Egresados de Periodismo PUCP ganan el Premio Gabo 2023

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Los periodistas de investigación Rosa Laura Gerónimo y César Prado Malca, egresados de la PUCP, fueron galardonados el 30 de junio con el prestigioso Premio Gabo en la categoría Imagen como autores del videorreportaje Ayacucho: Radiografía de homicidios, publicado en IDL-Reporteros. Fueron los únicos periodistas peruanos que llegaron a la instancia final de esta edición del concurso. Somos Periodismo, medio en el que Rosa dio sus primeros pasos en el oficio cuando era estudiante, se reunió con ambos a fin de que nos expliquen todo lo relacionado a su proceso de investigación.

Por Somos Periodismo
Portada: IDL-Reporteros


Los Premios Gabo reconocen lo mejor del periodismo iberoamericano en cinco categorías. El último peruano que lo ganó fue el cronista Joseph Zárate en la categoría Texto en el año 2018. Esta es la primera vez que dos egresados de la Especialidad de Periodismo de nuestra casa de estudios logran dicho galardón.

El trabajo realizado por Rosa Laura y César Prado consiste en una reconstrucción de la muerte de 6 personas a causa de disparos militares que ocurrió mientras protestaban contra la presidenta Dina Boluarte durante la jornada del 15 de diciembre del 2022 en la región Ayacucho.

Teatro Colón de Bogotá, Colombia. Los ganadores del Premio 2023 posan para la foto grupal. Rosa y César se encuentran en ambos extremos de la fila. Fuente: Fundación Gabo.

—¿De qué manera la realización de este trabajo ha influenciado en su carrera como periodistas?

—Rosa: Creo que nos permitió explorar a profundidad nuevas técnicas de investigación usando herramientas tecnológicas, pero aplicadas a la investigación tradicional que estamos acostumbrados a hacer. Realizar investigaciones de fuente abierta es algo que se está desarrollando en otros países. Incluso medios muy importantes tienen equipos especializados de solo investigaciones de este tipo que acá todavía no conocemos mucho y creo que conocer ese método a través de este reportaje nos va a abrir muchas posibilidades en el futuro.

—¿Cuál es el soporte que les ha brindado IDL-Reporteros en la elaboración de este reportaje?

—César: El medio en general tiene una tradición de periodismo de investigación. Existe una cultura de verificación de datos que nosotros hemos aplicado de la manera más rigurosa posible para poder conseguir un buen resultado. Esta cultura de verificación se ha aplicado en casos importantes como Lava Jato, Cuellos Blancos y también algunas investigaciones durante la pandemia.

—César, entre tus agradecimientos, mencionaste a tu valiente pueblo de Ayacucho, el hogar de tus padres. ¿Esa valentía no había ya alcanzado un límite?

—La región de Ayacucho tiene una historia trágica con relación a la violación de los derechos humanos. Es la región que sufrió más muertes en el Conflicto Armado Interno. Según estimaciones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, son cerca de 26000 entre muertos y desaparecidos. Por lo cual lo sucedido el 15 de diciembre del año pasado resulta una paradoja cruel porque fueron los mismos miembros del Ejército quienes salieron a repeler estas protestas en el contexto de la asunción al poder de Dina Boluarte. Así que nosotros creemos que desde el periodismo hemos podido aportar de alguna manera al esclarecimiento de los hechos y a que las víctimas en el futuro puedan conseguir justicia.

—El jurado destacó que presentaron los hechos con “austeridad narrativa”, sin ninguna «tentación sensacionalista”. ¿Cómo cumplieron con ello?

—Rosa: Cuando nosotros planteamos el trabajo queríamos que estén muy claras las circunstancias de las muertes y quiénes habían sido los autores. Que quede claro dónde estaban ubicados cuando sucedieron esos hechos, la hora, todo para que no haya dudas sobre lo que había pasado. Entonces, al momento de narrarlo, también queríamos que esto sea lo más preciso y directo posible, teniendo en cuenta que era un tema bastante delicado. No íbamos a ahondar en el dolor o en mostrar imágenes totalmente crudas. Nosotros hemos sido respetuosos con las imágenes de los fallecidos, utilizando las necesarias. Había videos más fuertes pero decidimos omitirlos para poner lo indispensable. Tuvimos que hacerle blur a algunas partes de los videos para que no dañen tanto las susceptibilidades.

