Luces, tacones, acción: el empoderamiento corporal a partir del baile en heels

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Sandra Begué (30), Christian Hatto (22) y Maritza Espino (23) son artistas que bailan en heels. Los tres afirman haber reforzado su autoestima gracias a este estilo de danza. Y aun cuando existen prejuicios y estereotipos sobre la sensualidad y el aspecto físico de quienes bailan en tacones, ellos han decidido seguir luchando por lo que aman: bailar y conectar con sus cuerpos.
Por Abigail Fernández y Valeria Lévano
Portada: Archivo personal


Sandra, Christian y Maritza empezaron a bailar desde temprana edad; a los 10, 5 y 7 años respectivamente. Conocieron a profundidad el mundo de la danza con el estilo sexy dance, una variación femenina y sensual del hip hop. Años más tarde, se sintieron atraídos por el estilo dancístico urbano y neoyorquino high heels dance, el cual se caracteriza principalmente por el empleo de zapatos con tacones altos. 

Sandra conoció este tipo de baile en un viaje a Los Ángeles, cuando tomó una clase de Aisha Francis, bailarina de heels desde hace más de una década. “Ahí fue donde descubrí los heels y quedé enamorada. Fue un estilo que me conquistó desde el primer momento, y mi primera clase con Aisha fue espectacular”, cuenta Sandra con gran emoción. Christian y Maritza, por el contrario, conocieron este tipo de baile por Sandra. “Descubrí los heels por Sandrita. Ella fue mi profesora de sexy dance. Hasta que un día… ¡Pum! La vi en tacos”, narra Maritza. Christian relata que la primera clase que tomó con Sandra fue en el 2018, y la tomó en medias porque aún no tenía tacones propios.

Sandra Begué escenificando baile en heels, 2021. Foto: Archivo personal.

A lo largo de sus trayectorias en el mundo de los heels, los tres admiten haber tenido que atravesar distintas limitaciones. “Un obstáculo muy fuerte para mí fue mi inseguridad. Pensaba que no iba a ser lo suficientemente femenina o sexy como para bailar en tacos”, confiesa Maritza. Christian comenta haberse sentido de manera similar al empezar a bailar en tacones: “Creo que las personas asocian automáticamente el baile en tacones con un baile netamente de mujer, femenino y sensual”. En el caso de Sandra, ella reconoce que estas dificultades comenzaron desde el primer momento que empezó a bailar. “Por mi peso o forma corporal había un montón de insinuaciones no tan chéveres sobre cómo debía verme, ser o pesar. Eso fue algo que me afectó un montón porque sentía que a veces eso primaba más que mi talento”, revela emotivamente Sandra. 

Tanto Sandra como Christian y Maritza llegaron a la conclusión de que existen muchos prejuicios sobre las personas que bailan este estilo. “Creo que todo baile sensual suele ser ligado con la imagen de una mujer ‘fácil’ o ‘vulgar’. También pasa un montón con hombres. A cuántos hombres les gusta bailar en heels y, sin embargo, la gente asume que por ser hombres no pueden bailar en tacones. Y esto definitivamente no es así. Creo que mientras más bailemos y demostremos lo contrario, mejor va a ser”, reclama Sandra.

Sandra dictando una clase de heels, 2017. Foto: Archivo personal de Sandra.

A pesar de estas inconveniencias, los tres reconocen que haber continuado bailando en tacones los hizo amar y valorar más sus cuerpos. Y desmienten las ideas que se tienen sobre este estilo urbano. “Para mí, bailar en heels requiere de valentía. Cuando te pones los tacos, te conoces. Eres sincero y real con tu movimiento. Puedes expresar sensualidad, poder y elegancia, pero también diversión y tristeza.  Esto sumado a la habilidad de saber llevar los tacones puestos”, confiesa Maritza. Sandra lo explica de esta manera: “Es un estilo tan poderoso que requiere de mucha seguridad y conexión contigo mismo. Bailar en heels te permite conocer quién eres desde ese lado sensual, desde ese lado donde te sientes atractiva o atractivo… Donde sientes que eres dueño de tu cuerpo y dueño de tu sensualidad”. 

Christian Hatto bailando en tacones, 2022. Foto: Archivo personal de Christian.

Sandra decidió abrir su propio taller de heels para que más personas puedan conocerse y abrazar su sensualidad. De esa forma, buscaba mitigar las inseguridades físicas de sus alumnos y alumnas, para que empiecen a aceptarse y a quererse a sí mismos. Lo que empezó como un proceso de enseñanza y aprendizaje se transformó en proceso de dirección, empoderamiento y autoconocimiento: Heel Yourself, estudio que abrió sus puertas en el año 2015. Actualmente cuenta con elenco, conformado por alumnos dedicados al aprendizaje de técnicas en heels; pre-compañía, bailarines en preparación pre-profesional; y compañía HY, quienes representan profesionalmente a Heel Yourself. Cabe destacar que estos tres grupos han participado en HeelstorY, una obra revolucionaria dirigida por Sandra.

La trama de HeelstorY trata sobre la historia de una joven llamada Eva, quien trabaja como bailarina. A ella le gusta moverse de manera sensual, con poca ropa y lucirse como una estrella. Las personas que la rodean la empezaron a señalar por cómo se sentía con su cuerpo y su forma de bailar, de modo que Eva empezó a dudar de sí misma. Un día, al quedarse dormida, sueña con distintos personajes históricos; todos eran mujeres. “A través de ese sueño, ellas les dan sus fuerzas para que Eva se pueda levantar y pueda cambiar el mundo con su danza”, explica Sandra.

Video introductorio sobre HeelstorY.

Más de 50 bailarines estuvieron en escena; tanto Maritza como Cristhian pudieron ser parte de esta obra. “Para mi HeelstorY fue una oportunidad para conocer más a profundidad la capacidad de moverte en tacones, sobre todo por las fusiones con afro, jazz, acrobacia. Es totalmente enriquecedor aprender más sobre los heels” comenta Maritza. De forma similar, Cristhian realza la importancia de esta puesta en escena: “Definitivamente es una obra muy poderosa, llena de mensajes fuertes sobre la situación de la mujer en la sociedad. Te motiva a cambiar”. 

La finalidad principal que tiene Sandra, con la trama de HeelstorY, es dar a conocer a su audiencia que no deberían existir limitaciones al momento de bailar. “Creo que un cuerpo que ama bailar es un cuerpo que va a tener toda la disposición, seguridad y empeño para lograr sus objetivos. El peso o la forma corporal no deberían ser obstáculos para cumplir nuestros sueños; mejor dicho, para que uno sea el bailarín que quiere ser.  Yo creo que lo más importante es apoyar a las personas por lo que creen, por lo que son y por lo que quieren ser. Y no por cómo se ven físicamente”, reflexiona y aconseja Sandra.

Sandra Begue en tacones, 2021. Foto: Archivo personal