Seis medios digitales que nacieron durante la pandemia

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Es en tiempos de crisis cuando surgen proyectos innovadores. Mientras la emergencia sanitaria provocaba el cierre de diarios y el despido de periodistas, seis medios digitales vieron la luz y ahora buscan una audiencia propia enfocándose en la actualidad y en los temas de interés público. En medio de la proliferación de noticias falsas y la superficial cobertura de la prensa tradicional, los periodistas de estas plataformas y emprendimientos encontraron la oportunidad perfecta para ofrecer información de calidad. ¿Qué tienen en común? ¿Cómo se financian? Sus reporteros y editores lo explican aquí.
Por: Alba Ñaupas y Killa Cuba
Portada: Weverse


1. Desde España, La Encerrona: el único noticiero que te manda un abrazo

A finales de 2019, Marco Sifuentes, periodista peruano que vive en Madrid, planeaba crear un pódcast sobre las próximas elecciones en el Perú. Cuando llegó la pandemia, y era evidente que el país quedaría inmovilizado por un confinamiento sin precedentes, Marco pensó que era el momento de darle un giro a su proyecto y lanzarlo de una vez. Así, el 16 de marzo de 2020, y desde España, nació La Encerrona, “tu mininoticiero en cuarentena”, con el fin de ofrecer información relevante en medio del encierro.

Para definir los bloques temáticos, la duración y los canales de reproducción, Marco recurrió, como de costumbre, a su legión de seguidores. “El producto final de La Encerrona se decidió un fin de semana. Convoqué personas en Telegram y ahí la idea comenzó a tomar forma. Gracias a estas conversaciones me di cuenta de que el programa tenía que salir por todas las plataformas posibles (Instagram, Spotify, YouTube, Facebook) para llegar a la mayor cantidad de gente”, recuerda Marco.

La Encerrona es un medio rentable gracias al aporte económico de sus seguidores. Estos hacen depósitos mensuales en Patreon (una plataforma web de mecenazgo), Plin o Yape. A cambio reciben contenido exclusivo mediante un grupo de Telegram. “La ventaja de Patreon es que te libera de la monetización por vistas, y eso lo agradezco porque me deja hablar de lo que yo quiero”, sostiene Marco.

Otro medio de financiación es la publicidad. Marco cuenta que se ha enfocado en los pequeños emprendedores y que ha preferido abstenerse de publicar anuncios de ciertas empresas. Gracias al compromiso del público, La Encerrona ya superó los 200 programas y se alista para su primer aniversario. Le ha ido tan bien que ha podido formar un equipo de producción: al principio Marco se encargaba de todo, pero ahora trabajan con él Romina Badoino, productora periodística, y Claudia Guevara, encargada de gestionar las distintas comunidades virtuales de La Encerrona. Ambas viven en Lima.

Desde España, Marco graba los episodios de La Encerrona. No importa el lugar, solo necesita su laptop y un micrófono que pudo comprar gracias a los seguidores que contribuyeron en Patreon. En la foto, Marco graba una emisión desde Gredos, a dos horas de Madrid. Foto: Facebook personal.

No existen barreras para hacer periodismo. Ni la diferencia horaria ni las fronteras ni mucho menos una pandemia han sido obstáculos para sostener esta propuesta informativa. Marco, Romina y Claudia organizan la cobertura del programa de manera virtual a través de videollamadas semanales para coordinar sus respectivas tareas. A lo largo de la semana la comunicación continúa por WhatsApp. Para proyectar cada programa, Romina y Marco comparten un documento llamado “Últimas Noticias”. Ambos lo llenan con los acontecimientos más importantes del día. 

Aunque la distancia y la diferencia de seis horas entre Perú y España puede parecer una dificultad, en realidad para Marco es una ventaja porque le permite trabajar mientras nosotros dormimos. “Tengo 6 horas para producir el pódcast del día antes de que los congresistas se despierten y vuelvan a arruinarlo todo”, afirma. Además de la cobertura periodística diaria sobre temas de actualidad, todos los miércoles en su programa «Pequeñas Islas», Marco realiza entrevistas a candidatos presidenciales y publica columnas de opinión en Patreon. 

