Tras meses de paralización, inseguridad y desconcierto provocados por la pandemia y las sucesivas crisis políticas regionales, la escuadra nacional reinicia hoy sus encuentros internacionales. Tres periodistas deportivos explican el presente de la bicolor y la organización de la Copa América.
Por: Andrea Cordero y Gino Obregón
Portada: Adrian Calle
A menos de dos semanas del inicio de la Copa América y a escasas horas de la disputa de la fecha doble de las Eliminatorias Qatar 2022, la crisis sanitaria desatada por la pandemia persiste y causa desazón en el ámbito futbolístico. A pesar de la deficiente organización de la Conmebol, la selección peruana ha continuado preparándose para sus encuentros con Colombia (esta noche) y Ecuador (el próximo martes 8 de junio).
En Sudamérica, la pandemia ha despertado una sensación constante de inseguridad que se ha trasladado al fútbol, el deporte que genera más pasión en el continente.
Después de su última edición disputada en Brasil el 2019, la siguiente Copa América estuvo inicialmente programada para 2020. No se trataba de un torneo especial como lo fue la Copa América Centenario, sino que buscaría coincidir con la Eurocopa y así evitar problemas en la cesión de jugadores que forman parte de equipos del ‘Viejo Continente’. Se seleccionaron dos países sudamericanos, Colombia y Argentina, como sedes del torneo y no uno como solía ser. Los organizadores buscaban así facilitar el movimiento de las selecciones y llevar la fiesta del fútbol a más hinchas.
Pero iniciado el 2020 surgiría una crisis sanitaria global, acompañada de un conjunto de crisis políticas locales y regionales, cuyo resultado fue un cambio completo de los planes previstos por las dirigencias futbolísticas.
Al igual que en Europa, el calendario futbolístico en esta parte del continente se tuvo que modificar y la Copa América se postergó a junio de 2021. “Este contexto es especial, la Copa debió realizarse el año pasado. La pandemia ha movido todos los calendarios. Sin embargo, en Europa sí se está realizando la Eurocopa sin ningún problema. Sufrió cambio de fechas y alteración en el fixture, pero no es igual a lo que sucede en Sudamérica. Aquí la situación es más compleja”, sostiene César Vivar, periodista peruano y conductor de La Sobremesa en Radio Ovación.
La vacunación en Latinoamérica no ha llevado el mismo ritmo que en Europa y solo un sector minoritario de la población ha podido ser inmunizado contra el Covid-19. A este desfase se sumó la crisis política en una de las sedes originales, Colombia, que está viviendo una de sus etapas más convulsionadas y violentas. No fue necesario esperar mucho para conocer que el país cafetero no podría hacerse cargo de la organización. Los inconvenientes en los partidos de Copa Libertadores fueron suficientes para comprender que el pueblo colombiano necesitaba solidaridad. “Me parece interesante cómo el fútbol y la política se conectan a lo largo de historia. Ahora ha pasado en Colombia, país que necesita un momento para analizar, para reflexionar sobre lo que ocurre. Las personas necesitan calma y el fútbol no es un sinónimo de tranquilidad. Todo lo contrario, es sinónimo de pasión, de emociones que se elevan mucho. Colombia no está para vivir nada de esto. Es una muestra de lo convulsionada que está Sudamérica”, afirma la periodista Camila Zapata.
La Federación Colombiana de Fútbol (FCF) solicitó a la ente rector del fútbol sudamericano el aplazamiento del torneo a finales de año, pero la Conmebol rechazó el pedido y lo retiró como sede de la Copa América. Luego de este hecho, se suponía que Argentina iba a ser el único anfitrión. Sin embargo, es uno de los países más golpeados por una tardía y prolongada segunda ola. Actualmente los argentinos se encuentran bajo confinamiento y medidas extremas.
De todos los países del continente que podían asumir esta responsabilidad, el único que satisfacía las condiciones, por su infraestructura deportiva y su situación actual ante la pandemia, era Estados Unidos. A pesar de que cumplía con los requisitos, se cuestionó que pueda generar una competencia con la Copa de Oro de la Concacaf, pues las fechas iban a ser simultáneas y se temió que el torneo más longevo del fútbol le quitara protagonismo. Se señaló, sin embargo, que la extensión del territorio norteamericano y la cantidad de escenarios evitaría el cruce de estos eventos.
Tras recibir propuestas de otros países sudamericanos, la Conmebol oficializó a Brasil -sede de la última Copa América realizada en 2019- como anfitrión del torneo al llegar a un acuerdo con el presidente Jair Bolsonaro. A pesar de ya haberse confirmado por parte del gobierno brasilero, las críticas no han cesado. Con casi 463.000 muertes, Brasil es la segunda nación más damnificada por la pandemia. Por esta razón, en Brasil se ha presentado una demanda ante la Corte Suprema objetando la realización del torneo en dicho país y al menos seis estados se han negado a ser organizadores.
