La vocación podría resumirse en esta frase: aprende a vivir de aquello que más te gusta hacer en la vida. Ser fiel a esta idea puede implicar sacrificios, pero a larga deja muchas satisfacciones. Esta es la ruta que Carlos Portugal ha decidido seguir. Periodista formado en las aulas de la PUCP, su carrera ha transitado tanto por el registro de la realidad como por la creación de ficciones. Durante seis años fue cronista policial en un semanario limeño y ahora se encuentra en Madrid estudiando una maestría en guion y dramaturgia. En este podcast exploramos la vida de Portugal, su paso por nuestra escuela de periodismo, su dedicación por oficio y el nuevo rumbo que ha descubierto gracias a su pasión por la escritura.
Por Dayer Chávez y Melannie Mayta
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Guion del podcast
– Presentación:
En este podcast conoceremos la vida de un periodista, egresado de nuestra casa de estudios, quien encontró en las crónicas policiales el medio perfecto para hacer lo que desde pequeño más le apasionaba: contar historias.
→ Transición
– Introducción:
La pasión por el relato ha acompañado a Carlos Portugal a lo largo de su vida. Esa fascinación por el periodismo que cuenta historias lo llevó a trabajar como cronista policial en el semanario “Hildebrandt en sus trece”. Pero antes de llegar a laborar en la sala de redacción de este medio, Carlos empleaba su talento escribiendo perfiles y crónicas de personajes que tenían mucho que contar.
Retrocedamos un poco, ¿cómo surge en él las ganas por querer narrarlo todo?
→ Transición
– Historias de vida:
Carlos Portugal quería contar historias. Desde pequeño, cada vez que encontraba alguna historia que lo intrigaba, que despertaba su curiosidad, necesitaba saber quién la había escrito y qué hacía. Para él, era indispensable conocer cuál era el rumbo que habían seguido los genios que plasmaban tramas tan emocionantes, que lo sumergían en escenarios en los que congeniaban lo fantástico y lo real. Las biografías que leía, de novelistas o poetas, le mostraban formas de vida singulares e inspiradoras. La mayoría de esos autores compartían un elemento en común: el periodismo. Desde Gabriel García Márquez hasta Alejandro Zambra, Carlos recuerda que le sorprendía descubrir que los novelistas por los que tenía predilección habían pasado por el periodismo antes de entregarse a la literatura.
Byte 1: Carlos recuerda cómo se sintió atraído por el periodismo.
Su primer contacto con la narración surgió en casa. El abuelo paterno fue su primer mentor en el arte de contar historias. Un militar que traía consigo relatos de sus experiencias en el Ejército y que narraba con tal detalle que parecían historias de ficción. A Carlos le agradaba escuchar esos relatos. Pronto él comenzó a replicar este hábito y buscaba al abuelo para contarle sus propias historias relatos.
Byte 2: Carlos Portugal recuerda a su abuelo y cuenta cómo es que a través de sus relatos se sintió más próximo al periodismo.
→ Transición
La prosa no fue su primer amor. Carlos encontró primero en la poesía su forma favorita de expresarse. Sus escritos en la etapa escolar fueron versos inspirados en las obras de poetas peruanos como César Vallejo. Hay muchos escritores peruanos, a los que Carlos ha leído con delectación, pero que no son valorados actualmente y están a un paso del olvido.
Byte 3: Carlos cuenta sus inicios en la narrativa.
La escritura era lo suyo y él lo sabía antes de ingresar a la universidad. Cuando descubrió que el periodismo le podía ofrecer las herramientas y espacios necesarios para no sólo escribir historias, sino también dar cuenta de la realidad, no lo pensó dos veces. Nuestra casa de estudios fue su primera opción. Así comenzaría su travesía en el mundo universitario.
→ Transición
Durante aquel tiempo, la vida de Carlos no transcurría únicamente en el campus universitario. Su rutina incluía noches de vigilia en la Compañía de Bomberos Miraflores 28. Tenía veinte años y la dualidad entre ser estudiante y bombero lo familiarizaron con situaciones que jamás pensó experimentar. Entre la inmediatez y la ansiedad de no saber si lograría salvar la vida de alguien en peligro, tuvo sus primeros acercamientos con la precariedad, la injusticia, el egoísmo y la burocracia que nos rodea. Estas experiencias extremas influyeron luego en su trabajo como periodista.
Byte 4: Una anécdota de sus tiempos de estudiante.
Pensábamos que debido a su fascinación por la literatura, su paso por Estudios Generales Letras estuvo marcado por cursos de narrativa o talleres de poesía, pero para Carlos hubo un curso que no olvida: Realidad Social Peruana, dictado por Henry Pease, un profesor que supo combinar la vida académica con la actividad política. En las clases de su maestro Carlos fue puliendo aquel sentido de responsabilidad social y mirada crítica que lo acompaña hasta hoy.
Byte 5: Una experiencia que le sirvió en su práctica periodística.
Sus primeros pasos en el periodismo los dio en las aulas del pabellón Z. Bajo la enseñanza de profesores como Mario Munive, a quien recuerda con aprecio, Carlos comenzó a adentrarse en el mundo de las entrevistas y los perfiles. Cada personaje con el que conversaba alimentaba su vocación narrativa, y le permitía descubrir la esencia de personajes mediáticos o de aquellos que se sumergían en el anonimato. Escribir las historias de Alejandro Benites, y Ricardo Bonilla, más conocidos como “Zumba” y “Timoteo”, respectivamente, fueron experiencias que recuerda con placer. Estas crónicas fueron publicadas en la revista “Impresión” y más tarde quedaron alojadas en la web Somos Periodismo PUCP.