2. El Foco: el medio que vio la luz en medio de la crisis

En plena crisis económica desatada por la pandemia, decenas de periodistas de medios tradicionales se quedaron sin empleo. Pero entre ellos hubo quienes apostaron por convertir la incertidumbre en una oportunidad para hacer un periodismo diferente. Eloy Marchán, Alonso Zambrano, Fiorella Cubas, Fabiola Granda, Fernando Pinzás y Carlos Espinoza se unieron en septiembre del año pasado y fundaron El Foco, un medio periodístico de investigación. “El gran problema que se veía en ese momento, y que venía desde antes, es que la mayoría de los medios difunden contenidos muy similares”, explica el periodista Alonso Zambrano, “El Foco, en cambio, busca noticias que no se están tocando, temas que no se abordan”.

El Foco empezó con los ahorros y la experiencia de sus fundadores. No tienen inversores y tampoco los quieren porque “no tienen dueños ni padrinos”. Por ahora se sostienen solo con sus ahorros y con fondos concursables para la financiación de proyectos periodísticos, como los del Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS). No es fácil sostener un medio digital e independiente. Los periodistas de El Foco apuestan por un modelo de suscripción, piensan buscar lectores dispuestos a pagar por contenidos originales. Sus coberturas de investigación y sus últimos destapes indican que van por buen camino.  

Estos reportajes exhaustivos, en los que se ha revelado irregularidades cometidas por funcionarios del gobierno, han llamado la atención de medios más grandes y con mayor alcance, que han reproducido las primicias de El Foco sin mencionar la fuente original, “apropiándose” de la información obtenida por estos jóvenes reporteros. “El problema es que los medios más grandes se han acostumbrado a utilizar la información que tú has obtenido y la sacan como si fuese información propia”, explica Alonso. 

Pero más allá del disgusto que despiertan estas faltas a la ética periodística, constatar que otros medios han reproducido sus investigaciones (aunque sin citarlos), es un indicio de que El Foco está haciendo bien su trabajo, que sus reporteros están haciendo ese trabajo duro que otros periodistas ya no quieren hacer. En los últimos días han dado que hablar por sus reportajes sobre la improvisación que ha mostrado el gobierno para coordinar la llegada de las vacunas de Sinopharm. Su línea editorial es clara: periodismo sin intocables. “Todo medio, más que una línea editorial, tiene una identidad. Nosotros abordamos a todos, somos un periodismo sin temas ni personas intocables. Ese es nuestro punto particular”, enfatiza el periodista.

Hacer reportería en medio de la pandemia es una actividad complicada y, en ocasiones, de alto riesgo. “El coronavirus te obliga a tomar precauciones al momento de abordar a las fuentes, tienes que mantenerte a cierta distancia y el periodismo lo que busca justamente es preguntar acercándose a la gente. El virus ha puesto una barrera entre el periodista y las fuentes porque no puedes acercarte a ellas, incluso a veces no puedes reconocer a alguien en la calle porque tiene una mascarilla que le cubre la mitad de la cara”, detalla Alonso.

De izquierda a derecha: Eloy Marchán, Alonso Zambrano, Fiorella Cubas, Fabiola Granda, Fernando Pinzás y Carlos Espinoza. La crisis económica los dejó sin empleo y vieron la oportunidad para hacer un periodismo diferente. Foto: El Foco.

Alonso está seguro de que El Foco no existiría sin la emergencia provocada por la pandemia. “Las grandes crisis suelen ser un impulso para quienes tienen una idea o iniciativa propia, para quienes buscan caminos diferentes. Y eso es básicamente El Foco. Si no hubiese sido por la pandemia, la idea de un nuevo medio continuaría en la mente de algunos periodistas, no sé si se hubiese concretado. Fue la crisis sanitaria la que dio el gran empujón para que iniciativas como estas salgan a la luz”, sostiene.

3. Sudaca, el medio peruano que sueña expandirse por Latinoamérica

Juan Carlos Tafur es conocido como el periodista que más diarios ha fundado en los últimos 25 años, una suerte de rey de los tabloides del siglo XXI. En agosto de 2020 Tafur llamó a Paolo Benza, un joven periodista que ya había trabajado en varias redacciones locales, y le propuso crear Sudaca, el último proyecto que Tafur tenía en mente. “Tengo este proyecto con el que me voy a retirar, quiero hacer periodismo en profundidad, no repetir el mismo contenido que tienen los demás medios”, cuenta Paolo Benza que le dijo Tafur. 

