Christian Wiener, exdirector del Mincul: «El cine peruano es como un hijo que necesita la propina de sus padres» 

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Para el exfuncionario y docente universitario, la sobrevivencia del cine nacional depende de los fondos del Estado. Sostiene que se debe apostar por el desarrollo de una industria económicamente independiente y diversa. Así se podrá asegurar puestos de trabajo para los profesionales audiovisuales.

Por Valeria López



9 de noviembre de 2019. El Ejecutivo promulga el Decreto de Urgencia 022-2019. El documento busca promover la actividad cinematográfica y audiovisual en el Perú. Casi cuatro años después, ¿cómo se encuentra la industria del cine en nuestro país? ¿Cuál es la situación de les trabajadores que se emplean en esta área?

Christian Wiener, exdirector de Industrias Culturales y Artes del Ministerio de Cultura, y profesor de la Escuela de Comunicación Social de la UNMSM desde hace 20 años, señala que el desarrollo de una industria peruana del cine y las mejoras laborales de les trabajadores de este sector están relacionados. “Donde hay una industria se consolida también un sindicato. Pero el nuestro es un espacio muy precario donde se realizan pocas producciones. Aquí es difícil sostener un gremio”, afirma.

Según el exfuncionario del Mincul, el éxito de películas como Asu Mare, La Revolución y la Tierra, y Willaq Pirqa, el cine de mi pueblo, son un ejemplo de la diversificación de las producciones audiovisuales peruanas. Sin embargo, aún no se puede hablar de una industria cinematográfica nacional

Grabación de la película Willaq Pirqa, el cine de mi pueblo. Foto: Cinencuentro.

“En el Perú, no existe una producción sostenida de películas. Algunos filmes, como los que mencionas, alcanzan cierta notoriedad y representatividad. Pero son casos aislados: no podemos decir inmediatamente que su éxito implica la existencia de una industria consolidada”, explica Wiener.

Y es que a comparación de otros países latinoamericanos, la producción cinematográfica peruana es escasa. En el año 2022, se estrenaron 71 largometrajes en nuestro país. En contraste, durante el mismo periodo, Argentina llevó a las salas de cine 228 películas nacionales.

La posibilidad de empleo de les trabajadores cinematográficos depende de la cantidad y frecuencia con la que se producen películas en el Perú. A su vez, estos números inciden sobre sus condiciones de empleo. 

La situación es precaria. Quienes laboran en la industria cinematográfica peruana son, generalmente, trabajadores temporales. Muches de elles están empleados por contrato de locación de servicios. Esto impide que sean puestos en planilla. Tampoco tienen acceso a un seguro de salud ni a un fondo de pensiones. Además, no se estipula el total de horas de trabajo diarias: los profesionales del cine pueden llegar a trabajar hasta más de 15 horas diarias.

Video informativo sobre los derechos laborales del sector audiovisual. Fuente: Wayka

En respuesta a estas precarias condiciones de trabajo se formó en el año 2019 el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores Audiovisuales y Cinematográficos (SINCA), el único en nuestro país. Esta organización agrupa a profesionales, a técnicas y técnicos empleados en el cine, la publicidad y la televisión. Además, posee un pliego de reclamos y reivindicaciones específicas a favor de los derechos de les trabajadores audiovisuales: el “Anteproyecto de Convenio”.

Sobre el marco legal que vela por quienes laboran en el área cinematográfica, Christian Wiener aclara: “La Ley del Artista, Intérprete y Ejecutante aborda algunos aspectos sobre los derechos de quienes trabajan en la producción de películas. No obstante, lo hace de forma muy genérica. Les trabajadores audiovisuales son incluidos dentro de un paquete de artistas de la música y el teatro. Se necesita abordar específicamente las necesidades de cada trabajador del arte”.

El exdirector de Industrias Culturales y Artes sostiene que la presencia de un sindicato es relevante para la mejora de las leyes existentes. Pero no es suficiente. “Nuestro cine es precario. Estamos lejos de consolidar una industria que permita el fortalecimiento de sindicatos”, opina.

Con la ley actual, el Decreto de Urgencia N° 022-2019, el cine peruano depende de premios o estímulos del Estado. En palabras de Wiener, “somos como un hijo que necesita de la propina de sus padres”. Para el exdirector, es necesario repensar la legislación actual sobre cine.

“Una futura ley de verdad debe pensar en les trabajadores cinematográficos y sus derechos. También es necesario incluir nuevas formas de promoción del cine nacional. Debemos ir más allá de los incentivos económicos del Estado”, propone.

¿Ir más allá de los estímulos económicos?  Wiener se refiere a la implementación de políticas como la cuota de pantalla. Es decir, un mecanismo que asegura un mínimo espacio para la difusión de cine peruano.

Ante quienes se oponen a esta política, Wiener contraargumenta: “Cuando hablamos de cuota de pantalla no nos referimos al dominio absoluto del cine nacional. Por el contrario, se trata de una medida que reconoce la situación desventajosa de nuestra producción cinematográfica frente a producciones extranjeras”.

La clave está en la diversidad. De acuerdo con Wiener, el cine peruano debe dejar de apostar por una sola fórmula. “Paremos de contraponer el cine comercial contra películas más herméticas y simbólicas. El Estado debe asegurar la participación en el mercado de ambos tipos de filmes”.

Dicho esto, el exfuncionario del Mincul aclara lo siguiente: “Es saludable que el cine peruano genere dinero. Pero el cine apunta a intenciones que van más allá de las comerciales. Estas producciones con intereses más artísticos, sociales y educativos tienen problemas de acceso al financiamiento. Es ahí donde debe actuar el Estado”.