Ni la depresión ni la brecha generacional fueron obstáculos para este artista y docente retirado. Su carisma y talento han logrado captar la atención de más de 78 mil personas, quienes siguen su cuenta ‘Cuadros Gustarte’ en TikTok y se han interesado en adquirir sus obras.
Por: Natalia Huerta
Portada: Facebook Cuadros Gustarte
Cuando llegó la pandemia, Gustavo Aliaga, por primera vez en su vida, se quedó sin actividades por realizar. A sus 70 años, no había desaprovechado un solo día. Había vivido plenamente como pintor y profesor de Dibujo y Pintura. Luego de jubilarse, Gustavo decidió seguir activo brindando talleres artísticos en la Facultad de Medicina de la Universidad San Martín de Porres. Sin embargo, las restricciones sanitarias de la pandemia provocaron la cancelación de todos sus planes.
En ese momento la noticia tuvo un fuerte impacto en su estado anímico. Recluido en casa, frente a la aburrida programación televisiva, Gustavo confiesa haberse quedado decepcionado de la vida. “Estaba muy decaído”, recuerda con la voz entrecortada.
“Tú continúa pintando”, le había dicho Julissa, su hija mayor. Ella lo impulsó a seguir adelante con herramientas que nunca imaginó utilizar: las redes sociales. En noviembre del 2020, ella le propuso crear una cuenta de TikTok. Gustavo no tenía idea del mundo virtual al que ingresaba. “Al inicio me avergonzaba, creía que era cosa de muchachos”, cuenta riéndose.
Un año después, su perfil “Gustarte” ya se encuentra lleno de videos cortos en donde muestra su talento artístico con un toque de entretenimiento. Este registra nada menos que 78,300 seguidores. Detrás de la pantalla, se encuentran solo Gustavo, su hija y una propuesta original. “Mi hija me prepara pequeños libretos que luego grabamos juntos. Ahora, gracias a Dios y al impulso que me dio mi hija, tenemos varios pedidos. Ya tengo trabajo”, afirma contento.
Energía de sobra
En su taller ubicado en el Jr. Huaraz, en Breña, Gustavo pasa la mayor parte de su día pintando. También le gusta pasar sus ratos libres leyendo a Mafalda, de quien es fanático, así como de Quino, el ‘padre’ de esta adorable criatura. Además, a veces también encuentra tiempo para tocar guitarra o cantar karaoke. Y, actualmente, dedica parte de su tiempo a practicar y grabar su contenido para TikTok.
Gustavo nunca imaginó que, en el otoño de su vida, el mundo digital le brindaría tantas alegrías. Siempre se sintió alejado de la tecnología, pero ahora se apoya en su comunidad de fans de TikTok, quienes lo animan a seguir esforzándose. Confiesa que eso lo ayudó a salir de la depresión que la pandemia lo había sumido. “Fue un renacer”, afirma Gustavo.
Las redes sociales le permitieron, además, recibir muchos pedidos. Sus seguidores le solicitan cuadros con las temáticas más variadas. Desde réplicas de obras emblemáticas, como “La noche estrellada” de Van Gogh, hasta portadas de discos populares. Gustavo reconoce que sus favoritos son los paisajes, en especial los que incluyen elementos fantásticos.
Gustavo explora nuevas formas de compartir su pasión por el arte gracias a estas plataformas. Piensa que muchos jóvenes pueden encontrar en sus videos la inspiración para perseguir sus sueños. “Le recomiendo a los padres que los apoyen, tal vez tengan una carrera tan hermosa como la mía, que hasta ahora me sigue manteniendo y me hace feliz”, comenta.
Entre fusiles, nace un artista
Hijo de un inmigrante japonés y una mujer ayacuchana, Gustavo pasó los primeros años de su vida en Huancayo, su ciudad natal. Sin embargo, el destino lo dirigiría hacia la costa. Inició la secundaria en el Colegio San Carlos, en Lima, luego de mudarse junto a su hermano mayor a vivir solos a la capital.
Los últimos tres años de secundaria los cursó en el Colegio Militar Leoncio Prado. Él pasaba sus días dibujando la vida en el colegio desde su perspectiva, le gustaba hacer caricaturas sobre la exigencia militar que él experimentaba a fines de los años sesenta.
Así, en 1967, Gustavo egresó del Leoncio Prado y postuló a la Escuela Nacional de Bellas Artes. Ahí obtuvo los títulos de artista y docente. Ese fue el comienzo de un larga trayectoria: Gustavo enseñó en muchos colegios particulares, entre los cuales resaltan La Salle y San Agustín. En este último se quedó por más de 30 años y fue despedido con honores.
Gustavo ha sabido dejar una colorida marca en el corazón de muchos. Así lo confirma el comentario de Karla SC, usuaria de Tiktok y exalumna de Gustavo: “Profe, qué lindo encontrarlo por este medio. Tuve el agrado de ser su alumna y fue el mejor curso que llevé en la Facultad de Medicina. Gracias por todo”.