Y para sustentarse económicamente, Tafur ya había encontrado la fórmula: detrás de Sudaca hay un grupo inversor, Teoma, una empresa de mercadeo con presencia en varios países de América Latina. Pero Sudaca nació con la idea de ser un medio sostenible en el tiempo y para ello tiene proyectado implementar un sistema de suscripciones para acceder a todo el contenido. “Ese es el camino que estamos transitando ahora: el de poner muros de pago, suscripciones. Mientras tanto, contamos con el respaldo del grupo inversor”, explica Paolo, editor general del medio. El objetivo final es que el financiamiento de Teoma sea reemplazado paulatinamente con el financiamiento de los lectores.

Contar con una empresa inversora puede generar ciertas dudas. “Mi primer cuestionamiento fue ‘¿Pero nos van a dar libertad para publicar lo que nosotros queramos de acuerdo a nuestros criterios editoriales?’ Tafur me dijo que sí y hasta ahora eso se ha cumplido a rajatabla”, explica el periodista. “Nosotros estamos haciendo una cobertura política de todos los partidos, porque eso es hacer buen periodismo. No hemos tenido interferencias de ningún tipo. Aquí no se dice ‘eso no se cubre’. Al contrario, siempre buscamos el balance”.

Sudaca es el último proyecto que el periodista Juan Carlos Tafur tenía en mente y con el que piensa retirarse. Foto: Sudaca.pe.

La idea de Sudaca nació antes de la aparición del coronavirus y, aunque la pandemia complicó el proyecto, al final Tafur decidió lanzarlo. Por supuesto, las rutinas de reportería y edición han tenido que adaptarse a las circunstancias de la ‘nueva normalidad’. Aunque al inicio el trabajo era semipresencial, ahora todo es virtual y cada semana el equipo de redacción tiene una reunión virtual para definir las comisiones que se cubrirán. Sudaca pone el peso de sus coberturas en los reportajes e informes sobre temas de actualidad. Matiza estos contenidos con columnas de opinión, de sátira política, notas sobre emprendimientos y pódcast de análisis de coyuntura. “No somos un medio de periodismo de investigación en el sentido clásico como IDL-R. Nuestro propósito es brindar contenido periodístico exclusivo y original cada semana”, explica Paolo.  

Sudaca es un proyecto ambicioso. Como su nombre lo indica, el plan a largo plazo es que haya otro Sudaca en cada uno de los países de América Latina en donde la multinacional Teoma tiene inversiones. Mientras tanto, los diez periodistas que conforman el medio siguen empeñados en producir contenido propio, periodismo desarrollado en profundidad que sea valorado (y más adelante financiado) por un nuevo mercado de lectores.

4. MatLab: matemáticas para entender el mundo 

Las primeras semanas de marzo de 2020, el Ministerio de Salud comenzó a detectar los primeros casos de Covid-19 en el Perú. Más de un experto en salud pública advirtió entonces que la ola de contagios crecería de forma exponencial. Para Marco Loret de Mola, quien estudió Administración en la Universidad de Lima y se dedicaba a la enseñanza de matemáticas a niños y adolescentes en MatLab, su propia academia, esta era la oportunidad perfecta para demostrar cómo se podía utilizar un concepto matemático -el crecimiento exponencial- para explicar una situación real: el incontenible avance de la pandemia. Encendió su cámara, trazó un gráfico en la pizarra de su hijo y en menos de dos minutos explicó cómo funcionaba el ritmo de contagio exponencial.  

“En ese momento el Ministerio de Salud (Minsa) solo informaba cifras de fallecidos y contagiados. Entonces comenzamos a analizar los datos y así la gente pasó de sentir miedo a tener una mayor comprensión de la situación”, explica Marco once meses después de haber publicado su primer video en YouTube. Su canal ha superado los 100 mil suscriptores, tiene más de 300 videos publicados y más de 17 millones de visualizaciones. En medio del confinamiento, la tensión y la incertidumbre cotidiana, Marco no ha dejado de actualizar su pizarra con las cifras de la pandemia, pararse frente al lente de la cámara y explicarle al Perú cómo evoluciona la enfermedad a través de las matemáticas. 

