Colegio Juan 23, un semillero del tenis de mesa peruano

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Ubicado en el distrito de San Miguel, el Colegio Peruano Chino Juan XXIII no solo es un ambiente académico, sino un espacio de una comunidad apasionada del deporte, en especial de la raqueta y la pelota. A lo largo de sus 61 años de vida institucional, el colegio ha formado a muchos integrantes de la Federación Peruana de Tenis de Mesa. El entrenador José Viacava y los exalumnos Teresa Chan y Rodrigo Vigo cuentan por qué el Juan XXIII es reconocido por ello.

Por Alejandra Zárate


En el corazón académico, un rincón deportivo con ventanas que se elevan hasta el techo irradia dedicación y actividad en el patio secundario del colegio. El suelo del primer piso está hecho de parquet, mientras que el segundo es de superficie modular Easydeck. Al atravesar las puertas del edificio de ladrillos, se despiertan los sentidos con el sonido del golpe de las pelotas en las mesas y el chirrido de las zapatillas por la velocidad de los alumnos. El aroma a goma de las raquetas está impregnado en el ambiente. Cada espacio del recinto está inmerso en la esencia del esfuerzo, donde las luces tenues proyectan la dedicación de los jugadores en busca de la perfección en cada golpe y la gloria competitiva.  

Al sonar el último timbre de la salida escolar a las 3:45 p.m., se van acercando estudiantes afanosos con sus mochilas al hombro o con ruedas para los más pequeños. Alumnos desde los siete hasta los diecisiete años se juntan en los dos pisos del edificio de ladrillos para comenzar sus prácticas. Las risas y charlas animadas de los niños resuenan en el aire. Su diversión y alegría se hacen notar, al mismo tiempo que prevalece su seriedad y concentración en el ejercicio. 

Entrenamiento de los más pequeños en el segundo piso del edificio de tenis de mesa. Foto: Página web del colegio.
Foto: Página web del colegio.

Los entrenadores se convierten en mentores que enseñan habilidades técnicas, pero que también inculcan valores como el trabajo en equipo y la disciplina. Ante todos los estudiantes se encuentra el profesor José Viacava, más conocido como ‘Pepe’, quien lleva 58 años de vida deportiva en el tenis de mesa y 35 como profesor en el Juan XXIII.

“Hace aproximadamente 16 años que los directivos del colegio decidieron construir ‘El Palacio del Tenis de Mesa’, en respuesta a la demanda de un mayor número de alumnos interesados en este deporte”, recuerda José. La iniciativa de construir los dos pisos exclusivamente para el desarrollo del ping-pong jugó a favor de los tenimesistas, pues se pudo remodelar la infraestructura y obtener mejores implementos para la enseñanza.

El profesor rememora con orgullo sus tres años como entrenador en la selección nacional de tenis de mesa. En 1988 el padre Adriano Tomasi, promotor del Colegio Juan XXIII, le pidió una entrevista con la finalidad de ofrecerle un trabajo como entrenador en la institución. ‘Pepe’ se aventuró en este proyecto por ser un nuevo reto en su vida: comenzar de cero para formar a niños en el deporte que lo apasiona fue algo que lo llenó de entusiasmo y decidió dejar su puesto en la selección nacional ese mismo año.

Profesor José ‘Pepe’ Viacava posando para uno de los boletines del colegio. Foto: Revista J23.

Según Teresa Chan (21), exalumna que integró el equipo nacional durante cinco años, él es la base del tenis de mesa en el colegio. “Todos los grandes han pasado por ‘Pepe’. Cuando vas mejorando pasas por otros entrenadores del colegio. Todos ellos me dieron la técnica necesaria para poder entrar a la Federación”, señala. 

Teresa recuerda que eran tantos los estudiantes del Juan XXIII pertenecientes a la selección nacional de tenis de mesa que no cabían en el carro. “La gente se metía al colegio solo para poder jugar por el equipo, así de buenos éramos”. Ella terminó la secundaria en el 2018 y asegura que se siente agradecida por haber formado parte del conjunto escolar, pues le permitió adquirir conocimientos para representar a su país de manera internacional.

Teresa Chan y Rodrigo Bejarano, capitanes del equipo de tenis de mesa del Juan XXIII. Foto: Revista J23.

Durante el entrenamiento, con una mirada fija en el dominio técnico de sus alumnos, ‘Pepe’ les expresa su confianza para fomentar la seguridad en ellos sin dejar de lado las correcciones del juego. De vez en cuando narra una anécdota sobre sus inicios en el deporte, generando así una mayor motivación a los que recién empiezan la práctica de esta disciplina. 

‘Pepe’ indica que, a lo largo de los años, 43 alumnos han conseguido integrar la selección nacional. “No es fácil lograr esto, son pocos los jóvenes que reúnen las condiciones físicas, psicológicas y el talento necesario para avanzar”.

Una de las personas que hasta el día de hoy sigue representando al Perú en tenis de mesa es Rodrigo Vigo (19). Él recuerda entre risas sus inicios en el deporte: “En el colegio comencé con ‘Pepe’ y sinceramente no era nada bueno, pero lo disfrutaba por el ambiente de compañerismo que se daba. El colegio te fomenta el deporte de una manera que te motiva a seguir participando”.

Rodrigo Vigo en el ITTF Pan American Championships Lima 2021. Foto: Santiago Regaira.

En su etapa escolar, Rodrigo practicaba muchos deportes hasta que a los ocho años descubrió un nuevo mundo con el tenis de mesa. “Sentí que había algo más allá de lo técnico, era una batalla mental donde debía desarrollar otras habilidades dentro y fuera de la mesa”, recuerda. Siempre se ha considerado una persona ansiosa y esa exigencia mental que requiere su deporte lo tomó como una lucha interna.

Al mejorar su rendimiento, ‘Pepe’ le sugirió que podía entrenar en un horario diferente con personas de un nivel más avanzado para continuar progresando. “Fue a los 10 años aproximadamente que dejé de entrenar a la salida y pasé al siguiente horario de las 5:30 p.m., que es como el club del colegio”, cuenta Rodrigo. Aquí se reunía con personas mayores que él y con otros entrenadores que fueron encaminando su juego a un nivel más competitivo.

“El colegio me dio los fundamentos para poder avanzar en el tenis de mesa y los resultados lo demuestran. En mi promoción éramos cuatro los que llegamos a formar parte de la Federación”, apunta Rodrigo.

Equipo del 2016. De los 28 estudiantes que aparecen en la fotografía, 10 serían llamados a la Federación Peruana de Tenis de Mesa en los siguientes años. Foto: Revista J23.

Lo que lo motivó a permanecer en el equipo, pese a que no era de los mejores jugando, fue el hecho de que no sentía ninguna brecha entre los deportistas. “Aunque había una clara diferencia de edad, los de promociones mayores siempre fueron amigables con los más pequeños y nos ayudaban a mejorar”. Este compañerismo ha sido un valor que, hasta hoy, ha impactado tanto en su vida deportiva como en la personal, y es algo que agradece haber encontrado desde tan chico en su colegio.

El edificio de tenis de mesa del Juan XXIII es un testimonio vivo de cómo este deporte se convierte en una experiencia que fusiona competencia y compañerismo, donde cada golpe con la raqueta cuenta una historia y cada jugador contribuye a que el tenis de mesa perdure con el paso del tiempo en el colegio y en el Perú.

Miembro de la Asociación Deportiva de Colegios Religiosos Católicos, el Juan XXIII se consagró campeón general del ADECORE de tenis de mesa en agosto del 2023. Foto: página web del colegio.