—¿De qué manera consiguieron acceder a los videos y los nombres que aparecen en el reportaje?

—Rosa: Fue un proceso de entrevistas. Primero fue un mapeo general en redes sociales, en internet en general, sobre todo lo que se había publicado desde esa fecha en adelante. Luego también fue a través de un montón de entrevistas tanto a familiares de las víctimas como a periodistas que habían cubierto desde sus localidades o de agencias internacionales, a otros manifestantes, a vecinos. Fue un mapeo bastante grande de todas las fuentes posibles que podían tener acceso a videos o registros fotográficos para esto.

—¿Más o menos cuánto tiempo les tomó recoger toda esta información?

—Rosa: Hasta el último momento venían llegando los videos. Todo el trabajo habrá durado tres semanas y media, pero hasta la última semana teníamos nueva evidencia que teníamos que poner en el video. Entonces, ha sido continuo, nosotros también realizamos pedidos de acceso a la información pública y solo respondieron las municipalidades, las otras entidades no. Hubo bastante obstrucción por parte de algunas entidades para poder acceder a esa información y esas fuentes.

—Hace un mes revelaron que la concesionaria de los aeropuertos de Juliaca y Ayacucho eliminó los registros de video de las protestas donde murieron 24 personas. ¿Sus descargos fueron convincentes? 

—César: No, porque nosotros solicitamos esos videos desde el inicio de la investigación, en la quincena de enero aproximadamente. Las respuestas que obtuvimos por parte de la empresa fueron contradictorias conforme pasaba el tiempo. Primero dijeron que era imposible que pudieran compartir con nosotros la información debido a que según su reglamento solo podían hacerlo con la Policía o con el Ministerio Público. Luego, apelamos esa respuesta frente al Tribunal de Transparencia del Ministerio de Justicia y, en ese contexto, dieron otra respuesta. Y finalmente, cuando nos dieron la razón en el Tribunal, esgrimieron un tercer argumento que era que, transcurridos 15 días, pero en su caso incluso 30 días, borraban todas las imágenes de manera automática. Nosotros quisimos que toda la ciudadanía pudiera conocer con precisión cómo había sido toda esta historia de la búsqueda de los videos y el rechazo por parte de la empresa a entregarlo.

—Rosa: Además, cuando nos entrevistamos con el asesor legal y representante de la empresa, nos confirmó que habían borrado los videos. Creo que eso también podría representar encubrimiento legal y obstrucción de la justicia. Lo que nos dijeron algunos abogados conocedores del tema es que esta acción de la empresa podría significar un delito.

—Han pasado 4 meses desde la publicación de Ayacucho: una radiografía de homicidios. ¿Cómo ven el panorama judicial?

—César: Creo que en general las investigaciones sobre las protestas se encuentran actualmente en un limbo, porque después de un primer avance por parte de las fiscalías de cada región, que no era igual en todos los casos, había esfuerzos importantes sobre todo en Ayacucho. Luego de que estas investigaciones se realizaron se creó un equipo especial. A partir de ahí, lo que hemos conocido a partir de los testimonios de los propios familiares o abogados de la zona es que los fiscales no tienen mucho contacto con ellos. En el caso de Ayacucho, el mes pasado el fiscal designado para investigar el caso solamente había viajado una vez por 24 horas a la región para reunirse con ellos, por lo que las investigaciones no están avanzando como deberían.

—¿Qué opinión les merece las declaraciones que la presidenta Boluarte y el premier Otárola han dado a lo largo del tiempo refiriéndose a las decenas de muertes que ocurrieron bajo su mandato?

—César: De hecho nosotros, entre muchas otras razones, comenzamos esta investigación por una declaración que dio la propia presidenta Dina Boluarte donde dijo que los muertos en Ayacucho habían sido producto de una avalancha que se había producido en el aeropuerto. De modo que la presidenta se convirtió, en ese contexto, en una de las primeras agentes de desinformación. Lo mismo ocurre con el primer ministro Otárola que ha dado tanto declaraciones públicas como declaraciones a la Fiscalía donde ha dicho cosas imprecisas. Creemos que eso no ayuda en absoluto al esclarecimiento de los hechos que, al contrario, los ensombrece y crea todo un manto de dudas sobre la actuación del Ejecutivo en los sucesos no solamente de Ayacucho, sino de las otras regiones.

