la correcta”.