Enseñar no es algo nuevo para Marco. Lo hace desde que tenía 17 años. Si bien estudió Administración, lo que realmente le apasiona es reconciliar a la gente con los números, demostrar que las matemáticas se pueden aplicar en la vida cotidiana. Eso lo llevó a fundar MatLab, una academia de matemáticas que utiliza una metodología lúdica. “El propósito de MatLab es demostrarle a los niños y jóvenes que los números, el cálculo, la estimación y el pensamiento crítico son fundamentales tanto para su desarrollo personal como el del país”, sostiene. Marco no es comunicador de profesión, pero gracias a su histrionismo y habilidad para simplificar conceptos complejos logra que su público entienda cómo se aplican las matemáticos en situaciones cotidianas.

Mantener un ritmo de producción de videos diarios, como lo hace Marco desde que inició el estado de emergencia en el Perú, no es para nada sencillo. Todos los días el Minsa actualiza las cifras del avance de la pandemia. Desde que Marco recibe esta información, le esperan al menos tres horas de trabajo continuo para producir un nuevo video. Tiene un compañero que le ayuda a hacer el análisis matemático, pero el resto del proceso lo hace solo: desde elaborar el guion, llenar la pizarra de números, grabar, editar el video y difundirlo a través de las redes sociales. 

Desde su casa, Marco Loret de Mola alterna su vida como padre de tres hijos, youtuber y gerente de MatLab. Foto: Instagram personal.

Sus videos siempre tienen una valoración positiva por parte de su público y eso lo motiva a seguir. Si bien los ingresos de YouTube no ameritan todo el esfuerzo que requiere la producción, Marco explica que afortunadamente hay firmas privadas que buscan auspiciar el proyecto. Ocho empresas aparecen ahora como auspiciadoras de su programa. “El Covid generaba miedo, nosotros ayudamos a aclarar esa incertidumbre y eso lo valoran las marcas. Muchas empresas se solidarizaron con nosotros, incluso ofrecían ayuda sin pedir publicidad a cambio. Ha sido una gran muestra de apoyo y agradecimiento, un espaldarazo a nuestra labor de darle mayor claridad a la gente sobre la situación que estamos viviendo”, precisa. 

5. Dilo Fuerte: periodismo en voz alta

Las multitudinarias manifestaciones contra el efímero régimen de Manuel Merino en noviembre de 2020 han derrumbado la idea de que los jóvenes de hoy se caracterizaban por su apatía frente a la política y su falta de compromiso social. La periodista Manuela Camacho no creía que el desinterés por lo público sea una marca distintiva de la generación que ahora se forma en las aulas o inicia su vida laboral. Y esa convicción la pudo comprobar cuando fundó Dilo Fuerte, una página de Instagram que difunde información de coyuntura política y social. En este proyecto la acompaña Yanira Dávila, cofundadora del medio. 

“Creo que no éramos conscientes de la magnitud de lo que habíamos creado hasta que el número de seguidores comenzó a crecer desmesuradamente”, cuenta Manuela. La cobertura de las manifestaciones hizo que Dilo Fuerte pasara de tener mil a 200 mil seguidores en cuestión de días. “Lo que pasa es que esta nueva generación está harta de los medios tradicionales. No ven televisión, no leen periódicos, pero sí quieren estar al día, estar informados para poder debatir”, sostiene. 

En medio de la proliferación de noticias falsas que se dispersaban en las redes sociales, tanto Manuela como Yanira aspiraban a crear un medio digital dirigido a jóvenes. Así nació Dilo Fuerte, como un portal de noticias que busca brindar información de manera concisa, visual, ágil e interactiva. Presentaron el proyecto a un concurso de financiamiento de Innóvate Perú para iniciativas de comunicación contra la desinformación. No obtuvieron los incentivos económicos, pero de todos modos decidieron continuar con el proyecto.

Detrás de Dilo Fuerte hay un equipo de ocho personas. Ninguno cobra un sueldo. “El proyecto ha crecido gracias a gente que me escribía diciendo que quería formar parte del equipo voluntariamente. Les decía que no tenía fondos para pagarles, pero a pesar de esta limitación se unieron”, cuenta Manuela. Entre los ocho se dividen responsabilidades para mantener la página activa todos los días. Una parte del equipo se encarga de filtrar la información periodística. También hay encargados de la verificación de datos, el diseño gráfico y consultas legales.  