—¿Cuál es el mayor reto que ha implicado hacer este reportaje?

—César: Han sido varios en realidad. El primero, cuando comenzamos el reportaje, fue que solicitamos a las instituciones públicas toda la información correspondiente. Enviamos solicitudes al Ejército, a la Policía y algunas otras instituciones competentes, y lo único que recibimos fue rechazo porque ellos argumentaban que toda la información que poseían era secreta o reservada, cuando no es así. Lo otro fue que también apelando a empresas, como la que gestiona el aeropuerto, tampoco hubo una respuesta clara de su parte. Entonces, eso hizo que nosotros tratemos de superar ese reto con base en otros recursos como los videos que habían grabado los propios ciudadanos alrededor del aeropuerto o lo que habían grabado negocios locales, periodistas de la región en noticieros que se transmiten únicamente dentro de su circunscripción. Yo creo que, a pesar de esta opacidad por parte de las instituciones, pudimos construir un relato que muestra los hechos tal y como ocurrieron.

—Rosa: Otro de los retos fue tratar de hacerlo en el menor tiempo posible. Eso requirió un trabajo bien intenso de tres semanas, nosotros teníamos miedo de que desaparezca evidencia, entonces queríamos publicar lo más pronto. Esto hizo que trabajemos casi de corrido, de lunes a domingo, viendo videos por horas porque los metrajes que nos entregaron eran de casi todo el día. Nosotros teníamos que ver todo eso para identificar los momentos precisos. Ahora, ver videos de violencia implica también una carga emocional bastante fuerte que hay que saber sobrellevar para poder realizar el trabajo. Luego, vino también un trabajo bien al detalle de identificar los lugares a través de herramientas de geolocalización, verificar los videos. Todo ese trabajo fue bastante intenso y demandante para nosotros. 

—¿Consideran que es posible hacer periodismo de investigación en el Perú?

—César: De hecho es posible porque hay excelentes ejemplos de periodismo de investigación desde hace muchos años, pero creo que siempre está sujeto a muchas limitaciones. En el Perú, el periodismo de investigación proviene de medios independientes y estos siempre están limitados por los recursos económicos, por el tiempo, por el personal, por la capacitación, en fin, hay muchas cosas que mejorar. De tal forma que creo que estos buenos ejemplos de periodismo de investigación en realidad lo que reflejan es el esfuerzo que hay detrás de muy pocas personas empeñadas en descubrir la verdad y empleando los recursos que tienen a la mano, pero no existe propiamente una industria que soporte este tipo de iniciativas.

—Rosa: Yo también considero que la sostenibilidad económica es el principal reto para el periodismo independiente y el periodismo de investigación. Por más que haya muy buenos periodistas que realicen grandes trabajos ellos tienen que tener un soporte económico detrás que les permita continuar así.

—¿Qué consejo le darían a los estudiantes que están interesados en el periodismo de investigación?

—César: Creo que para un egresado de periodismo, venga de la universidad que venga, siempre es importante aceptar esas primeras oportunidades que se les abren. Muchas veces uno tiene expectativas cuando es estudiante y quiere trabajar en tal o cual lugar, pero creo que lo más importante es engancharse al ritmo laboral en donde te abran las puertas y aprender de las personas que tienen más experiencia en el oficio. El camino hacia lo que buscamos quizá no sea recto, pero de todas las experiencias se aprende un poquito. Eso pasó en mi caso: yo comencé trabajando en una revista, luego pasé a un medio independiente, luego estuve en un medio, digamos, de mayor circulación, pero en cada experiencia fui conociendo personas que pudieron ayudarme en mi formación y desarrollo de nuevas técnicas.

—Rosa: Creo que siempre hay que defender nuestros principios y que no se dejen amoldar a lo que el mercado laboral les pide necesariamente. Va haber lugares de una pésima cultura periodística y tal vez para encajar ellos van a tratar de actuar de esa manera, pero creo que siempre hay que estar cuestionando la labor, cuestionando lo que se pide de nosotros y actuar de acuerdo a los valores que tenemos. No aceptar lo que te diga un jefe o una “vaca sagrada” simplemente porque tiene renombre. Siempre hay que cuestionar lo que estás haciendo y lo que se te dice que hagas.