Liderado por el artista iquiteño Christian Bendayán, surgió con la misión de difundir en Lima la riqueza artística de la Amazonía. Un equipo compuesto por destacados artistas, investigadores, curadores y gestores culturales han realizado diversas exposiciones, congresos y mesas de diálogo. Su ambición los llevó a comprar y acondicionar una balsa como espacio de encuentro entre artistas de la Amazonía y sus pares limeños o de otras regiones. Así, denominaron a la Balsa Bufeo “el primer centro cultural flotante del Perú”.
Por Romina Enriquez
Leslie Tucno, historiadora del arte e integrante del equipo directivo de Bufeo, señala que la principal motivación es reducir el desconocimiento existente en Lima respecto al arte amazónico. Va más allá de bellos souvenirs que los visitantes pueden llevar consigo después de unas vacaciones. “Es mucho más que decorativo; es político, es memoria, es resistencia y reivindicación”, enfatiza. En un Perú donde la mirada está fuertemente centrada en la capital, este proyecto se esfuerza por contrarrestarla: “Nuestro objetivo es amazonizar el Perú, integrar la riqueza cultural y artística de la Amazonía en la identidad nacional”.
En el 2022, tuvieron la oportunidad de formar parte de la muestra colectiva Los ríos pueden existir sin aguas pero no sin orillas en el Museo de Arte Contemporáneo de Lima. Estuvieron a cargo los experimentados curadores Christian Bendayán —líder de Bufeo— y Giuliana Vidarte. Reunieron las creaciones de 66 artistas, entre los que había representantes de los pueblos bora, huitoto, shipibo-konibo, wampis, asháninka, iskonawa y tikuna. La exposición fue planteada como un espacio para proponer nuevas perspectivas y reflexiones acerca de los conflictos sociales que han marcado la historia de la Amazonía. Uno de ellos fue la masacre de Bagua del 5 de junio del 2009, ilustrada por el artista wampi Gerardo Petsaín.
Además de esta mirada retrospectiva, la muestra incluyó una crítica al narcotráfico y la explotación indiscriminada de recursos como el petróleo. También buscó visibilizar la violencia que provoca la minería y la tala ilegal, denunciando el sistemático asesinato de defensores ambientales y líderes indígenas. En conjunto, se trató no solo de una exhibición artística, sino de un llamado a la conciencia sobre las realidades y desafíos que enfrentan las comunidades amazónicas.
Desde su creación, mayormente las galerías donde exponían las obras y curadurías estaban ubicadas en Miraflores con apoyo de la municipalidad del distrito, y en algunas ocasiones, proveniente del extranjero. No obstante, durante el 2023 no realizaron tantas exposiciones, pues, indica Leslie, en su intención de diversificar su público, apostaban por lugares que se presten para dicho fin.
Entre las actividades realizadas el año pasado, Bufeo contribuyó al ámbito académico mediante ponencias y mesas de diálogo en colaboración con instituciones educativas. Se realizaron en Lima y Loreto y convocaron a artistas, estudiantes y docentes, creando un espacio propicio para el intercambio de ideas sobre el arte en la Amazonía. Leslie, quien también es educadora, anota que estos espacios fueron generados en aras de fomentar la conversación sobre la historia del arte amazónico no solo entre los artistas y especialistas, sino con el público general, por lo que el ingreso fue gratuito.
La Balsa Bufeo
Esta plataforma nació del convencimiento de que las comunidades indígenas deben ser las narradoras de sus propias historias. “Nos planteamos una pregunta fundamental: ¿cómo podemos hablar sobre ellas si no somos indígenas?”, recuerda Leslie. En respuesta a la interrogante, el proyecto Bufeo ideó este espacio de encuentro con la intención de facilitar que tuvieran la voz y la autoridad para definir quiénes son.
A finales del 2021, el equipo de Bufeo, motivado por Christian Bendayán, visitó Iquitos para conocer el taller del curador en Santo Tomás, una localidad que está a poco más de una hora de su ciudad natal. Durante el trayecto, que incluyó varios transportes fluviales, surgió una reflexión en torno a la vitalidad del río en la ciudad y su función como fuente de conexión entre los diversos poblados de la región.
En palabras de Leslie, “hemos trabajado bastante en Lima, y seguiremos haciéndolo, pero ahora queremos concentrarnos en devolverle a la Amazonía todo lo que nos ha brindado, empezando por la creación de este espacio en la balsa”. En este punto, la educadora trae a colación el concepto de extractivismo, que no solo se aplica en el sentido de extraer los recursos naturales de la selva. “Estamos acostumbrados a tomar de la selva aquello que no nos corresponde, lo mismo ocurre con la tradición y arte. Adquirimos lo que nos parece bello. ¿Pero cómo retribuimos? Creando talleres donde los maestros compartan su arte con los más jóvenes de sus mismas comunidades”, explica.
