Ana González y el arte de aprender a defenderse

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Llegó al Perú desde Venezuela en 2017 y lleva cerca de dos años dedicándose a la enseñanza del Kenpo Karate en su escuela de artes marciales en Barranco. Ella es Ana González. Y esta es su historia.

Por Jose Izaguirre



El Kenpo Karate Americano es una de las artes marciales más sofisticadas que existen. Caracterizada por sus movimientos rápidos y estratégicos, le permite a uno reaccionar eficazmente ante situaciones de peligro. Ana Victoria González Blanco es una experta en el dominio de sus técnicas. Con solo 24 años, se ha convertido en una de las cinco instructoras mujeres de la organización Venezuela Oskarate Internacional, que difunde esta disciplina en el Perú.

Es cinturón negro y es capaz de ejecutar a la perfección maniobras enfocadas en neutralizar oponentes que porten armas o no. Dentro de su vasto repertorio de habilidades, se encuentra el manejo de armas contundentes y punzocortantes, al igual que precisos ataques a zonas vitales o puntos sensibles del cuerpo humano (ojos, genitales, oídos, riñones, cuello y tráquea). Dichas destrezas, basadas en principios físicos, anatómicos y psicológicos, son propias de un arte marcial adaptado exclusivamente a la defensa personal callejera.

Siguiendo una tradición familiar, inició su entrenamiento cuando era una adolescente de 13 años. A los 15, mientras era cinturón naranja, decidió que su vocación era la docencia del Kenpo Karate Americano. Es así como en 2021, tras mucho esfuerzo, inauguró su escuela en Barranco, la cual alberga a 15 estudiantes cuyas edades oscilan entre los 4 y 20 años. 

A la fecha, su academia ya ha cosechado importantes logros a nivel competitivo. El más reciente fue en octubre del 2022, durante el VIII Campeonato Sudamericano de Artes Marciales, realizado por la Organización Mundial de Artes Marciales (O.M.A.M), donde cuatro de sus alumnos obtuvieron los primeros lugares en sus respectivas categorías.

Alumnos de Ana González mostrando orgullosos sus diplomas y medallas obtenidas en el torneo. Foto: @ana_kenpo.

Para la instructora, el Kenpo Karate Americano es un estilo de vida que le permite desarrollarse como persona. Considera que adiestrarse en una disciplina marcial no tiene por qué convertir a sus practicantes en seres violentos. Por el contrario, los instruye en valores morales carentes en una sociedad que cada vez se vuelve más impulsiva y desenfrenada. A la par, desarrolla en ellos valiosas habilidades sociales, como el liderazgo, la confianza personal, el autocontrol y la capacidad de trabajar en equipo. 

Ana es muy querida entre sus alumnos, quienes aspiran a volverse como ella en el futuro: cinturones negros con escuelas propias donde puedan difundir el deporte que los identifica. La docente afirma sentirse orgullosa de sus pupilos. Asegura que abrir una escuela en un país extranjero no fue nada fácil. Por eso, cada vez que recibe una muestra de gratitud por parte de sus estudiantes, reafirma su compromiso con la vocación que eligió hace nueve años. 

Un momento inolvidable

El 29 de abril, los estudiantes de la academia Ana Kenpo participaron en la Ceremonia de Cambio de Cinturón. El propósito de este evento es evaluar y reconocer el desempeño del alumno en el arte marcial. A la jornada asistieron como jurados reconocidos profesores y practicantes de alto nivel. Entre ellos estuvo el presidente de la organización Venezuela Oskarate Internacional, Óscar González Blanco.

Un Alumno celebra su reciente ascenso a cinturón amarillo levantando eufóricamente su diploma. Foto: Jose Izaguirre.

Todos los postulantes aprobaron satisfactoriamente las pruebas. En medio de un ambiente solemne, tanto la instructora Ana González como su tío, el profesor Óscar González, entregaron los cinturones amarillos y naranjas a sus nuevos portadores, quienes se mostraron muy felices por recibir este nuevo título. Aunque aún les queda un largo camino por recorrer, obtener este logro es un paso que los acerca a su meta en común: hacerse con el cinturón negro y volverse maestros de aquello que los apasiona.

Los alumnos de Ana son muy talentosos. Disciplinados y determinados a cumplir con todos los objetivos que se propongan. La instructora no tiene duda alguna de la capacidad de sus pupilos, pues su formación marcial está cargada de valores morales.