→ Transición. Segunda parte del podcast
– El cronista policial
Ser periodista implica explorar mil formas de decir las cosas, de mostrar los hechos sin limitarse a la síntesis de una nota informativa, en la que, muchas veces, se pierden los detalles que son la esencia de un relato veraz. En sus primeros años en el periodismo, Carlos comenzó a publicar perfiles y crónicas en diferentes revistas como Etiqueta Verde, Soho Perú, Cosas, entre otras. Para él era gratificante escribir sobre artistas, escritores o deportistas, él sentía que le abrían la puerta a sus mundos interiores. Pero a Carlos le esperaba otro destino, uno que descubriría de una forma muy particular.
Byte 6: Las razones por las que decidió dedicarse a la crónica policial.
La crónica policial es un género periodístico en extinción. Ni los medios tradicionales ni los nuevos emprendimientos digitales lo incluyen en su oferta de contenidos. La esclavitud a la inmediatez y la avidez por información sobre la coyuntura política relegaron los relatos sobre hechos violentos que ocurren a diario en cualquier ciudad. Afortunadamente, Carlos es de lo que siempre va contra la corriente. Retratar “el Perú calato”, como él suele llamar a ese lado del país que no se muestra diariamente, es lo que lo vuelve un periodista singular. Él descubre y se sumerge en esas situaciones de las que nadie quiere hablar.
Byte 7: Las historias que aborda en sus crónicas policiales.
“Todo comienza con una escena”, así es como define Carlos su forma de abordar las historias policiales que lo han rodeado desde hace seis años, y que terminan plasmadas en sus crónicas, como si estas fueran “de película”. Su cercanía con la literatura y el cine ayudaron mucho a alcanzar la sobriedad narrativa de sus textos publicados cada viernes en el semanario dirigido por César Hildebrandt. Imaginar una escena que resalte lo más impactante de cada suceso es el punto de partida para comenzar a escribir.
Byte 8: Por un periodismo lleno de escenas y emociones
El periodismo necesita nuevas formas para captar la atención de las audiencias. Carlos lo sabe muy bien. Un periodista puede escribir una historia y publicarla en un medio impreso o digital, pero también puede narrarla en un podcast o mostrarla en un video que será difundido en redes sociales. Y ese periodista sabe que el público decidirá entre consumir periodismo (historias reales) o ficciones en Netflix o en otras plataformas de entretenimiento. Por eso el periodismo debe explorar otras vías para dar a conocer las noticias, un tratamiento de los hechos no solo informativo, sino también emocional, apasionante.
Byte 11: Las técnicas de escritura.
Como todo buen periodista, el manejo de fuentes es crucial para obtener primicias e historias. Tratar con algunas de ellas requiere de cautela, especialmente con temas delicados, ya que muchas veces se corre el riesgo de perder o distorsionar información. Carlos recalca lo prudente que debe ser el periodista al conversar con una víctima, o incluso con el presunto culpable de un hecho delictivo. Es muy importante contrastar testimonios y no limitarse a la versión ‘oficial’ hecha por terceros sobre los acontecimientos.
Byte 12: Sobre las fuentes y la reportería.
Carlos cuestiona la forma en que otros medios presentan las noticias de corte policial. Muchos informes televisivos se limitan a reproducir lo que dicen las fuentes policiales e ignoran algo esencial en el oficio: contrastar las versiones de las fuentes.
En palabras del periodista, los noticieros han comenzado a dramatizar absurdamente historias que deberían tratarse con mayor rigor y seriedad, pues reflejan problemáticas que afectan profundamente a nuestra sociedad.
Byte 13: Crítica a los dominicales.
Más allá de su experiencia como cronista policial, Carlos sabido cultivar su interés por la narrativa de ficción. Y en este campo, el teatro es lo suyo. Antes de sumergirse en las crónicas policiales, Carlos demostró su habilidad en concursos literarios como LuchaLibro, una iniciativa impulsada por el Ministerio de Cultura, y la editorial Casa Tomada. Ganador de aquella competencia, publicó su libro de relatos “Bienvenidos a Kinshaza”, en coautoría con Jorge Valiente y Gonzalo Silva, también premiados.
Su faceta como dramaturgo se ha desarrollado simultáneamente con la de periodista. La segunda ha alimentado la primera. Un ejemplo de ello fue la obra “Los cerdos no miran al cielo”, que escribió mientras llevaba un taller de dramaturgia con Alonso Alegría. Carlos recuerda que se basó en una decepción laboral relacionada con la cobertura de un hecho de corrupción. Esta historia fue premiada en el festival de Teatro “Sala de Parto”.
Después de seis años escribiendo crónicas policiales en el semanario “Hildebrandt en sus trece”, Carlos ha decidido hacer un giro en su carrera profesional. Hoy se encuentra en Madrid, España, estudiando una maestría en guion y dramaturgia.
Cierre del podcast.
Carlos Portugal pertenece a una estirpe singular y minoritaria del periodismo. Ha investigado y escrito sobre hechos de sangre sin caer en el amarillismo y sin depender de las fuentes oficiales. Su afición por la literatura le ha proporcionado las herramientas para escribir historias reales o de ficción.