Leslie recuerda que consideraron botes, lanchas y el peque-peque (similar a una canoa). La segunda opción resultaba demasiado larga; la tercera, lo opuesto. Christian Bendayán encontró la solución en una balsa que estaba disponible a un precio cómodo. Bajo la supervisión de Boris Pretell, arquitecto y miembro del proyecto Bufeo, iniciaron el proceso de remodelación —inspirado en la arquitectura popular amazónica— de la balsa, que se convirtió en un símbolo tangible de la conexión con la región.
El techo es de hojas de irapay, los colores con la que está pintada son encendidos como el turquesa, y haciendo alusión al delfín bufeo, el fucsia. “Ese delfín rosado lleno de misticismo que habita en los ríos de la Amazonía, aparece y desaparece, reflejando nuestras actividades”, subraya.
Las actividades de la balsa fueron puestas en marcha en enero de 2023. A lo largo del año, el colectivo ha realizado residencias, talleres para jóvenes originarios de las localidades, conciertos y encuentros entre artistas amazónicos y sus pares en Lima o del extranjero. Sin embargo, estos no han sido continuos pues son un colectivo con financiamiento propio. “En el 2020 recibimos el apoyo del Ministerio de Cultura para la producción de una miniserie documental producida por Bufeo, AMAzonas de mitos y visiones. Luego de ello, preferimos mantenernos al margen del MINCUL durante este Gobierno”, comenta Leslie.
Oliver Agustín Valera, ceramista perteneciente a la comunidad del pueblo indígena shipibo-conibo San Francisco de Yarinacocha (Pucallpa), fue parte de la residencia que duró una semana en la Balsa Bufeo durante comienzos del año anterior. Él expone que sus obras son un reflejo de las costumbres, mitos y leyendas de su pueblo. “El objetivo principal de mis piezas es preservar la rica cultura de mi comunidad, no dejar que muera, por eso en mis diseños dibujo las costumbres vivas y pasadas, nada se olvida”, declara.
Previamente había expuesto en galerías por invitaciones del proyecto Bufeo, de modo que no dudó en aceptar la propuesta de Christian Bendayán de participar en una de las residencias de artistas, así como liderar futuros talleres en la balsa donde compartiría su conocimiento con jóvenes de su localidad. También contactó a su madre, Agustina Valera, quien le enseñó todo lo que sabe sobre el burilado.
Al momento de mostrarle a los demás ceramistas su proceso, le sorprendía que ninguno cuestionase sus métodos. Estaban especialmente asombrados por la técnica de quemado al aire libre, utilizando leña y calaminas para retener el calor y evitar la fuga de aire, algo novedoso para ellos, acostumbrados al horno tradicional para la cocción de la arcilla.
Según Leslie Tucno, la balsa se concibe como una plataforma donde los artistas indígenas pueden empoderarse. Siendo ellos los protagonistas, se generan diálogos significativos con diferentes creadores que tienen un profundo respeto por ellos. En este contexto, Bufeo actúa únicamente de mediador, facilitando la interacción sin eclipsar la voz y la autenticidad de los artistas originarios de la Amazonía.
A lo largo del 2023, la Balsa Bufeo ha organizado diversos talleres, en su mayoría en la comunidad de Nueva Campeón (Belén, provincia de Maynas, Loreto) abordando temáticas como cerámica y pintura. Oliver, quien ha sido testigo de la disminución del interés de los niños y adolescentes por las tradiciones artísticas de sus padres y abuelos, elogia la labor del proyecto en la creación de estos espacios educativos.
Asimismo, la preocupación Oliver lo llevó a querer presentarse en colegios cercanos para ofrecer cursos sobre cerámica shipiba, aunque hasta ahora no han sido aceptados. “Me gustaría enseñar cursos, la práctica y la historia de la cerámica en las escuelas. A veces me invitan, pero por horas o unos pocos días. Creo que es crucial dedicarle mucho más tiempo”, relata con esperanza.
Con la incorporación de la balsa, el proyecto Bufeo redefine sus horizontes. Ahora, su mirada se posa en aquellos lugares olvidados por la industria del arte y el Estado. Así, cada travesía de la balsa se convierte en un camino hacia la recuperación de identidades perdidas y la reivindicación de expresiones artísticas. El proyecto Bufeo no solo navega los ríos de la Amazonía, sino también las corrientes de la historia y la memoria, tejiendo un tapiz vivo de cultura, arte y conexión humana.