La reconocida periodista argentina estuvo en la PUCP y compartió los aprendizajes que ha acumulado en su fructífera experiencia profesional.
Por: Daniel Contreras
Sin lugar a dudas, Leila Guerriero es uno de los primeros nombres que salen a flote cuando se habla de la crónica periodística latinoamericana. Sus cautivadores textos, en los que utiliza con destreza recursos narrativos para contar historias de no ficción, le han valido diversos premios a lo largo de su carrera, como el de la Fundación del Nuevo Periodismo Iberoamericano en 2010, por su artículo “El rastro en los huesos”. En este Guerriero plasma con una sensibilidad sombrosa la dureza del trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense, que desentierra e identifica los restos humanos de los desaparecidos durante la dictadura militar. Pero la cronista también es conocida por un sub-género específico: la entrevista perfil. Es así que en el Auditorio de Humanidades de la PUCP, frente a admiradores y curiosos, Guerriero se animó a referirse a las cosas que un periodista debe hacer (y no hacer) para retratar con precisión la personalidad del entrevistado.
- Presta atención en todo momento
“Las entrevistas pueden ser muy largas, y a veces uno se agota de escuchar, pero siempre hay que tener la escucha atenta”, recomienda Guerriero. Para ella, eso es fundamental para que la conversación fluya como es debido. “La mayoría de las veces, la pregunta está encriptada en la respuesta anterior”, asegura.
- Conoce lo que no se ha dicho del entrevistado
La periodista cuenta que antes de una entrevista siempre toma nota de qué información aún no se sabe sobre el personaje escogido. Además, añade que para ella “es muy importante revisar el momento de torsión, de quiebre en la vida del entrevistado”.
- Sé honesto sobre la veracidad de la historia
Si bien la cronista es firme en su creencia de que “el periodismo es una forma de literatura”, aclara que eso no quiere decir que podamos presentar una historia ficticia bajo el género de la crónica periodística. “Me molesta cuando alguien presenta un relato diciendo que es real y ese relato no es real. La imaginación en el relato de no ficción tiene que estar puesta en los recursos narrativos, no en la trama”, sentencia.
- Aprende a guardar silencio
A veces tenemos que tocar temas dolorosos para el entrevistado. Guerriero explica que en esas situaciones hay que ser sensibles, pero sin llegar a conmoverse visiblemente. “Si mi entrevistado se pone a llorar, hay que hacer silencio y aguantar el dolor del otro. Cuando supere su congoja y vuelva a hablar de otra cosa, no es el momento de recordarle el tema. Hay que dejar hablarlo, y luego delicadamente retomarlo”, precisa.
- Mantén distancia con el entrevistado
Para la argentina, es una regla no desarrollar relaciones personales en el ejercicio periodístico: “Es un límite interno mío. Tampoco pienso en lo que puede pasar cuando esa persona lee el texto. Mi compromiso es con la historia, no con el fulano o la fulana que uno esté entrevistando”.
- Debes saber lo que quieres decir
Suena simple, pero Guerriero recalca la importancia de tener una idea clara sobre la historia al momento de escribir. Para ella, “una vez que hagas tu trabajo de campo, transcribes todo, relees, en ese momento sale una idea, que te dice, ‘esta es una historia de amor, de superación de un trauma, de rencor”.
- Ten en cuenta que ser víctima no es ninguna virtud
En ocasiones, vamos a entrevistar a personas que han sufrido algún evento trágico. En ese caso, la periodista afirma que hay que tener muchísimo cuidado de no reducirlas a ese suceso, para evitar caer en lo que ella llama una “mirada complaciente”. “A las víctimas les han pasado muchas más cosas. Hay que conocer sus vidas, y cómo ese suceso las transformó para comprenderlas”, indica Leila. De otra manera, estaríamos re victimizándolas.