Manuela cree que la barrera entre periodismo y activismo es, en algunos casos, difusa. Por eso uno de los mayores desafíos como fundadora del proyecto es establecer ese límite. Ella explica que Dilo Fuerte no puede evidenciar preferencias por partidos políticos, pero no ocultan su postura respecto a problemáticas sociales. “Nuestra línea editorial siempre va a estar a favor de los ciudadanos, de minorías y de la democracia. Muchas veces nos han criticado diciendo que hacemos periodismo activista, pero yo creo que hay tiempos y circunstancias que requieren que los periodistas nos involucremos por causas que creemos justas, que no seamos simples replicadores de información”, enfatiza. 

Apuntar a tener un medio digital que sea sostenible económicamente puede parecer una aspiración demasiado idealista, pero las fundadoras de Dilo Fuerte no creen que sea imposible. Manuela explica que una de las alternativas más viables es participar en concursos de financiamiento organizados por ONG extranjeras como ConnectasSembraMedia o International Women’s Media Foundation.  

6. Tercer Ojo: universitarios en acción

Fundar un medio digital independiente era el sueño de un grupo de estudiantes de Periodismo PUCP. La idea se habría quedado en entusiastas conversaciones amicales si no hubiera sido por la crisis política que atravesó el país a raíz de la vacancia de Martín Vizcarra. Este acontecimiento fue el incentivo para materializar una idea compartida. “Tercer Ojo surgió como una reacción de los alumnos de Comunicaciones de la PUCP al comprobar que los medios no cumplían bien su labor durante la cobertura de las manifestaciones de noviembre en contra del régimen de Manuel Merino”, afirma Katherine Rodríguez, productora periodística de Tercer Ojo. 

El proyecto fue propuesto durante una reunión pública de la Facultad de Comunicaciones y a los estudiantes les pareció una buena idea. Eran alrededor de 40 alumnos de distintas especialidades interesados en colaborar. Formaron un grupo de WhatsApp para coordinar el proyecto y en cuestión de horas asignaron cargos, eligieron el nombre, definieron una línea gráfica y crearon cuentas oficiales en Facebook, Instagram y Twitter. La estudiante de Periodismo Alexandra Ampuero asumió el cargo de directora periodística y Aarón Cáceres, estudiante de Comunicación Audiovisual, es quien está a cargo de la dirección ejecutiva. Además, el equipo de Redes y diseño gráfico, que es el ocupado de actualizar el contenido de las redes sociales, está conformado por Cinthya Mori, Lucyana Ortiz, Vanessa Lozano y Joselyn Lévano.

Al inicio, el principal objetivo del medio se centró en ofrecer una alternativa a la cobertura mediática de las marchas en contra del gobierno de Manuel Merino. “Cuando comenzamos fue un boom. Mucha gente aplaudió nuestra iniciativa. Dijeron que les parecía bueno que los estudiantes no se quedaran sentados e hicieran algo por el país”, recuerda Katherine. Sus primeras publicaciones fueron enlaces en vivo con reporteros desde distintos puntos de las manifestaciones en Lima y otras regiones del país. También difundieron fotografías, infografías y todos los sábados, durante cuatro semanas, transmitieron su programa en vivo a través de Facebook con entrevistas a expertos e informes elaborados por reporteros del equipo. 

La segunda edición del noticiero de Tercer Ojo se emitió el 28 de noviembre bajo la conducción de las alumnas de Periodismo María Paula Torres y Paula Merino. Foto: Facebook Tercer Ojo.

“Estamos creando un público. Nos damos cuenta porque los que comentan nuestras coberturas ya no son amigos, sino público en general, gente que no conocemos”, señala la productora periodística. Ella adelanta que Tercer Ojo lanzará una convocatoria para sumar más miembros al equipo. Ahora cubren la campaña electoral. El equipo de diseño y redes sociales ha lanzado la sección informativa «Ojo con tu voto». Comenzaron publicando infografías con perfiles de los candidatos presidenciales. De manera concisa, sus últimas publicaciones presentan datos biográficos, antecedentes y resumen del plan de gobierno de los aspirantes al sillón presidencial. También proyectan realizar entrevistas y videos informativos. La meta a largo plazo es postular a fondos de financiamiento que les permitan sostenerse como un medio de comunicación independiente.