El contexto peruano tampoco es el ideal. Para empezar, las Elecciones Generales 2021 han generado una polarización sin precedentes. Este escenario, en condiciones normales, no causaría ningún problema para la selección peruana. Sin embargo, jugadores como Pedro Gallese, Luis Advíncula o Edison Flores compartieron a través de redes sociales su rechazo a una de las dos opciones políticas (Pedro Castillo, sin mencionarlo directamente) y mostraron su apoyo implícito a la candidata Keiko Fujimori con la excusa de “defender la democracia” y el subliminal mensaje “Ponte la Camiseta”. Este acto ha generado el rechazo de un sector de la opinión pública peruana. Dan Lerner, periodista peruano que colabora en el Diario As de España, precisa que la mayor corriente política del país es el antifujimorismo. Lo que hicieron los futbolistas mencionados fue posicionarse en contra de más de la mitad de la población y con ello eliminaron la cohesión que debería existir alrededor de la selección peruana. A muchos peruanos les podría ser completamente indiferente una derrota del combinado local por primera vez en décadas.
De otro lado, el profesor Ricardo Gareca no atraviesa por un buen momento personal, quizás el más complicado desde que asumió como seleccionador de la ‘blanquirroja’ en 2015. Los resultados no han sido los esperados, la pandemia lo mantuvo alejado de su familia y en completa soledad, y la relación con Agustín Lozano, presidente de la Federación Peruana de Fútbol no es la ideal. “Tengo entendido que Gareca y Lozano tuvieron una buena relación, pero que ahora ya no es así, contaminando su trabajo. Gareca no está a gusto con el manejo actual de la FPF por parte de Lozano, sobre todo en el tema de las vacunas. No me sorprendería que, si en esta fecha doble y en la Copa América la Selección no obtiene buenos resultados, Gareca renuncie”, sostiene Lerner.
El rendimiento de la Selección peruana en los últimos cotejos decreció con respecto a lo mostrado en años anteriores, por lo que se ha complicado la chance de llegar al Mundial de Qatar 2022. “En las Eliminatorias debes tener suerte. En algún momento nos debía tocar y nos tocó, pero la suerte no dura para siempre. Paolo Guerrero era la pieza clave del equipo, estaba en nivel top 3 en aquel momento. Ahora se encuentra sin ritmo competitivo después de una lesión y volver después de una lesión a la edad que tiene es muy complicado. Eso se ve con el caso de Farfán”, explica Lerner.
En Eliminatorias, nuestros rivales de estos días, Colombia y Ecuador, llegan con distintos antecedentes. Mientras que los cafeteros atraviesan un mal momento que se refleja en las últimas goleadas recibidas a manos de Uruguay y Ecuador, así como en la destitución de Carlos Queiroz y la llegada de Reinaldo Rueda, los ecuatorianos tuvieron sólidas presentaciones ante Bolivia y Colombia. “Creo que Ecuador es el gran favorito contra Perú. Colombia en Lima es un misterio. James Rodríguez no viene bien, Duván Zapata ha bajado su nivel. Si bien tiene un gran equipo, en general Colombia viene mal. Este partido es una incógnita. También depende de Perú y cómo llegue, sobre todo Paolo. Sin embargo, confío en Gareca”, afirma Dan Lerner.
En Copa América el panorama es distinto. “Podemos imaginar cómo le puede ir a Perú en una Copa América donde no le ha ido mal en los últimos años, donde ha tenido una final. Con Gareca siempre ha superado la fase de grupos. Además, el torneo puede servir para probar jugadores diferentes debido a que se puede incluir a 2 o 3 elementos que le amplíen el universo de jugadores para pelear la Copa y seguir disputando las Eliminatorias de aquí en adelante”, destaca Vivar.
Actualmente, Gareca sitúa el mayor de sus problemas para conformar su equipo en la zona de ataque, mientras que en otras zonas, como en el medio campo, sí se encuentra arropado. “Los mejores momentos son los de Aquino y Tapia. Peña también está muy bien, y sobre todo Carrillo. Este último es la figura de la selección actualmente, es el goleador del equipo en las Eliminatorias actuales, se puso el equipo a la espalda. A sus 29 años se encuentra en su punto de madurez. Contamos con una de las mejores líneas de volantes desde los ochenta”, comenta Lerner. Sobre la escasez de delanteros, Vivar explica que el problema está en el gol. “Lo de Guerrero y Farfán es preocupante, Ruidíaz no ha podido hacer lo que hace en Estados Unidos, Lapadula será un buen aporte, pero no puede ser el salvador”.
“A pesar de la incertidumbre y todos los problemas, estamos dispuestos a jugar en cualquier lado, siempre con la mejor disposición. Esperamos dar alegría y unión en estos momentos tan tensos” asegura Renato Tapia, volante de la Selección peruana de fútbol. Los resultados de esta noche y del próximo martes serán decisivos para el futuro de la Blanquirroja.